La cara xenófoba de Polonia en «Twarz en la 68° Berlinale
Martha Escalona Zerpa
Especial desde Berlín para: Analítica.com
Debido a un accidente laboral el guapo hippie Jacek (Mateusz Kościukiewicz) fanático de Metallica y aficionado conductor de auto, se destroza de tal forma su cara, que debe ser operado de urgencia. A través de un trasplante adquiere una nueva cara. La nueva cara no reemplaza su semblante. Es más como una mascara que le impide abrir la boca. No puede articular más, ni masticar o reír. De un ojo está casi ciego, y el otro está abierto y lagrimea permanentemente.
Los planes de Jacek se vienen abajo. Él quería huir a Inglaterra, en lugar de languidecer en la provincia donde la xenofobia, la homofobia y el catolicismo hacen una conexión desagradable. Pero ahora Jacek no es más que la sombra de lo que fue. Ha perdido su belleza y se ha convertido en un extraño para su familia y la comunidad rural donde vive con su numerosa familia.
Se trata de la película «Twarz», (en español: cara, máscara) de la directora polaca Małgorzata Szumowska, que fue la penúltima película concursante en la sección oficial y una de las más fuertes de la competencia.
La familia está perturbada, y tan solo su hermana (Agnieszka Podsiadlik) se dedica a cuidarlo y apoyarlo para que Jacek pueda retomar nuevamente su vida. Incluso le consigue un contrato de publicidad, para publicitar una crema para las arrugas, porque el tratamiento médico post-operatorio debe ser financiado.
Su novia Dagmara (Małgorzata Gorol) con la que Jacek se había comprometido poco antes del accidente y con quién iba de fiestas los sábados y a la iglesia los domingos, lo abandona y no soporta ni verlo.
Entre tanto la comunidad del pueblo no puede acostumbrarse a la cara extraña. Hasta a su propia madre le da miedo: «No lo conozco de nuevo, parece un pervertido». ¿Está obsesionado con Satanás y necesita ser exorcizado? En efecto, el exorcista vendrá y lo intentará, pero él se burlará de ellos. En Polonia hay actualmente 130 exorcizadores con licencia.
En Polonia y aquí en esa pequeña comunidad rural en algún lugar del país se es católico. La iglesia es obligatoria. Las oraciones al comer. Y la colecta del dinero después de la misa. Ayudar al prójimo también. Pero los feligreses están cansados de ayudar a Jacek. Aunque las donaciones para la escultura gigante de Jesús crece cada vez más. Al final de la película está terminada.
En efecto, desde 2010 Polonia cuenta con la escultura de Jesus Cristo más grande del mundo. Es más grande que el Corcovado de Rio de Janeiro. En Swiebodzin, cerca de la frontera entre Alemania y Polonia. También Polonia es el primer país europeo donde se hizo la primera transplantación exitosa de cara, en la clínica de Gliwice en 2013.
«Twarz» combina la crítica social y la comedia en forma de alusiones y alegorías sobre la política xenófoba de la actualidad en Polonia y quizás a una buena parte de Europa del Este y del Oeste.
Pero también arroja preguntas inquietantes y apremiantes que conciernen a todas las sociedades. ¿Somos capaces de integrar a supuestos extraños? ¿Cuánto vale una persona que no conocemos para nosotros? ¿Cuál es nuestra opinión de las personas desconocidos? ¿A qué tememos? Y ¿Porqué? ¿Qué hace que la identidad? ¿Qué es familiar?, ¿Qué es extranjero?
En resumen:»Twarz» cuenta la historia de un hombre que es expulsado de su comunidad después de un trasplante facial. Donde antes todos lo conocían y lo amaban, ahora la cara desfigurada lo convierte en un extraño. Y la comunidad se vuelve contra de él: su familia, su prometida, la iglesia, nadie tiene más lugar para él. Es expulsado.
Por cuarta vez, la directora oriunda de Cracovia Małgorzata Szumowska compite en la Berlinale. En 2015 ganó el Oso de Plata a la Mejor Dirección con su irritante película «Body» sobre una joven anoréxica. Ojalá que gane uno de los Osos en esta 68° Berlinale.