Manuel Espinoza: “Estamos pasando de una era de protagonismo personal a una modernización”
(%=Link(«/bitblioteca/home/cultura.asp»,»El debate sobre la cultura en La BitBlioteca»)%)
1. ¿Un nuevo concepto de cultura?
2. Un problema de presupuesto
3. Tres pasos de la política cultural de la revolución bolivariana
4. De la era del protagonismo a la modernización
5. “Yo estoy financiando este cargo”
6. Estar o no estar con el proceso: ¿un dilema?
7. ¿Cargos con alternabilidad?
8. Una definición de la “Revolución Cultural Bolivariana Liberadora
9. La cultura como instrumento de desarrollo social
10. Proyectos en puerta: concretando
(%=Image(6154752,»R»)%) Recientemente hemos sido testigos de uno de los ajustes de cargos más polémicos desde hace algún tiempo dentro del sector cultura. No deja de impresionar la repentina sacudida que nos fue anunciada el día domingo en el programa Aló, Presidente, cuando nombres que parecían intocables, como el de (%=Link(7907071,»Sofía Ímber»)%), sumó la lista de los “removidos”. Por lo sorpresivo, para algunos, del cambio anunciado, muchos no terminan de comprender hacia dónde se dirige la política cultural de esta “Revolución Bolivariana” que lidera nuestro presidente.
En una entrevista exclusiva para Venezuela Analítica, el viceministro de Cultura, (%=Link(«/bitblioteca/mespinoza/»,»Manuel Espinoza»)%), intenta echar luz sobre tan, de pronto, importante tema de debate, al que después de muchos años de silencio e indolencia, tanto oficial como social, parecen haberle aparecido más dolientes que a un tío millonario sin hijos a quien dejar la herencia.
VA.- Toda la “sacudida” del sector cultura tiene a la gente a la expectativa con respecto a lo que va a suceder. Una de las cosas que nos inquieta es la dirección de los cambios del sector cultura, si partimos de los recientes nombramientos. ¿Puede ofrecernos un panorama de lo que proyecta y espera a través de estas medidas y de las nuevas políticas culturales? ¿Qué justifica los cambios?
ME.- En primer lugar, cuando llegamos al cargo nos encontramos con una situación bastante preocupante, como era el desequilibrio de la gestión cultural, la responsabilidad del Estado en cuanto a cultura, el apoyo al financiamiento cultural y el desequilibrio en cuanto lo que era el reparto y la distribución de esos recursos, tanto en las áreas de la gestión cultural pública como en las áreas del territorio. Nos encontramos con que el 80% de los recursos del Estado quedaban concentrados en la región capital, específicamente en Altamira (CELARG), el eje central de Caracas y donde está el museo Jacobo Borges. El 20% quedaba en el resto del país.
Esa misma proporción quedaba distribuida en cuatro áreas, privilegiando las Bellas Artes (música, teatro, danza, museos y tres casas de cultura, como la de Caracas, Valencia y Carúpano), ocupando el 80 % de los recursos.
Los entes tutelados —que son los organismos adscritos formalmente al CONAC— están todos localizados en la región capital y no hay ni un solo ente tutelado en el interior. Igualmente, los recursos del Estado están divididos en cuatro bloques: el funcionamiento del CONAC y las direcciones generales sectoriales con algunos recursos para programas, los entes tutelados adscritos o asociados, y otra parte que, en el presupuesto anterior llegaba a 9 millardos, y para los aportes a los organismo privados que reciben los recursos de financiamiento.
De esos 9 millardos de los subsidios el 40% también se quedaba en Caracas. Eso nos daba la idea de la primera tarea que tenemos que resolver: ese desequilibrio, esa deformación, esa desviación que debilita la presencia del estado en el territorio nacional y descuida áreas vitales. ¿Qué hicimos nosotros?
Un nuevo concepto de cultura
ME.- Partimos de una definición diferente de cultura, pues entendimos que esa política que se había planteado y establecido anteriormente obedecía también a una deformación conceptual que partía de un concepto limitado y empobrecedor de la cultura, privilegiando sólo las expresiones artísticas y la creación literaria… Es que ni siquiera la creación literaria, porque esa es una de las zonas más descuidadas también.
