No se harán más estudios de la momia de Tutankamón
El ministerio egipcio de Antigüedades anunció este miércoles que no se efectuarán más estudios sobre la momia del faraón Tutankamón, ya que se le han realizado «suficientes» análisis desde el año 2008.
En una nota, el titular del departamento, Mamduh al Damati, subrayó que los restos mortales tampoco serán sometidos a más análisis de ADN y enfatizó que se hicieron en el pasado para determinar su relación familiar con otros faraones.
Por otra parte, Al Damati adelantó que el cuerpo de Tutankamón será trasladado a una sala lateral de su tumba -ubicada en el Valle de los Reyes de la ciudad de Luxor, en el sur de Egipto- porque el actual lugar donde reposa es «similar a un pasillo».
La decisión del traslado fue adoptada por el Comité Permanente de Antigüedades con la finalidad de preservar la delicada momia, la principal atracción para los visitantes que acuden a la necrópolis de Luxor.
Los restos serán trasladados en un caja fabricada expresamente con esta finalidad y dotada de los más sofisticados métodos para evitar que sufra algún daño durante su movimiento.
Señaló que no será trasladada bajo ningún concepto a El Cairo, donde se encuentra el tesoro de Tutankamón, custodiado en el Museo Egipcio de la capital.
Los científicos llevaron a cabo exhaustivos análisis antropológicos, radiológicos y del ADN de la momia de Tutankamón y otras diez momias de la época (entre 1410 y 1324 a.C.) posiblemente emparentadas con él, de las cuales sólo se conocía a ciencia cierta la identidad de tres.
Ese estudio genético reveló el linaje del joven faraón, que con mucha probabilidad era hijo del destacado rey Akenatón, el cual intentó imponer el monoteísmo en Egipto durante su reinado.
Tutankamón, de la dinastía XVIII, gobernó Egipto durante aproximadamente una década, en la primera mitad del siglo XIV a.C., antes de su misteriosa muerte.
Los resultados de una investigación, llevada a cabo entre septiembre de 2007 y octubre de 2009 por el equipo del destacado arqueólogo egipcio Zahi Hawas, determinaron que la malaria y una enfermedad ósea causaron la muerte prematura de Tutankamón a los 19 años de edad.