Canaima, perfectamente encantadora
No hay lugar más hermoso en el mundo que el Parque Nacional Canaima, situado al Sur del estado Bolívar en Venezuela, capaz de albergar los paisajes más sutiles y encantadores, que sus ojos hayan podido ver alguna vez. Desde que desciendes de la avioneta hasta que das tus primeros pasos en esta tierra ancestral, sientes como la tranquilidad se apodera de ti y te invita a dejar de lado tus penas, tus preocupaciones, tu rutina.
Las comunidades indígenas son las primeras en darte la bienvenida, con sus espectaculares artesanías a base de semillas, madera, tejidos, piedras y bisutería tanto para mujeres, hombres y niños. Hay unas para la buena suerte, otras para atrapar novios, otras para alejar las malas energías y otras más, que enamoran a primera vista. Las pulseritas o brazaletes con imágenes de guacamayas, aquellas realizadas con peonías e incluso collares con la piedra de jaspe, son las más vendidas a los turistas que visitan el sector Occidental del Parque Nacional Canaima. Tan sólo hay un local donde puedes comprarlas en efectivo, ubicado en Aeropuerto de este emblemático monumento natural, decretado por la Unesco en el año 1994 como Patrimonio de la Humanidad.
El olor a lluvia, a selva, a río, a naturaleza, está presente en cada momento. La laguna de Canaima está allí, frente a ti, frente a tus ojos. Aquello que tanto soñaste una vez hoy se hizo realidad. Una realidad que te deja sin palabras. La emoción te embarga, te sorprende, te hace reir, llorar o simplemente agradecer a Dios por tan majestuoso escenario otorgado. ¡Sí! ¡Canaima es perfecta! ¡Es mágica! ¡Es fenomenal! ¡Es bendita! Y lo más trascendental es que es venezolana.