Asumimos la cultura como las expresiones, las manifestaciones de esa fuerza generativa que es la creatividad humana en todas sus formas y niveles. Eso nos permitía apuntar hacia ese factor esencial en todas las manifestaciones de la vida cotidiana, de la política, de la familia, de la economía, la productividad, las tradiciones, incluyendo todo lo que anteriormente se comprendía como cultura.
En ese sentido también vimos que el Estado venezolano no disponía de ningún cuerpo de orientaciones fundamentales explícitas para la cultura, tampoco había planes generales de desarrollo del Estado y mucho menos articulación entre uno y otro, entre cultura y desarrollo
general, económico, institucional. Tampoco existía una articulación formal entre las instituciones ejecutoras de los programas culturales públicos.
Empezamos a establecer unos lineamientos generales para concebir la acción cultural pública en el marco de un sistema nacional de cultura que articula la acción para darle direccionalidad y coherencia a todos los organismos que tienen que ver directa o indirectamente con cultura, sean públicos o privados, desde las instancias de las comunidades rurales, parroquias, municipios, estados, regiones y el Estado central, incluyendo también, ampliando el espacio que se ocupaba de la cultura que privilegiaba las artes y la creación literaria hacia seis programas que son los que definen nuestras políticas desde ahora en adelante, y que son la acción sociocultural comunitaria, la cultura en la educación, las artesanías, industrias culturales, infraestructura cultural y patrimonio cultural. El espacio se ensancha, es más complejo, más amplio…
Un problema de presupuesto
ME.- Nos encontramos con otro problema, el presupuesto de la cultura, que ha venido disminuyendo nominalmente y realmente. Nominalmente porque las cantidades que nos han dado han sido menores, y luego, en la práctica, por los efectos de la inflación, lo que nos han dado que antes podía valer más ahora vale menos. Se nos presentaba un panorama bastante complejo.
Tres pasos de la política cultural de la revolución bolivariana
(%=Image(5628095,»L»)%)
ME.- Lo primero ha sido la redefinición de cultura; segundo, se comenzó la elaboración de un cuerpo de políticas que por primera vez en la historia son un conjunto de políticas explícitas que orientan la acción cultural del Estado, tercero, comenzamos un proceso de reorganización de este organismo para adaptarlo a las nuevas realidades y exigencias, necesidades culturales cualitavitas y cuantitativas, todo esto desde la cultura hacia el mejoramiento de la educación, el desarrollo social comunitario, territorialidad y ambiente.
Establecimos algunos fundamentos que partían del principio de la
creatividad, calidad, pensamiento integrador, participación, territorialidad y acción integradora, y así mismo, principios que orientaban todo lo que es la nueva gestión cultural pública desde el punto de vista de cultura organizacional, donde cuenta también la calidad de las relaciones humanas.
¿Qué es la acción cultural para el Estado?
Nosotros entendemos que la acción cultural es una fuerza de cohesión, de movilización, de organización social para fortalecer el proceso de establecimiento y consolidación del tejido social del país.
¿Pero por qué las remociones en el sector?
En cuanto a lo que es los entes tutelados, nosotros estamos tratando de desbloquear el estancamiento en el que estas instituciones se encontraban, y ese desbloqueo, esa ruptura de ese dique de contención, tiene su expresión inicial en ese terremoto que hemos producido ahí, que no se trata de destituir a nadie ni de descalificar a nadie, sino de tomar una medida severa para garantizar el relevo, para garantizar la alternabilidad, para garantizar la continuidad de la incorporación de nuevas generaciones de profesionales y gerentes en el manejo de esas instituciones, y poniendo énfasis en la necesidad de la formación de los recursos humanos especializados.
Formalmente hemos creado el Instituto Nacional de Gerencia Cultural y todos estos organismos en las diferentes áreas, tienen la obligación de crear programas permanentes de mejoramiento profesional y de formación de Recursos Humanos especializados para cada área.
