Difusión de la música: un fenómeno reciente
Fue a finales del siglo XIX cuando se hicieron las primeras grabaciones y reproducciones de música, las cuales eran solo para un grupo muy reducido de usuarios. En principio eran rollos que se perforaban con el teclado del piano. Por eso se conservan interpretaciones fantásticas, como las de la gran pianista venezolana Teresa Carreño.
En 1877, Thomas Alva Edison hizo sus primeros experimentos con el fonógrafo y grabó Mary had a little lamb.
Aunque algunas investigaciones más recientes descubrieron que en Francia –en 1860– se había realizado una grabación de la canción Au clair de la lune (mon ami Pierrot).
Solo fue en 1900 cuando por primera vez se pudo grabar las dos caras de un disco.
En 1925 se inventaron las válvulas electrónicas que amplifican el sonido antes y después de grabar un disco, lo que permitió un uso más adecuado del fonógrafo. Luego, en 1932, AEG realizó las primeras construcciones de grabadores de cintas magnéticas.
En 1933 fue cuando RCA Victor logró producir los primeros discos a 33 RPM. Hasta la fecha todo era a 78 RPM.
Los surcos de los discos de vinilo más pequeños –llamados en microsurcos– se hicieron en 1945. Estos permitieron que un disco pudiese contener 45 minutos de música. Los primeros discos de 45RPM fueron introducidos al mercado en 1949.
El láserdisc apareció en 1958. El cassette fue introducido por Philips en 1963; los primeros cassettes vírgenes –para que el público grabase– entraron en 1965.
El walkman –para escuchar cassette– fue creado por Sony en 1978 y el CD lo comercializaron –con poco éxito comercial– Sony y Phillips, en 1980.
El gran difusor de la utilidad del CD para la reproducción digital fue el director de orquesta Herbert Von Karajan, quien, en el festival de Salzburgo de 1981, hizo la primera grabación de la Sinfonía Alpina de Richard Strauss.
El primer reproductor casero de CD lo puso en el mercado Sony en 1982 y costaba 900 dólares. Una importante suma para la fecha.
Ya en 1988 la venta de CD superó a la de los LP. Al año siguiente nació Internet y de allí en adelante todo lo que ustedes conocen como grandes difusores de música.
Como pueden observar de esta breve reseña, la difusión masiva –y por ende la comercialización– de la música a escala global no tiene aún 100 años y es, sin dudas, uno de los fenómenos más divulgados de la producción artística en cualquier rincón del planeta.
Aquí incluimos una de las primeras grabaciones hechas de piano de nuestra gran Teresa Carreño, interpretando la balada No. 1 de Chopin: