La conciencia de Venezuela
Los venezolanos nos hemos acostumbrado por un inusitado periodo de tiempo a disponer de los consejos, guías y orientación de un hombre fuera de serie, (%=Link(«/bitblioteca/uslar/»,»Arturo Úslar Pietri»)%), no sólo por su preparación y su talento -grandes como fueron-, sino por su capacidad de estudio y análisis, su perspicacia, su disciplina intelectual, y sobre todo por su dedicación a servir al país en todo momento y oportunidad a lo largo de toda su longeva vida.
Aprovecho como ningún otro contemporáneo suyo los modernos medios de comunicación para difundir su erudición y su creatividad y permitió a la gran masa de nuestra población, especialmente con sus programas televisados, acceder a la cultura universal, llevados de la mano por un intelectual de su talla y con sus dotes de pedagogo y comunicador. Su popularidad no dejaba de sorprender a muchos, ya que jamás estuvo condimentada de la chabacanería, que algunos piensan es ingrediente indispensable para comunicarse con el pueblo.
Seria redundante enumerar los grandes servicios que a lo largo de su existencia presto USLAR PIETRI a Venezuela. Son de todos bien conocidos.
Su desaparición física culmina una triste historia para un ciudadano eminente entre los eminentes, quien en el ocaso de su vida no tuvo razón alguna para pensar que su eterna predica, por lo sensato, lo razonable, lo inteligente y lo oportuno, diera algún resultado, ya que fue oída por muy pocos y seguida por menos aun. Es la triste historia de un hombre que dio tanto y tan generosamente a sus compatriotas y se despidió de la vida con el sabor amargo de observar un país sin rumbo, cuyos problemas sociales se han desbordado y todavía no ha encontrado un liderazgo capaz, que ofrezca una esperanza a la población pensante. Debe haber sido causa de la mas profunda tristeza ser testigo de excepción en el gradual e inexorable proceso de deterioro del país en los últimos veinte anos, y observar como se cometían los mas crasos errores de toda índole, sin que sus advertencias y sabios consejos, expresados públicamente en su columna de prensa, en sus intervenciones en la radio y la televisión y en numerosas declaraciones, tuviesen resultados palpables en enderezar lo torcido.
Con ARTURO USLAR PIETRI Venezuela pierde un “valor humano” irremplazable, el valor del “sentimiento interior por el cual aprecia el hombre sus acciones”, o lo que es lo mismo, el valor de la conciencia colectiva, elocuentemente expresada en su extraordinaria capacidad de síntesis, de un país sumido en una profunda crisis.