De la era del protagonismo a la modernización
VA.- Hay quienes sostienen que en algunas instituciones se puede ver una tendencia personalista, como el caso del MACCSI y de (%=Link(1953816,»Sofía Ímber»)%). De hecho, al pensar en el primero, es inevitable asociarlo con quien ha sido su directora durante muchos años. ¿Eso sería las características que se proponen…
ME.- Yo te podría decir dos cosas al respecto: por nuestra propia experiencia hemos visto que en la gestión pública, hay dos tipos de
personalidades o de perfiles: hay unas personalidades que desarrollan su experiencia como protagonismo personal, centradas en un protagonismo
carismático, y hay otra —que es la que nosotros apoyamos— que es la de la gerencia o liderazgo de producción de organización. Eso es lo que consideramos constructivo, útil, y puede tener todas las cualidades del líder carismático, pero su función es crear organización, producir organización…
Es allí donde se plantea una ruptura histórica. Estamos pasando de una era de protagonismo personal a una modernización, poniendo énfasis sobre esa cultura de mejoramiento, de innovación, de perfeccionamiento, de construcción, de profundización… Entendemos que algunas personalidades han ofrecido un gran papel constructivo, reconocemos sus méritos, pero estamos viviendo en una época donde es necesario modernizarse. Porque ese protagonismo, aparte de sus
cualidades, impedía evaluación, seguimiento, control, planificación, y
creaban también alguna serie de vicios de carácter administrativo que llegaban a casos delicados y extremos.
VA.- Uno de los temores es que esto sea un "quítate tú pa’ ponerme yo". La gente siente que hay una ideología que se tiene que irradiar bajo la amenaza de que el que no comulgue con ella, está en contra del proceso. ¿Qué tiene usted que decir al respecto como viceministro?
ME.- Yo creo que hay una serie de instrumentos que pueden dar respuesta a esta inquietud. En primer lugar, tenemos un instrumento fundacional de la República que es la (%=Link(«/bitblioteca/anc/constitucion1999.asp»,»Constitución Bolivariana»)%). Este es sumamente importante porque establece unas orietaciones o normas de comportamiento por parte del Estado que impiden esas deformaciones, al menos lo plantea como derechos y deberes de todos los organismos que conforman la sociedad, y todas las instancias y factores que intervienen allí.
En segundo lugar, estas decisiones las hemos tomado sobre la base de lineamientos políticos explícitos, a la luz pública, y dentro de esos lineamientos, está el establecimiento de unas estructuras de gestión, de evaluación, de programación, de planificación, dentro de unos marcos legales precisos que impiden el manejo arbitrario y caprichoso en ese sentido. Queremos favorecer el reconocimiento de méritos, el desarrollo de carreras dentro de la administración, el principio de la evaluación del desempeño de los funcionarios, de la valoración de méritos, de honestidad, de excelencia, estamos partiendo del principio de meritocracia.
Eso tiende a corregir toda una tradición anterior donde no se consideraba esto. Por eso vemos una administración pública desmotivada, descalificada… Comparas los sueldos que gana la gente de la administración pública central con los de la empresa privada y eso dan ganas de reír.
“Yo estoy financiando este cargo”
ME.- Hoy día, un cargo como este, de vice-ministerio, o el presidente del CONAC, no pasa de 750.000,00 Bs. El sueldo del ministro es de 850.000,00 bolívares. Yo no creo que el presidente de la República llegue con su sueldo oficial, normal, a un millón de bolívares.
¿Quién quiere trabajar así? ¿Alguien que tiene algunas intenciones de mejoramiento? El que se mete a trabajar en esto es, o porque ha estado sobreviviendo ahí a duras penas y no tiene ningún estímulo para seguir creciendo por ningún lado, o está, por alguna razón de tipo personal o política, por mística. Todos los que están conmigo aquí lo están por el valor de la cultura y no por un sueldo que le estén pagando, porque hay valores que los atrae, están entusiasmados por una posibilidad de transformación, empezando por mí. Yo estoy financiando con mi profesión este cargo. La pintura me está apoyando a mí en este caso. Está colaborando con la "revolución bolivariana" [risas]. Es difícil.
