No solo Venecia se pone la máscara en el carnaval italiano
El carnaval de Venecia es el más conocido de Italia, pero localidades como Viareggio, Ivrea y Oristano mantienen tradiciones, en algunos casos centenarias, que atraen a cientos de miles de personas y van más allá de las máscaras y los disfraces.
Tras la ciudad de los canales, Viareggio (Toscana, centro) es una de las que alberga las celebraciones de carnaval más famosas del país, que no en vano son retransmitidas por el canal de televisión RAI y que visitan cada año unas 600.000 personas, según la Fundación Carvanal Viareggio.
Pero una de las más llamativas es la celebración de Ivrea (Piamonte, norte), donde el lunes se festejó la furiosa batalla de naranjas entre dos bandos, el del pueblo, a pie, y el de la guardia del señor feudal.
Esta respondió desde 54 carrozas al lanzamiento de los cítricos sin miramientos, con el resultado final de dejar las calles de esta ciudad turinesa teñidas con la pulpa 7.000 quintales de naranjas, según informó la fundación organizadora del evento.
La explicación de esta batalla tiene un origen reivindicativo, pues se remonta a la rebelión de la hija de un molinero que, alrededor del 1200, se negó a conceder el derecho de pernada al señor que gobernaba su feudo, y que aún hoy se recuerda en época de carnaval.
Carnavales con caballos
En Cerdeña también se celebra el carnaval de una forma diferente, pues en la localidad de Oristano el tema central es la «Sartiglia», una carrera de caballos -que se celebra el domingo y el martes de carnaval- en la que los jinetes, enmascarados, intentan alcanzar una estrella de plata, la «sartiglia».
Esta exhibición tiene unas raíces españolas que se pueden hallar a través del mismo nombre, que proviene del español «sortija», y del primer documento en el que se habla de ella, que data de 1546 y describe una «Sartiglia» organizada en honor de Carlos V.
En el carnaval de Offida (Las Marcas, en el centro del país) también es un animal la atracción principal de la celebración, pues por las calles de esta aldea de poco más de 5000 habitantes se practica la caza al «lu bov fint» (en dialecto, el buey falso), que una vez fue real y con el que la población se desquitaba de la falta de carne de los siguientes cuarenta días.
Y también en Las Marcas se encuentra el que posiblemente sea el carnaval más antiguo de Italia, el de Fano, que se congratula de tener entre sus archivos históricos uno que remonta sus orígenes al año 1357, y cuyo comité organizador cumple más de un siglo de existencia.
«Ti conosco, mascherina»
Mientras, en Sicilia, desde sus extremos este y oeste, Acireale (en la provincia de Catania, al este) y Sciacca (al oeste, en Agrigento) se disputan albergar las fiestas de carnaval más conocidas de la isla, y ambas le dan casi todo el protagonismo a las clásicas carrozas y máscaras con las que tradicionalmente el pueblo escondía su aspecto y podía comportarse como no se atrevía a hacerlo el resto del año.
La expresión «Ti conosco, mascherina» (Te conozco, mascarita) hace referencia a esta sugerente oportunidad de ser otro, y en la cultura popular encontramos el título en una película del autor napolitano Eduardo de Filippo o en un álbum de la cantante lombarda Mina.
En Fano se reparten quintales de golosinas desde las carrozas mientras es imposible no escuchar a la orquesta «arabita» («enfadada», en dialecto), que representa la época en la que los obreros y marineros imitaban la música de los nobles con los primeros objetos que tuvieran a mano, ya fueran bidones, latas o sartenes.
Además, Fano demuestra cómo se puede trasladar la tradición a la actualidad, pues la carroza que preside el carnaval de este año, «Il Pupo«, es un joven fanfarrón que no se separa de su teléfono móvil (y que por supuesto ha sido llamado «El Selfi«) y que será quemado este martes como cierre a las celebraciones.
Tras el desquite del carnaval llega el período de vigilia, que inicia el miércoles de Ceniza, y que se extenderá hasta el próximo 17 de abril, cuando la «pasquetta» italiana volverá a reunir a las familias y amigos alrededor de la mesa para dar buena cuenta del tradicional cordero.