¡Por esos vecinos insoportables!
Todas las personas que viven en edificios (barrios verticales, como son coloquialmente llamados) experimentan ciertos sentimientos entre amor y odio a sus vecinos. El venezolano no es la excepción y se caracteriza por mantener relaciones casi como si fueran familia de sangre con sus vecinos, aunque muchos sean una pesadilla.
Empieza un nuevo día y todos se disponen a salir a cumplir con sus responsabilidades: el empresario que impregna con su perfume el ascensor, el señor que saca a pasear a su perro y, por supuesto, las estudiantes trasnochadas con el celular en la mano, todos esperando que esos incómodos segundos, donde se ven obligados a estar con esa gente en el mismo lugar, terminen.
Pero al igual que en la novela Aquí no hay quien viva, la relación entre los vecinos puede resultar un desastre diario entre quejas y quejas. Sentarse a ver televisión cuando el vecino del piso de arriba parece que remodela y mueve todos los muebles de la casa todos los días es toda una odisea, incluso tener mascotas resulta un problema: si no hay quejas por los ladridos, hay quejas por el olor de los pasillos… y pare de contar.
En esta época donde todo es digital, es solo cuestión de tiempo para que a alguno de la Junta de Condominio se le ocurra la idea de crear el grupo de WhatsApp del edificio. Al principio, es una idea del agrado de todos, ya que por allí se puede informar de manera inmediata cualquier asunto que sea del interés colectivo. La contraparte de esto: ya las quejas de todos los vecinos no se hacen únicamente en las reuniones del condominio, sino todos los días a toda hora. Ese grupo de WhatsApp es el que normalmente está silenciado por un año y solo acceden al mismo para quejarse o para vender algún producto que está escaso.
Lo cierto es que los vecinos forman parte de la cotidianidad, a pesar de las diferencias que existen, porque son demasiados puntos de vista como para estar de acuerdo en todo. Los vecinos se comportan como una comunidad dentro de su comunidad, se ayudan entre sí a resolver problemas de interés general y se vuelven parte de la familia. ¡Feliz día del vecino!