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María Luisa Escobar y el Ateneo de Caracas

(%=Image(2180448,»L»)%) El Ateneo de Caracas fue fundado el 8 de agosto de 1931 por iniciativa de la pianista y compositora valenciana María Luisa Escobar, quien también creó la Asociación Venezolana de Autores y Compositores y luchó incansablemente por el reconocimiento a los Derechos de Autor. María Luisa González Gragirena, quien adoptó el apellido Escobar después de su segundo matrimonio con el violinista José Antonio Escobar Saluzzo, reunió en su casa a un grupo de mujeres con la intención de constituir una Junta que habría de fundar un Centro dedicado a la Cultura, el Arte y la Ciencia. El nombre de Ateneo de Caracas fue propuesto por Eva Mondolfi. La primera directiva la integraron Luisa del Valle Silva, Cachi de Corao, Enma Silveira y Ana Cristina Medina Jiménez. Los padrinos del acto de fundación fueron el maestro Pedro Antonio Ríos Reina y Eva Mondolfi.

La historia del movimiento cultural venezolano giraba en torno al Ateneo de Caracas. Congregó a pintores, escultores, novelistas, poetas, historiadores, músicos, el mundo del teatro y el ballet. Impulsó la cultura con proyección internacional. Desde sus inicios, el Ateneo fue un lugar de convergencia de destacados hombres y mujeres y era frecuentado por los escritores, en especial el Grupo Viernes, combatido, incomprendido en sus novísimas creaciones poéticas. Con los viernistas, escribe Lucila Palacios en su libro Espejo Rodante, se reunían los integrantes del Ateneo en la casa de habitación de María Luisa Escobar, para dar lectura a sus obras. Algunos de ellos, Pedro Grases, Pablo Rojas Guardia, Pascual Venegas Filardo, Manuel Felipe Rugeles, Aquiles Certad, Luis Fernando Álvarez y Ramón Díaz Sánchez

De las nuevas generaciones también frecuentaron el Ateneo Aquiles Nazca, Rafael Clemente Arráiz, Juan Beroes, Ida Gramcko, Ramón González Paredes, Lucila Palacios, Luz Machado, Alirio Ugarte Pelayo, Ana Enriqueta Terán, Jean Aristiguieta, Pedro Antonio Vásquez, René D´Sola, Manuel Alfredo Rugeles y otros.

La historia, aunque algunos deseen sepultarla en el olvido, tiene la terquedad de los grandes ríos. Ellos siempre vuelven a su cauce natural aunque la voluntad humana trate de desviarlos. Este recuerdo documentado con notas de prensa, escritos de puño y letra y fotografías, viene a cuento a raíz de la intervención, por parte del Ministerio de la Cultura, en la administración de los Ateneos de Venezuela.

A propósito de estas declaraciones Carmen Ramia, Presidenta del Ateneo de Caracas, señala: “…El Ateneo de Caracas es una institución privada como lo son todos los ateneos del país y tenemos capacidad de decisión. La intervención es una aberración … La ley indica que somos un ente privado y no nos pueden intervenir, pero como aquí no se respeta la ley, todo es posible. A nosotros pueden quitarnos el edificio y el subsidio –que es sólo del 18 % del presupuesto-, esto lo que significaría es que entregamos el edificio y nos vamos a otra sede y seguimos trabajando como hasta ahora porque el Ateneo no es un edificio” … Por otra parte, Javier Martínez, al frente de la Federación de Ateneos de Ateneos, considera ilegal esta intervención, por ser estos instituciones de carácter privado, que sólo reciben una fracción de recursos del Estado para su financiamiento. Para Martínez, “el que los ateneos sean reductos privados para la cultura es positivo, puesto que los aleja de la politización” (El Nacional 8/08/07).

Desde su fundación hasta ahora, el Ateneo de Caracas es y ha sido un tributo a la excelencia, al amor por el país, donde han tenido cabida todas las tendencias políticas y las manifestaciones de la cultura venezolana, sus tradiciones, sus valores. Las señoras María Teresa Castillo, Carmen Ramia y sus colaboradores han realizado una incansable y valiosa labor, que ha permitido a niños, jóvenes y adultos recrearse con los conciertos, el teatro, el cine, las exposiciones de artes plásticas, presentaciones de libros, foros, conferencias, recitales, en fin, no podría en una nota llevar cuenta de lo que nos ha ofrecido siempre el Ateneo de Caracas, con unos precios casi irrisorios que han permitido a los ciudadanos de pocos recursos económicos conocer y disfrutar las manifestaciones culturales mas diversas.

Y regresando a los primeros años de funcionamiento del Ateneo de Caracas, de cuya iniciativa surgió la creación de Ateneos en todo el país, me entrego a la lectura de los diarios de la época, y leo que a partir de 1932 se dictan conferencias sobre la historia de la novela en Venezuela, se celebran festivales de poesía y música, con la participación de escritores venezolanos y extranjeros, entre ellos Andrés Eloy Blanco, Fernando Paz Castillo, Luisa del Valle Silva, Jacinto Bombona Pachano, Alberto Arvelo Torrealba y otros. Recordemos que el Ateneo creó la Exposición Anual de Artes Plásticas, a la que concurrió todo el país. Se expuso la obra de Armando Reverón, Federico Brandt y Francisco Narváez, entre otros. Mi biblioteca abunda en datos sobre la espléndida labor del Ateneo en sus primeros años de existencia, pero debo concluir con una reflexión: El Ateneo de Caracas siempre fue una institución de carácter privado, abierto a todos sin distinciones y sirvió de reducto a las luchas contra la dictadura. El 14 de febrero de 1936 se instala en su sede la Junta Patriótica Femenina y el día siguiente se instala el cuartel general de la Guardia Cívica Venezolana. En el Ateneo se celebraron las Conferencias Venezolanistas. El país vivía momentos agitados a raíz de la muerte de Juan Vicente Gómez y en la clandestinidad se trabajaba por la libertad. Al finalizar la etapa gomecista se celebraron numerosos eventos literarios, uno de ellos en homenaje a Rómulo Gallegos a su regreso del exilio, con el concurso de escritores de la talla de Antonio Arráiz, Lucila Palacios y Julián Padrón.

Vivimos días de destrucción sistemática de la memoria histórica de Venezuela por parte de un régimen que se ha propuesto borrar todo lo que pertenezca al pasado, aunque sean las mejores manifestaciones de un pueblo inteligente, laborioso y creativo como el nuestro. Es importante tener presente lo que han significado y significan los Ateneos en Venezuela. No olvidemos tampoco a María Luisa Escobar y a todos aquellos hombres y mujeres que trabajaron con dedicación y honradez. Es necesario recordar sus luchas y su compromiso con el movimiento artístico, literario y musical del país.

La ciudadanía venezolana tiene mucho que decir con respecto al apoyo que merece el Ateneo de Caracas y los ateneos de todo el país. No los dejemos solos. Son y siempre serán de todos los venezolanos.

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