La historia según Don Laureano
Una guerra civil de carácter social
“Boves ha logrado reunir –decia Montalvo—como que convida con todo genero de desorden, al pie de diez o doce mil zambos y negros, los cuales pelean ahora por destruir a los criollos blancos, sus amos, por el interés mutuo que ven en ello; poco después partirán a destruir a los blancos europeos, que tambien son sus amos, y de cuya muerte les viene el mismo beneficio que de los primeros”
“El llanero, como el bárbaro, como el nómada en todos los tiempos y en todas las latitudes, se caracteriza por “la afición a la independencia individual, por el placer de solazarse con sus bríos y su libertad en medio de los vaivenes del mundo y de la existencia; por la alegría de la actividad sin el trabajo; por la afición a un destino azaroso, lleno de eventualidades, de desigualdad y de peligros…”
En otra ocasión nos referimos a historias de Venezuela que son relatos, simples notas descriptivas, sin mayor explicación de las causas de los acontecimientos, en contraste con las otras, que quizás son las verdaderas historias, donde se van identificando y aclarando las profundas razones que subyacen y motivaron las acciones humanas y de los distintos grupos que han conformado la venezolanidad.
Es dentro de esta perspectiva que recomendamos la relectura de Laureano Vallenilla Lanz en su “Cesarismo Democrático” (1919). Al margen de su desempeño en el gobierno de Juan Vicente Gómez, al margen de que “no hubo saqueo mas desvergozado y
Citado por Vallenilla Lanz, Laureano., “Cesarismo Democratico. Estudio sobre las bases sociológicas de la constitución efectiva de Venezuela”. Los Libros de El Nacional, Caracas, 1999;.,92 ss.; mencionado en Restrepo en su Historia de Colombia, tomo II. El subrayado es nuestro. Jesús Sanoja Hernandez, en su Introducción, cita el trabajo de Arturo Sosa sobre “La Filosofía Política del Gomecismo: Estudio del Pensamiento de Laureano Vallenilla Lanz”, y “Memorias de un venezolano de la decadencia “ de José Rafael Pocaterra, como dos documentos cuyo examen resulta oportuno al tratar este tema.
Véase La “Historia de Venezuela” de Gerendas. En soberania.com. 2006.V.t. nuestro “El Buen Oro y el Buen Dios”, en petroleomworld.com, 2006.
fraudelento que el que Gomez hizo de las reservas petroleras nacionales” , no cabe duda que el análisis de Vallenilla es uno de los mas lúcidos y completos que hayamos leído para la “explicación” del proceso histórico venezolano. Quizá la atención se ha centrado sobre su planteamiento medular del “Cesar Democrático” – lo que ha oscurecido la discusión sobre sus discernimientos previos, que son los que aquí rescatamos. Para no mencionar la elegancia de su pluma, que no puede obedecer sino a una educación muy esmerada.
La historia, como la vida, es muy compleja. No la historia inspirada en el criterio simplista que solo ve en nuestra revolución la guerra contra España y la creación de la nacionalidad sino la que profundiza en las entrañas de aquella espantosa lucha social: estudia la psicología de nuestras masas populares y analiza todo el conjunto de deseos vagos, de anhelos imprecisos, de impulsos igualitarios, de confusas reivindicaciones económicas, que constituyen todo la trama de la evolución social y política de Venezuela. (idem, 95)
Seguidamente expondremos nuestra interpretación de su historia, una abstracción personal de sus criterios, que parece oportuna en este medios azarosos es que nos desenvolvemos, entre nuevos y viejos socialismos, mas bien dirigida a los recién llegados. Como veremos, resulta que la explicación más plausible de los acontecimientos de nuestra historia es la repetición de la aparición de conflictos por la psicología popular, “impulsos igualitarios, confusas reivindicaciones económicas” – “el odio y horror de la oligarquía” — que fue el motor cuando la Independencia, que fue el 46 el credo de Zamora, en 1859 la Federación y a fines del siglo XX con la revolución chavista, instigada por los mismos resentimientos sociales, con el rescate de las tierras de los anteriores marqueses por los “nuevos corifeos de la gente colorada”.
Sin meter otras áreas asaltadas de la economía nacional, como el negocio ganadero, las aduanas. La cita es de Tugendhat, “Venezuela´s oil”.
