Origen del Blues
No se han encontrado evidencias de que en el siglo XIX se hubiera producido algún tipo de música semejante a lo que hoy se denomina como “blues”.
Lo más seguro es que surgió después de 1900 en los barrios negros del sur de los Estados Unidos.
Este género nació de una amalgama de estilos, entre los cuales destacan: góspel, canciones de trabajo e incluso rimas inglesas, baladas irlandesas y escocesas.
Se suele decir que W.C. Handy (1873-1958) y Gertrude ‘Ma’ Rainey (1886-1939) son los padres del blues.
Un rasgo característico del blues es el uso extensivo de las técnicas «expresivas» de la guitarra (bend, vibrato, slide) y de la armónica (cross harp), que posteriormente serían tomados en solos de otros estilos, como el rock.
El blues influyó en la música popular estadounidense y occidental en general, llegando a formar parte de ritmos, como ragtime, jazz, bluegrass, rhythm and blues, rock and roll, funk, heavy metal, hip-hop, música country y canciones pop.
En sus orígenes, fue muy importante el llamado “delta blues” de la desembocadura del río Missisippi.
Y del que fue uno de sus más importantes exponentes: Charley Patton (1891-1934).
Sin embargo, las primeras divas del blues no procedieron de la empobrecida área del “delta blues”.
Mammie Smith (1833-1946) fue la primera que grabó –en 1920– “Crazy Blues”.
Luego, Bessie Smith logró sobrepasar en notoriedad todo lo realizado por la zona del Missisipi.
Posteriormente, prácticamente todas las grandes figuras del jazz interpretaron blues, entre las que se destacan: Billie Holiday, Louis Armstrong, Ella Fitzgerald y Sarah Vaughan.