La gente que nosotros hemos incorporado, este nuevo contingente de
profesionales, viendo su hoja de vida, son gente que yo considero, desde los más jóvenes hasta los mayores, de una hoja impecable, donde nosotros hemos tomado en consideración fundamentalmente: motivación, talento (inteligencia y creatividad), calidad humana y sentido de compromiso social, además de elementos importantes como el conocimiento y la experiencia. A nadie se le ha pedido un carnet de partido, una filiación explícita jurada con el presidente (%=Link(«/bitblioteca/hchavez/»,»Chávez»)%), el partido de gobierno o una ideología deterinada.
Estar o no estar con el proceso: ¿un dilema?
VA.- ¿Qué es estar con el proceso o qué es no estar con el proceso?
Yo creo que estar con el proceso es tener la voluntad de colaboración para que este país supere todas sus deficiencias y estancamientos, social, económico, político, cultural, educativo, etc.
Y luego, entendiendo que ha sido muy difícil formar este grupo. Por un lado, nadie me ha dicho "¿cuánto me vas a pagar?", porque al fin se dio la oportunidad y la posibilidad de relevo. Yo parto de un principio ético: es fundamental que todos los líderes que han entrado a esos nuevos entes, tengan la obligación moral de iniciar un proceso de formación de cuadros de relevo.
Si tú te pones a hacer una evaluación de esas instituciones cuyos
líderes han permanecido por más de 15 ó 20 años, ves un proceso de
estancamiento y de desviación, desde manifestaciones directas de corrupción hasta negligencia.
¿Cargos con alternabilidad?
VA.- ¿Qué piensa usted de la posibilidad de colegiar al trabajador cultural?
ME.- Eso se ha propuesto muchas veces. Creo que estamos llegando a un momento donde eso se podría cristalizar.
VA.- ¿Garantizaría la inserción de los nuevos protagonistas en el sector y el relevo del liderzgo?
ME.- Sería también un factor vigilante, de opinión. Si no nos tomamos nosotros la comunidad de la gerencia cultural, no se movilizan. Uno de los puntos que queremos sancionar con respecto a los entes tutelados, adscritos y asociados, son los ciclos, por ejemplo, períodos de gestión que no lleguen más allá de cinco años. Creo que eso no es ni muy corto ni muy largo, pues permite que un gerente desarrolle una obra importante.
VA.- ¿Qué decir de la seguridad social del trabajador cultural?
ME.- Ese es otro aspecto. Desde que llegamos aquí encontramos una situación de desamparo total del trabajador cultural. Por eso hemos creado un fondo para atender casos de emergencia, pero también estamos desarrollando un proyecto que es un sistema nacional unificado de protección social al artista, al trabajador cultural y al artesano. Eso lo estamos trabajando para vincularlo con el sistema nacional de seguridad social. Creo que este año, a final de año, tendremos
esto unificado, incluso con colaboración de la empresa privada.
Una definición de la “Revolución Cultural Bolivariana Liberadora”
VA.- Algunos se han alarmado con la idea de una “revolución cultural”, porque estas palabras les evocan recuerdos de la Revolución Cultural China. ¿Puede usted darnos a conocer cuál es la idea que maneja el Estado al respecto?
ME.- Yo creo que aquí, si alguna definición podemos hacer de la Revolución Cultural, es que sea una revolución fundamentalmente humana y una revolución de la inteligencia creadora. Queremos realmente despertar todas las fuerzas creativas potenciales de los individuos y las comunidades: ése es un despertar revolucionario. Y luego, la energía de esa revolución es la inteligencia creadora.
Yo recuerdo que el maestro [Luis Beltrán] Prieto, en un discurso por una conmemoración pública, dijo que él tenía un motor que garantizaba el crecimiento, y que ese motor era la inteligencia creadora. Ese es el motor de la revolución cultural bolivariana: la creatividad, la construcción, la exploración y la liberación de todas las ataduras que tienen los individuos para su expresión plena, para expresar su potencial. Si nosotros logramos como sociedad la eficiencia social de los países europeos, nosotros estamos haciendo una revolución… Si logramos construir un Estado eficiente, eso es una revolución.