Hay un ritornello en este planteamiento: “Las masas populares que habían sido realistas con Boves y patriotas con Páez durante la guerra de la Independencia, fueron después liberales con Guzmán y Zamora en el 46, y defecarles con el mismo Zamora, con Falcón y con Sotillo en el 59”. (183)
Y luego : (181) “Todos aquellos movimientos eran simplemente la continuación de la misma lucha iniciada desde 1810 (y antes!!), la propagación del mismo incendio, oculto a veces bajo las cenizas o elevando sus llamas hasta enrojecer el horizonte, pero siempre implacable en su obra de devastación y de nivelación. En 1846 como en 1859 se concentraron de nuevo las mismas montoneras de Boves y de Paez bajo el brazo vigoroso de otro gran caudillo de la misma fisonomia oral, de las mismas dotes de mando, del mismo empuje heroico, del mismo desprendimiento, de los mismos principios oclocráticos…”
Pero hay que explicar que “el mar de fondo” de estos movimientos fue básicamente las aspiraciones igualitarias, contra la dominación blanca, a veces transfigurada en los propietarios del capital, los godos (como comerciantes).
A nuestro juicio, a los fines de esta breve nota, básicamente el pensamiento de Vallenilla Lanz se estructura sobre cuatro imágenes claves, pero que se reducen a dos conflictos económicos: la luchas por la apropiación del valor agregado de la renta nacional total, y por la apropiación de la renta criolla, bajo los siguientes mecanismos y situaciones:
Ambos cambios, la Independencia y la igualdad social, –o revoluciones—se lograron con la misma lucha, sobre la base de los siguientes argumentos:
EN DOS INSTANCIAS INSTITUCIONALES
A. Conflicto entre la burguesía comercial y los terratenientes; o sea, entre los ricos criollos con los peninsulares;
B. Planteamiento de una lucha social entre los privilegiados, los criollos blancos, y los explotados, los mestizos, al nivel nacional.
EN DOS CIRCUNSTANCIAS AMBIENTALES
1. La heterogeneidad de la población venezolana durante la colonia; o sea, la jerarquización de un sistema de castas antagónicas separadas por los mas fuertes prejuicios , que permitía el sometimiento y la explotación de mestizos y negros por parte de una minoría blanca;
2. La existencia de caballos y llanos en el hinterland; rodeando las comunidades urbanas; el individualismo; lo que facilitó la apropiación violenta de la propiedad y la movilidad social;
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Lo que desglosaremos en lo que sigue.
Vamos por partes. Primero.
1 EL MANTUANISMO.
De un total de 800.000 habitantes de la Capitanía General de Venezuela en 1810, según el censo correspondiente (Vallenilla, p. 40), solo 12.000 eran blancos europeos o isleños, 200.000 criollos blancos e hispano-americanos (25%), 120.000 indios, 62.000 esclavos negros, y 406.000 (el 50%) castas mixtas de todas razas.
La situación de explotación de los blancos europeos y criollos por el control de los empleos era el rasgo económico, social y político mas destacado, al limitar el acceso a los trabajos de mejor remuneración, de una disponibilidad relativamente limitada .
Aquellos pertenecientes al estamento de “blancos” (según se pudiera demostrar fehacientemente) tendrían el privilegio de tener acceso a los empleos mejor remunerados. La cita del Colegio de Abogados de Caracas (1792) es muy ilustrativa (p. 51):
“…para ser recibido cualquier abogado en nuestro Colegio, haya de ser de buena vida y costumbres… limpios de toda mala raza de negros, mulatos y otras semejantes, y sin nota alguna de moros, judíos ni recién convertidos a nuestra Santa Fe Católica, ni otra que arrogue infamia, y que faltando alguna de estas instancias no sea admitido”
Era precisamente con aquellos cuya semejanza con los blancos gritaba la injusticia de los prejuicios de raza contra quienes se exasperaba más la intransigencia de los mantuanos, porque ya las diferencias de color no era posible alegarlas como fundamento de desigualdades sociales. El proceso de la naturaleza, que venia realizándose fatalmente desde los primeros tiempos de la Colonia, abriendo el camino de la ascensión social a los descendientes africanos que iban mejorando sus caracteres somáticos por los enlaces sucesivos con los blancos hasta confundirse con estos, tenia que continuar imperturbable a despecho de las trabas sociales.
Sin duda la revuelta social de la independencia lo que hizo fue que se aceleraron los pasos, con un salto, en el largo camino, que más adelante se seguirán librando luchas con la misma intención igualitaria, a diferencia de las otras colonias, como se verá luego.
Los mantuanos parece que eran excesivamente pretenciosos, en comparación con otros parajes latinoamericanos. “En Venezuela
Para el caso de España se menciona: II OFICIOS NOBLES Y VILES. “No solamente existía una graduación jerárquica de los oficios con arreglo a su honorabilidad, sino que algunos estaban considerados viles e incompatibles con el estado de nobleza. Tales fueron hasta 1783 los de sastre, pellejero, tundidor, carpintero, pedrero, herrero, barbero, especiero, regatón, zapatero y otros (Novísima Recopilación, VIII, 32, VIII,nota 5); tomado de Manuel García Pelayo, Obras Completas (III, 2177) en su “El Estamento de la Nobleza en el Despotismo Ilustrado Español”.
se conservaron con mayor fuerza los prejuicios de raza, precisamente por la gran cantidad de gente de color que resultó de la unión de los españoles con los negros” (idem, 74).
