Melancholia de Lars von Trier
Melancholia es un planeta. Melancholia es una mujer llamada Justine. Melancholia es una película acerca del fin del mundo, un drama dentro de la categoría de ciencia ficción, escrito y dirigido por Lars von Trier, exhibida en el reciente festival de Cannes.
La cinta comienza con la suntuosa boda de Justine (Kirsten Dunst) y Michael (Alexander Skarsgard) en la solitaria mansión de la hermana de la novia (Charlotte Gainsbourg) y de su marido (Kiefer Sutherland). Mientras, el planeta Melancholia avanza inexorablemente hacia la tierra en una trayectoria de colisión. Un simple cambio de órbita planetaria amenaza con el fin de los tiempos. En su propio aislamiento, estos personajes viven a su manera el miedo al fin de un mundo construido en los estrechos límites de su lenguaje, sentimientos y emociones. Es como una analogía con las incertidumbres globales. Justine, cuya profunda depresión y abandono sentimental la hacen vulnerable y errática, es el personaje donde se anclan las intuiciones. Su rol en la trama va poco a poco proyectando la definición con la que H. A. Murena (La metáfora y lo sagrado) definió la melancolía: “La nostalgia por algo perdido o nunca alcanzado, un mundo que falta de modo irremediable”.
Lars von Trier es un director y guionista danés, le fue otorgada la Palma de Oro con Bailar en la oscuridad (2000) y dos premios del Jurado por Europa (1991) y Rompiendo las olas (1996). Es impecable la puesta en escena, así como el trabajo del director de fotografía, Manuel Alberto Claro.
Pero ¿qué es la melancolía? La melancolía (del griego μέλας, «negro» y χολή, «bilis»), la define Robert Burton como “un océano de dolores y sufrimientos”. A partir de su obra The Anatomy of Melancholy, escrita en 1621, se la considera como el trastorno psiquiátrico más generalizado del mundo contemporáneo. En Duelo y Melancolía (1917), Freud se refiere siempre al “melancólico”, pero la psiquiatría contemporánea prefiere hablar de depresivo (o bipolar), término médico que viene del latín “depressio”, y que significa “abatido” o “derribado”. Es un trastorno del estado de ánimo dentro del ámbito de la psicopatología cuyo síntoma habitual es un estado de abatimiento e infelicidad. Hay factores desencadenantes tales como los sentimientos derivados de decepciones sentimentales, maltrato infantil, tragedias personales, haber atravesado experiencias cercanas a la muerte o el no haber elaborado el duelo por la muerte o separación de un ser querido. En la antigüedad, la melancolía era considerada como un pecado y la persona era execrada de su entorno. Sin embargo, a partir de Aristóteles, la melancolía fue considerada también como una condición privilegiada de inspiración, genio poético, filosófico y religioso.
Sin entrar en las consideraciones anteriores, el film de Von Trier muestra la fragilidad, la pequeñez y la futilidad de las conductas de sus personajes ante la grandiosidad del universo. La mecánica celeste, en perfecto equilibrio, hace posible la vida en la tierra, con sus encantamientos y sus dramas. Un alejamiento o acercamiento al sol de apenas centímetros provocaría cataclismos climáticos. En su film, un simple cambio de órbita, significa el fin del mundo, así como un simple gesto, una palabra o el desamor de unos padres fatuos e indolentes como los de Justine, significan el cambio de órbita de una vida, sumiéndola en la melancolía, destinándola a entrar en colisión permanente con el mundo de los sentimientos. En el desarrollo de la trama, nos damos cuenta de que en realidad el Apocalipsis se produce en cada individuo. El de Justine nos conduce a una suerte de claridad, a un despertar.
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