La memoria viviente en la 68° Berlinale: La impunidad hecha ley
Martha Escalona Zerpa
Especial desde Berlín para Analítica.com
Son las heridas que no cierran. Son las huellas de las dictaduras en Chile, Uruguay, España o en algún otro país donde la llamada Ley de Amnistía sea pronunciada para tapar la verdad. En realidad son una ley que sirve para silenciar las torturas y los asesinatos y para legitimar la impunidad.
El año pasado en el marco de la Berlinale 2017 la joven cineasta chilena Lissette Orozco estrenó su ópera prima «El Pacto de Adriana». En su documental ella cuestionaba la complicidad y el silencio de los seguidores de Pinochet para con las víctimas de la dictadura.
Su perspectiva no fue tan sólo general sino con una mirada muy personal e íntima sobre la historia de su propia tía Adriana Rivas, quien perteneció al círculo más allegado al dictador al ser secretaria personal de Manuel Contreras, jefe de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
En conversación con la Deutsche Welle Lissette Orozco comentaba lo siguiente: «En la película queda claro que hay muchos hombres y mujeres como mi tía, que están en la calle. Puedes ir a comprar al negocio en la esquina de tu casa y encontrarte con el torturador de un familiar tuyo. Eso provoca en Chile mucha rabia por la impunidad, porque no hay justicia, ni verdad»(…) «Más que perdón, lo que los familiares de desaparecidos quieren es verdad. El pacto del silencio es muy cruel para la sociedad». Quiero que esos secretos dejen de existir; es la única forma de hacer conciencia y lograr un cambio en la sociedad», constató la realizadora.
En ésta 68° Berlinale pudimos ver dos documentales que abordan la misma temática. Se refieren por un lado, a los crímenes de lesa humanidad bajo la dictadura de Franco (1936-1975) en España y bajo la dictadura de Juan María Bordaberry (1973-1985) en Uruguay.
El primer documental «El silencio de los otros», dirigido por Almudena Carrecedo y Robert Bahar y co-producido por Pedro y Agustín Almodóvar ha sido presentado en Panorama, la segunda sección más relevante del festival.
El documental de Carrecedo y Bahar está basado en entrevistas a lo largo de los últimos seis años, con víctimas del franquismo o familiares de ellas y con abogados especializados en derechos humanos, en particular el trabajo de la jueza argentina María Servini, para investigar los crimenes del franquismo y llevar a los culpables a juicio.
Es un intento de romper el «pacto de silencio» 70 años después de la Guerra Civil establecido tras la muerte de Franco por los enemigos de la Guerra Civil, que de este modo pretendían contribuir a la reconciliación nacional.
La Ley de Amnistía decretada por el parlamento español 1977 impide el seguimiento de las querrellas. Los intentos para que sea derogada por parte del trabajo del abogado español Baltasar Garzón o la jueza argentina María Servini han sido, salvo algunos pequeños éxitos, prácticamente infructuosos.
Mientras la justicia argentina considera las desapariciones forzosas del franquismo como crímenes de genocidio y lesa humanidad, España los considera crímenes comunes y prescritos. Después de décadas de silencio, la sociedad española ha sabido que centenares de niños fueron robados antes y durante la dictadura.
Los sobrevivientes de las víctimas quieren, al menos, que sus muertos puedan finalmente descansar en paz, ante la posibilidad de permitir abrir las fosas comunes y exhumar a los asesinados por el franquismo. Ya en 2008 Baltasar Garzón abrió una instrucción que tuvo por objetivo localizar e identificar más de 100.000 víctimas de la represión franquista, cuyos restos yacen en centenares de fosas comunes por toda España.
El otro documental «Unas preguntas» de la directora suiza-alemana Kristina Konrad, muestra con videos originales de los ochentas en 273 minutos la movilización de la sociedad uruguaya tras la última dictadura civico-militar de Juan María Bordaberry (1973-1985), y el debate que se desató en la sociedad civil en torno a la así llamada Ley de Caducidad que consagró la impunidad de los delitos de violación de los derechos humanos y de terrorismo de estado en ese período. Este documental fue mostrado en el marco de la sección Forum, dedicada al cine experimental.
Ambos documentales no sólo son testimonios de la memoria histórica sino de un presente, en el que el pasado aún sigue abierto y produciendo sufrimiento. Los políticos que diseñan ésas leyes bautizadas con eufemismos como «Pacto de silencio», «Ley de la Caducidad» o simplemente «Ley de Amnistía» podrán querer prohibir el recuerdo, pero las víctimas nunca olvidan.
No hay que creer en el Psicoanálisis para saber que es así, aquí y ahora y en cualquier lugar de nuestro pequeño y dolorido mundo, donde la injusticia y la impunidad intenten borrar la verdad.