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También en Japón los “burros viejos buscan pasto fresco”

En los Llanos venezolanos hay un dicho que resume la disposición de los viejos de andar tras las muchachas: “A burro viejo, pasto fresco”. Un hecho que el maestro Simón Díaz llevó a la audiencia más refinada con su composición “Caballo viejo”.

Sobre este tema la sociedad japonesa, que tiene sus particularidades, no es muy diferente al resto de los países desarrollados, medio o sub desarrollados. Los viejos verdes japoneses también andan tras las más jóvenes.

Al igual que los escándalos en occidente, las perversidades japonesas alcanzan rápidamente las páginas de los periódicos. Sólo que la escritura del idioma japonés utiliza los ideogramas chinos. Lo que coloca una especie de velo sobre las noticias para el resto del mundo.

Ese velo se rompió el pasado domingo 24 de mayo, cuando en la edición en inglés del The Japan Times, publicó un reportaje titulado “La sociedad ayuda a sostener el sórdido comercio sexual de niñas escolares en Japón”.

Negocios JK

Hirumi Okunuki, profesora de la Universidad de Mujeres de Sagami y presidenta ejecutiva de la Central Sindical Tozu (Zenkoku Ippan Tokyo General Union), denunció en su reportaje que con la marca de “JK Business” se esconde una boyante industria, que comercializa a las adolescentes japonesas como un “commodity” de alto valor.

Explicó Okuniki-san que las siglas JK provienen de joshi kōsei (niñas de bachillerato). En su reportaje en el The Japan Times, recordó que en los años 90 las niñas escolares vendían sus uniformes gastados y sin lavar, shorts de deportes y trajes de baño, por unos buenos yenes a las llamadas tiendas buru-sera, un portmanteau de “Bloomer”, donde el uniforem escolar de las chicas vino a ser una elección de fetichismo.

Agregó Okuniki-san que posteriormente, vinieron las enjo kōsai, (citas remuneradas), en las cuales se suponía que las chicas de bachillerato se vendían a hombres de mediana edad.

“En cada época, Japón trata de aplastar una forma de explotación de las adolescentes, otro tipo surge su fea cabeza, como una suerte de juego desesperado de guaca-mole”, dijo.

En el último informe de derecho humanos del Departamento de Estado de EEUU, se señaló que la práctica de JK o-sanpo es una ejemplo de tráfico sexual.

El JK o-sanpo, es una práctica de los viejos verdes japoneses que invitan a una caminata con una adolescente de bachillerato, para entonces retirarse con ella a un compartimiento de karaoke o un cubículo de manga café.

Un negocio que evoluciona

Relató la profesora, que este mes las autoridades japoneses descubrieron nuevas e ingeniosas modalidades del JK business, en las cuales niñas menores de 18 años se sientan con las piernas abiertas, desplegando figuras de origami, exponiendo el área bajo sus faldas a los clientes.

Como resultado de las redadas efectuadas por la policía de Tokyo, el pasado 12 de mayo se arrestaron varios encargados de estos locales.

Uno de ellos declaró que pensaba que enseñar las pantaletas no era delito, porque con el origami “ellas estaban realizando un trabajo manual legítimo”.

En el local administrado pro este personaje, se cobraba a los clientes 5 mil yenes (40 dólares) por mirar por 40 minutos a las panties de las jóvenes, vestidas con sus uniformes escolares.

El lugar, a veces estaba repleto de hasta 30 chicas en edades de 16 a 18 años de edad, haciendo algunas de ellas bisuterías en vez de figuras de papel.

Las chicas estaban separadas de los clientes por un espejo, de los que se puede ver en una sola dirección, de tal manera que no hubiera lugar a contacto físico.

Sin embargo, se reportó, que los clientes previo a un pago extra, podía mover el espejo y tocar las piernas de las chicas.

Estos locales son conocidos como JK sagyōsho (talleres) también JK o-sanpo, y una nueva modalidad que llaman JK refurem, donde las escolares dan masajes.

Asimismo, Okuniki-san señaló que en los locales denominadas JK satsueikai, los clientes pueden fotografiarse con la chicas en uniformes, traje de baño u otra vestimenta.

Valor de mercado

Advirtió Hirumi Okunuki, que cuando las chicas adquieren conciencia de su papel, son adoctrinadas con la idea de “su valor de mercado como una mujer”.

Refiere la profesora que ellas son retribuidas con elogios por su apariencia. Les dicen que son adorables, bellas mujeres, lindas o que tienen una buena figura. Ideas que muchas delas chicas van absorbiendo como una esponja.

Con información de The Japan Times.

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