Se apagan las múltiples voces del humorista Carlos Donoso
Dijo adiós, por él y por todas las que voces que representaba con la suya. Hablamos del ventrílocuo venezolano Carlos Donoso, quien falleció este jueves en Bogotá, Colombia, tras una larga batalla contra el cáncer de pulmón.
Donoso comenzó a hacerse popular en la década de los setenta y logró la fama junto a sus inseparables «Kini» y «Lalo», dos marionetas que cobraban jocosa vida en sus manos y en el imperceptible movimiento de sus labios.
“El mundo del humor pierde al héroe de la Ventriloquia, Kini, Lalo y más de 20 creaciones silencian la risa… Buen viaje Máster”, escribió en Twitter el humorista colombiano «El Mono Sánchez», al informar sobre la muerte de de Donoso.
El artista venezolano, de 72 años, llevaba varias semanas internado en un centro asistencial de Bogotá. A principios del mes de marzo, David Donoso, uno de sus cuatros hijos, informó por redes que su padre llevaba luchando varios meses contra la enfermedad, por cual la familia había abierto una campaña en la plataforma GoFundMe, para recolectar el dinero suficiente para enfrentar el tratamiento que necesitaba.
De la sonrisa a la eternidad
“Desde que tengo memoria mi papá ha dedicado su vida a su única pasión: hacer reír a los demás. Desafortunadamente no todo es alegría tras bastidores. Mi padre sufría síntomas que resultaron ser una tumoración maligna de alto grado en el pulmón derecho”, dijo entonces Juan Donoso, otro de sus hijos, al hacer el llamado de ayuda para el comediante.
Carlos Donoso nació en Caracas, Venezuela en 1948 y cosechó exitos en toda hispanoamericana junto a sus muñecos parlanchines. Hace casi un década, motivado por la crisis económica, el humorista estableció su centro de operaciones en la capital colombiana, desde donde este jueves bajó el telón.