Ahora bien, cuando uno entra en esta época de la historia, lo primero que todo el mundo se pregunta aparece totalmente explícito en la inquisidora mente de Don Laureano: ¿qué tenían que buscar los mantuanos caraqueños con la independencia
En sus propias palabras (p. 45) “Cuando se estudia la historia de nuestra Independencia, lo primero que salta a la vista es el fenómeno de que las clases sociales de la Colonia no solo fueran las que iniciaron la revolución, sino que al mismo tiempo proclamaban los derechos del hombre y y pretendieron fundar la Republica de 1811 sobre las bases de la democracia y el federalismo.
Rematando seguidamente (idem): ¿Cuál era el origen de aquellas ideas? ¿Cómo podían proclamarse tan avanzados principios en la capital de una oscura y olvidada provincia, la más ignorada de cuantas integraban los vastos dominios de España en América?
Sigamos mostrando el pensamiento de Don Laureano sobre este proceso.
1.1 El “conflicto inherente” a la nobleza criolla cuando la independencia
Este es otro aspecto que Vallenilla identifica muy bien,
La gran pregunta: ¿si las independencias básicamente eran y son para sacudirse el yugo de la explotación económica, plebe contra nobles, campesinos contra terratenientes, comerciantes criollos contra monopolistas de la metrópoli, ¿cómo se explica a los criollos alzándose contra los blancos de la península? – Solo como una lucha de poder entre los ricos, por la apropiación del valor agregado; no había que cambiar el orden de castas para ello. Aquí estuvo la confusión, o la oportunidad.
Vallenilla es muy preciso al momento de identificar “el conflicto inherente”: (45)
Los primeros legisladores de la Republica, los revolucionarios del 19 de abril y los constituyentes de 1811, salidos de la mas rancia aristocracia colonial, “criollos indolentes y engreídos, que “gozaban para con el populacho de una consideración tan elevada cual jamás tuvieron los grandes de España en la capital del Reyno” proclamaron, sin embargo, el dogma de la soberanía popular, llamando al ejercicio de los derechos ciudadanos al mismo pueblo por ellos despreciado. Sobre la dignidad social en que fundaban su poder, sobre la heterogeneidad de razas que daba sustento a sus preocupaciones de casta, pretendieron levantar el edificio de la Republica Democrática”.
No pensaron, no vieron que al alterar el orden, al romper el equilibruo colonial, al elevar a todos los hombres a la dignidda de ciudadanos, destruian la jerarquizacion social, fundamento d su preponderancia; y ante aquella desencadenada tempestad, unos lanzando u gri to de arrenpentimientovolvieron a reconocer la autoridad del monarca, otros huyeron a refugiarse en tierras extrañas espeando el rsultado final de la lucha, y los mas valietes, los mas convencidos, los mas poseidos por el ideal de una patria libre e independiente, dieron cara a las montoneras de delincuentes… (82)
Cuchillo para su propio pescuezo…. – ¿Cómo se comprende? – ¿Las ideas de la Revolución Francesa habían calado tan hondo?
Notemos en todo caso que Don Laureano diferencia dos movimientos dentro de la revuelta emancipadora:
1. El desconocimiento del poder español, por razones comerciales principalmente; y con motivo de la coyuntura napoleónica;
2. El desconocimiento del sistema de castas, por razones enciclopédicas.
Dos revoluciones en una, digamos. ¿ Qué viene primero, lo político o lo económico?, preguntan por ahí. Politics is economics, responden otros. Si la razón extrema de las causas es la búsqueda de la felicidad, se constata que atiende a razones principalmente económicas, en este caso el comercio. La eliminación de las castas fue una situación distinta (también de bases económicas) acaecida con la Revolución Francesa, como una lucha interna de aquella región, que no tenía que resolverse inmediatamente en Venezuela, no necesariamente. De hecho, no se resolvió en otras comunidades latinoamericanas, incluso no todavía, digamos en las zonas de alta población indígena.
Y una razón política (81):
Es en nombre de la Enciclopedia, en nombre de la filosofía racionalista, en nombre del optimismo humanitario de Condorcet y de Rousseau , como los revolucionarios de 1810 y los constituyentes de 1811, surgidos en su totalidad de las altas clases sociales, decretan la igualdad política y civil de todos los hombres libres.