Por falta de insumos cerró la Heladería Coromoto
Desde la semana pasada la famosa Heladería Coromoto, donde se venden 857 sabores de helados de frutas, vegetales, carnes, pescados y licores, está cerrada por falta de materia prima para hacer los sorbetes que propios y visitantes degustan.
Por fama, curiosidad o por gusto, quien visita Mérida no deja de pasar por la Heladería Coromoto, ubicada en el sector El Llano de la ciudad, la cual mantiene sus puertas cerradas y un cartel que dice: «CERRADO: Estimados turistas y clientes en general, sentimos no poder atenderle por la escasez de leche. Gracias».
La medida ha causado malestar e indignación en los merideños y visitantes, quienes al acercarse a la casona tradicional han manifestado su malestar.
Tal es el caso de Josefina Agüero, procedente de la ciudad de Coro, quien está en Mérida pasando las festividades decembrinas y al llegar al lugar entusiasmada para probar los helados dijo: «es una pena que esta heladería tan famosa, con tanta tradición, cierre sus puertas porque en el país no se la materia prima a los empresarios y emprendedores merideños, me he quedado con las ganas de comer un helado de garbanzo, de aguacate, de muchos de los sabores que sólo aquí en Mérida se venden».
A través de las redes sociales los merideños dieron a conocer la noticia del cierre de la heladería, la cual fue fundada en los años 80 por un portugués, Manuel Da Silva Oliveira.
La Heladería Coromoto está incluida en el libro de los Records Guinness y ha cerrado sus puertas en plena temporada alta.
Debido a la escasez de leche, en la ciudad de Ejido, municipio Campo Elías del estado Mérida también se suspendió la tradicional Noche de los Atoles, actividad realizada por la comunidad durante la celebración de las mismas de aguinaldos.
El alcalde del municipio Campo Elías, Omar Lares, lamentó que por segundo año consecutivo los ejidendeses hayan dejado de disfrutar del cálido y familiar ambiente de la Noche de los Atoles, por la falta de materia prima para elaborar los alimentos elaborados por numerosas familias que se dedican a compartir comida en los días navideños.
Una expresión más del alcance de la ruina de nuestro país que fue tradicionalmente productor, entre otros rubros, de leche y carne. Hoy sencillamente no hay leche. Todo ello, gracias a la plaga chavista que ha destruido casi todo lo que vale la pena.