Shailene Woodley: «Me veo en los carteles y pienso que es una locura»
Ha pasado un año desde que Shailene Woodley dejara atrás el anonimato y se convirtiera en una estrella de Hollywood con «Divergent» y «The Fault in Our Stars» y, aunque afirma que su día a día no se ha visto alterado ni un ápice, es consciente de la singular realidad que le ha tocado experimentar.
«Lo más raro de todo esto es que mi vida no ha cambiado», dijo la actriz de 23 años en una entrevista con Efe.
«Estoy mucho más ocupada, pero eso es todo. Puede que mi cara ocupe las portadas de las revistas una semana, pero después desaparezco. Me veo en esos carteles que están por todas partes, me río y pienso que es una locura. Si esto fuera una partida, me han tocado buenas cartas. Soy una afortunada», añadió.
Una de las razones por las que Woodley cree que la presión mediática no le afecta es porque, sencillamente, no lee «absolutamente nada» de lo que se publica sobre ella.
«No presto atención alguna. No puedo hacerlo. Sería demasiado estar pendiente de algo así», declaró la actriz, que, tras convertirse en ídolo de millones de adolescentes con la adaptación cinematográfica de las novelas de Veronica Roth, ha aprendido a sobrellevar que las miradas se centren en ella en lugares públicos.
«A veces sí que me siento incómoda, pero trato de ignorarlo porque entonces no estoy prestando atención a lo que tengo enfrente de mí, ya sea un amigo o mi libro de notas. Aprendes a manejar esas cosas», sostuvo.
El año pasado fue inolvidable para Woodley. Tanto «Divergent» como «The Fault in Our Stars» rondaron los 300 millones de dólares en taquilla, y 2015 pinta aún mejor para la intérprete con el estreno el próximo viernes de «Insurgent», que, según los expertos, superará la recaudación de «Divergent».
En la cinta, dirigida por Robert Schwentke («Red»), los fugitivos Tris y Four (Theo James) recorren las ruinas de Chicago en busca de aliados para hacer frente a las facciones lideradas por Jeanine (Kate Winslet), cuya intención es localizar entre los «divergentes» a la persona capaz de descifrar los secretos de una caja que encierra las claves para el futuro de la sociedad.
El reparto mezcla a jóvenes que están dando un paso al frente en la industria, como Miles Teller y Anson Elgort, y veteranos de la escena como Naomi Watts y Octavia Spencer.
«A mí me gusta más esta segunda parte», admitió la joven intérprete.
«No fue más fácil -agregó- porque teníamos un director diferente y actores nuevos, pero sí más divertido. En la primera parte hicimos jornadas brutales de 16 horas rodando en el invierno frío y gris de Chicago. Aquí hicimos rodajes de 10 horas en el verano de Atlanta, lleno de sol y de risas».
El filme, que gana en espectacularidad con secuencias de acción más estilizadas, arranca con las dudas del personaje protagonista, una joven que arrastra la pérdida de sus padres y no encuentra su lugar en el mundo.
«Creo que eso es muy común y que nos pasa a todos en muchas fases de la vida. Uno siempre trata de saber quién es y hay días donde te levantas con muchísima confianza en ti misma y otros en los que parece que el mundo se te cae encima», apuntó Woodley, que se considera «una luchadora y una guerrera».
Lo cierto es que su carácter y naturalidad desarman. Insistió en llevar a cabo esta charla de pie «porque es más sano» y porque, según confesó, estuvo cerca de quedarse dormida en el sofá durante una entrevista previa.
Woodley asegura no tener un piso fijo donde vivir -prefiere pasar tiempo en las casas de sus amigas- y fue recientemente cuando accedió a tener un teléfono móvil por petición del estudio Lionsgate.
«No he tenido tiempo de encontrar un lugar para vivir que tuviera sentido para mí, pero tengo ganas. Lo del teléfono fue por trabajo, pero al margen de eso, lo uso con muy poca gente», manifestó.
La actriz, que en verano comenzará a rodar la tercera entrega de la franquicia, titulada «Allegiant», tiene pendiente el estreno de «Snowden», la cinta que prepara Oliver Stone para Navidad sobre la figura de Edward Snowden, el exanalista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) acusado de espionaje y traición por filtrar documentos secretos.
«El poso que me ha dejado ese rodaje -finalizó- es una sed increíble por saber más y por tener más acceso a la información». EFE