VA.- Hacía mucho tiempo que poco se hablaba del sector cultura como un problema a debatir, y en estos días, estos cambios han llevado a que la cultura aparezca en primera plana de los diarios…
ME.- ¡Lo hemos logrado!
VA.- ¿Por qué el Presidente retoma el timón del sector cultural?
ME.- Una vez alguien me preguntó cuáles son las palabras que me vienen a la mente cuando oigo la palabra "Chávez", y creo que son varias: en primer lugar visión, fuerza de voluntad, compromiso social, inteligencia creadora… Si tú sumas eso, perfilas a esa personalidad. Cuando uno habla con él uno siente que está frente a una persona comprometida auténticamente, que valora ese cuerpo potencial inmenso que es el venezolano como pueblo. Él trata de hacer conexión con esa fuerza que está allí que es la intencionalidad, la intuición, la disposición, la voluntad, la potencialidad de transformación
histórica de toda esa gente que es como una masa de pueblo que se llama
Venezuela, con quien él ha entrado en sintonía emocional, intuitiva, pero su identificación está vinculada a una esperanza, a una expectativa, a un deseo de ser del venezolano.
Yo creo que la gente lo apoya por él le está elevando el sentido de ser de cada uno, de la autoestima, impulsándolo también a que se realice todo su potencial individual y colectivo, histórico, incluso, porque está refiriéndose todo el tiempo a la historia más inmediata hasta las grandes agendas históricas, recordando eso para
valorizarnos, reforzar nuestra autoestima para impulsarnos a ser plenamente lo que podemos ser, y está impulsando también las grandes tareas colectivas. Creo que ese es el gran fluido, la fuerza que nos identifica. Y como él sabe también que él es un ser que evoluciona, no se siente concluido ni tiene toda la verdad en las manos, es un observador curioso, acucioso, de lo que sucede y de lo que puede suceder, y está asimilando permanentemente y enriqueciendo su
desempeño en ese proceso de asimilación constante de la experiencia y de la realidad que se está encontrando todos los días.
La cultura como instrumento de desarrollo social
VA.- En Venezuela, durante muchos años, se ha visto un proceso de exclusión social sistemática. ¿Cómo se prevé el CONAC revertir esta situación?
ME.- Se puede atacar el problema de la exclusión en la dimensión interior y la exterior, porque hay un problema gravísimo que es la exclusión de conciencia.
Mucha gente es exclusiva sin darse cuenta, es inconsciente. Nosotros tenemos que atacar eso produciendo una retoma profunda del pensamiento, ir hacia la reconstrucción de un instrumental de percepción que nos permita un acercamiento a la realidad con un instrumental más compleja, una reforma epistemológica, porque si nosotros no logramos modificar esa matriz siempre lo que hagamos exteriormente va a estar determinada por esa matriz de exclusión.
Tenemos que atacar con medidas técnicas, políticas y administrativas para la democratización del acceso, tanto al consumo, uso y disfrute de los bienes y servicios culturales, como también el acceso a las posibilidades de comunicación y expresión que permitan que las personas se realicen, y no solamente consuman los productos culturales. No es una participación pasiva de consumista, sino activa, con una conciencia más abarcante, más integral, partiendo de una conciencia de las necesidades reales del ser humano, y no las artificiales que mantienen ese constante crecimiento en el consumo. Lo que nosotros queremos es calidad de vida, pero ella no se determina por la cantidad de productos a los que tengas acceso, sino en función de la calidad de las necesidades conscientes. Nosotros tenemos que crear un consumismo crítico ante un consumismo alienado, enajenado.
Hay un problema de dos exclusiones: el problema de la reforma del pensamiento profundo, una reconstrucción de la personalidad real del individuo, y luego, una reconstrucción también de la estructura de producción de consumo, y partimos incluso, que la demanda, tiene que ser por la vía de la cultura crítica, y la oferta, por la vía del crecimiento tecnológico.
Proyectos en puerta: concretando
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ME.- Para iniciar este proceso tenemos una serie de fascículos de un programa que se llama "Vivir la democracia" encartados en la prensa, para la conciencia de los valores, deberes y derechos. Eso en cuanto a la promoción democrática. Y luego iniciar un debate sobre el problema del consumo, democratizar el consumo.
