«Museo» con Gael García Bernal en la 68° Berlinale
Martha Escalona Zerpa
Especial desde Berlín para: Analítica.com
Con la película «Museo» se presentó en el penúltino día de la 68° Berlinale la segunda participación latinoamericana en el Festival Internacional de Cine de Berlín. «Museo» está dirigida por Alonso Ruizpalacios y protagonizada por los actores mexicanos Gael García Bernal (como Juan) y Leonardo Ortizgris (como Benjamin).
La película comienza con imágenes originales del transporte (el 16 de abril de 1964) del monolito gigante de piedra del dios azteca de la lluvia Tlaloc conducido desde su lugar original en Coatlinchan en vehículos especiales hasta el Museo Antropológico recién construido en la Ciudad de México en 1963. Desde entonces está apostado frente a la entrada del museo. Pero: ¿Es ese su lugar correcto? ¿O debiera haber permanecido en su lugar originario?
«Museo» reescenifica el caso real de dos estudiantes de veterinaria, de clase media que viven en la Ciudad Satélite la zona residencial para la clase media alta y alta de México DF, y quienes precisamente en la noche de Navidad de 1985, a pocos meses del terremoto que afectó a la capital mexicana, roban una serie de piezas de la cultura maya del Museo Nacional de Antropología. Antes uno de ello había estado trabajando en el museo y por tanto conocía el museo a cabalidad.
Aunque la película «Museo» se inicia con el enunciado: «Esta historia es una réplica del original» en realidad no lo es. Entre otras razones porque el Museo Nacional de Antropología no fue robado nuevamente y porque los familiares de los ladrones no aceptaron dar informaciones sobre las razones que les motivaron a ellos a robar piezas arqueólogicas de la cultura Maya de un inestimable valor cultural, joyas insustituibles del patromonio de las culturas mesoamericanas.
La reconstrucción del robo, en un transfondo de música bombástica a la Cecil B. DeMille, fue recreado en estudios de cine que fueron transformados en réplicas de las salas del museo y con réplicas de la piezas robadas (entre ellas la máscara de jade del Rey Pakal del 603 D.C.) que se copiaron justamente para darle autenticidad a la película.
Lo que definitivamente no pudo ser una reconstruccción de la historia es no haber podido indagar en la mentalidad de los ladrones y en la motivación que tuvieron para perpetrar un robo con esas implicaciones.
Sin poder vender las piezas arqueólogicas a ningún coleccionista de arte o arquéologo interesado, los propios ladrones regresan al museo después de una peripecia al estilo de una roadmovie por las ruínas mayas de Palenque y por las playas de Acapulco, para devolver las piezas robadas. Un acto de redención si se quiere al aceptar el destino de ser perdedores. Si, lograron impresionar a la propia familia y al país entero, pero hiriendo la historia antropológica de México.
En el fondo se trató de dos treintañeros que no sabían qué hacer con su vida, quizás con alguna crisis de identidad o aburridos de la vida, los que perpetraron este robo, ningún grupo organizado de delincuentes como creyó inicialmente la policía mexicana. ¡Qué banal y absurdo puede ser el mal!
For the Silver Bear for Best Screenplay, we like to celebrate Manuel Alcalá & Alonso Ruizpalacios for Museo! #berlinale pic.twitter.com/7ivtJoLgpO
— Berlinale (@berlinale) February 24, 2018
Qué buena interpretación de Gael García Bernal y Leonardo Ortizgris como seres perdidos de sus propias vidas e inmersos en una deriva psicológica y en una búsqueda de identidad.
Ironicamente después del robo, el Museo de Antropología de la Ciudad de México tuvo un considerable aumento de visitantes que venían a observar las vitrinas vaciadas por el robo.
Y citando la voz en off de la película:
«Historia es siempre la invención de aquellos que la cuentan. La única verdad es aquella que se encuentra al final de la historia»
Preguntas de interés sobre procedencia y saqueo de piezas arqueológicas: fueron tema en «Museo», tales como: ¿a quién pertenece y dónde pertenece la propiedad cultural? ¿A Museos de Arqueología? ¿A coleccionistas privados? En especial ¿Fue correcto enviar los objetos hallados en Palenque a un museo de la capital en lugar de dejarlos en el santuario de los mayas? ¿Cómo opera el robo, despojo y venta de bienes culturales de antropología y arqueología?
Preguntas que quedaron sin una respuesta definida. Ya el inicio de la películas había hecho referencia a ello con el traslado del monolito de Tlaloc.