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ME.- Ayer se comenzó a trabajar en el primer módulo del complejo cultural comunitario en San José de Barlovento. Administrados y programados por la misma comunidad. Es un complejo integrado por cuatro módulos. Vamos a dar apoyo porque allí entrará ciencia y tecnología, educación, CIARA también, cultura (museo comunitario, salas de lectura, salas multimedia, etc.) y una red de radio difusión comunitaria. Esto irá articulado con los infocentros. Esos módulos tendrán distintas formas de construcción. Cada módulo cuesta alrededor de unos 150 millones. Hay uno piloto en La Vega que cuesta alrededor de 600
millones, y tiene desde canchas hasta salas. -
VA.- ¿Integrarán alcaldías y gobernaciones?
ME.- Estamos trabajando en el sistema nacional de financiamiento cultural y allí, estamos trabajando en "contratos de co-gestión". Partimos del principio de que estamos aportando junto con las alcaldías en proporciones de 2-1 o de 1-1 del presupuesto para estimular el compromiso. En este momento se da el caso dramático de que muchos alcaldes ignoran de que lo que tienen ellos mismos como instalación ha sido dada por nosotros.
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VA.- ¿Cómo se prevé la participación social en le proyecto de los Saraos?
ME.- Se está buscando articulación con el ministerio de planificación y desarrollo. Los Saraos son núcleos urbanos y estamos buscando la inserción dentro de esos núcleos poblacionales que están naciendo.
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ME.- Hay otro proyecto interesante que es lo de la tarjeta cultural. Está en proyecto para darle acceso al contingente conformado por los maestros, trabajadores culturales, artistas, estudiantes, para que dispongan a un acceso al consumo cultural (discos, etc.) con descuentos desde el acceso gratis hasta el 60%. La Cámara del Libro le garantiza a los tarjeta habientes un descuento mayor del que le dan a las librerías. Cada persona tiene la posibilidad de que cinco miembros de su familia utilicen la tarjeta. La idea es estimular el consumo cultural. Eso está apoyado por la Fundación Polar. Vamos a comenzar
por unas diez mil personas, por ahora, por los registrados en nómina. -
ME.- Viene por allí el concurso para la cédula de identidad de los venezolanos.
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ME.- En este proceso de la estructura institucional central y descentralizada, tenía que ser una acción paralela de carácter jurídico, técnico administrativo y financiero con esos instrumentos, un plan de estructuración nacional para la existencia formal dentro de todo el territorio. Así que comenzamos ya a establecer contacto con todas las regiones, con las corporaciones regionales de desarrollo, programas como el CIARA (que son fundaciones para la capacitación y el desarrollo rural) y ampliando los cuadros de acción de artesanía, para que trabajara también la parte de la productividad y la diversificación de la producción, no sólo las artesanías artísticas sino las artesanías en general, que incluyera producción experimental de tipo agrícola, procesamiento de alimentos, mediante cooperativas, tratamiento de materia prima para artesanía, tratamiento de madera, de fibras, de colorante, gastronomía, etc.
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ME.- Hemos creado comunidades de coordinación de las regiones para vincularlas a la acción de planificación estratégica de la gestión cultural desde el organismo central. Vamos a crear en cada estado unas comunidades que coordinen, bien sean comunidades, consejos estadales, cabildos culturales, asambleas culturales, etc., donde se garantice la presencia del Estado, del empresariado privado y de las comunidades
organizadas. Estamos trabajando también en función del sistema, organizando una trama y urdimbre de redes que trabajan con el plan nacional de redes sociales, el plan nacional de juventud y cambio, patria joven, que es un movimiento juvenil, el sistema educativo, el sistema de bibliotecas públicas, el de archivo, de las orquestas, de danza, teatro y artes plásticas, museos, casas de cultura, y todas las instituciones culturales formalizadas, sea para la afición o la profesión. -
ME.- Estamos trabajando en tres leyes: una Ley Orgánica de la Cultura, la reforma de la Ley del Conac y otra, la Ley del Mecenazgo, para la participación orgánica de la empresa privada en la cultura.
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