Jesús «Chúo» Torrealba: Mis hijos me apartan de mi mundo político
Para Jesús «Chúo» Torrealba la única lucha social que lo mantiene de pie son sus tres hijos: una adolescente de 16 años y sus dos morochitos, hembra y varón de ocho años (de los cuales se resguarda sus nombres por seguridad).
El actual secretario ejecutivo de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) describe con gran entusiasmo en su rostro el día a día con sus pequeños, pese a las grandes responsabilidades políticas y sociales que tiene siempre en su agenda.
Jesús tuvo a su primera hija a los 40 años, con una mujer «maravillosa». Describe que fue una edad adulta y madura que le permitió ser papá. «Fue un momento único, Dios me dio ese milagro de convertirme en padre. Puedo decir algo bien curioso: yo tomé el parto de mi primera niña con gran serenidad, le llevaba el ritmo de las pulsaciones a la que era en ese entonces mi esposa (…) Hasta le dije al doctor que la controlaba, que ya ella iba a dar a luz. Fue un parto natural».
Su «niña», como él la llama actualmente, se encuentra viviendo con su madre en Europa desde hace un par de años, debido a la situación país. Cuando recuerda su partida, «Chúo» baja la mirada y describe el momento como «el peor de su vida», ya que sabía que se separaría de su niña. Sin embargo, dice que siempre está en constante comunicación con ella por las diversas redes sociales que la genial tecnología 2.0 brinda.
Al pasar el tiempo, luego de su divorcio con su primera esposa -el cual asegura quedó en buenos términos-, «el divorcio más feliz», nacieron sus otros dos hijos, los morochitos, momento que describe con gran alegría como «una bendición de Dios», pese a que fue un embarazo de muchos cuidados.
«Cuando me enteré que eran morochitos, caí literalmente de rodillas dándole gracias a Dios. Fue una sensación única. Y lo supe desde el momento que asistí al primer ecosonograma de mi esposa, porque allí se pudo notar dos punticos, que eran esas dos lucecitas brillando. Eran los corazones de mis bebés latiendo».
Torrealba confiesa que siente gran «admiración» por su niña (la morochita) debido al carácter tan marcado que él mismo califica de «cuaimita». «Mi niña menor es todo un personaje espectacular. Ella nació siendo adulta, es única. Fue la que hizo que me quitara el bigote, porque a ella no le gustaba y le picaba cada vez que la besaba».
Con respecto al varón, lo describe como «un hombrecito admirable, una ternura». Contó que a los dos años se dieron cuenta de que su bebé tenía autismo, situación que lo abrumó y que le costó asumir, pero con la búsqueda de ayuda y consejos de su esposa entendió que mientras más le daba largas al asunto de asumir la realidad, le quitaba tiempo al niño de trabajar en su condición.
Ante esa situación, «Chúo» Torrealba agradece mucho a Dios por haberle dado «ese maravilloso regalo de un niño especial», y asegura que esa experiencia lo llevó a ser un hombre que ahora ve la vida de otra manera, a ser más entregado a los problemas sociales y a luchar más por un futuro de oportunidades.
Entre su agenda política y su familia
Para el dirigente opositor no es un ningún obstáculo su ajetreada agenda política y el poder compartir todos sus momentos únicos con hijos menores. Él comenta que todos los días lleva al colegio a sus pequeños, que siempre trata de asistir a los eventos que hacen en el plantel educativo. Además, asegura que jamás se pierde el día cuando hay entrega de boletas.
Jesús Torrealba insiste en que su trabajo político jamás ha interferido en su relación con la familia. «Aunque llegue tarde de una reunión o de dar una rueda de prensa, siempre mis chamos me están esperando para dormirse conmigo. La hembrita se duerme encima de mi pecho, que bautizó como su cuna, el varoncito se mete en mi brazo izquierdo, y en menos de tres minutos se duermen».
A pesar de que él trata de estar en todos los eventos de sus hijos, reconoce con gran halago el esfuerzo de su esposa en la crianza de los niños. «La madre de mis morochos hace un trabajo espectacular. Es quien lleva la mayor carga, sin embargo, yo trabajo mucho para ser un buen padre, porque no quiero ser solo una visita en la vida de mis hijos».
Momentos mágicos
Torrealba recuerda con gran nostalgia a su «viejo», como suele llamar a su padre, Laureano Torrealba. Dice que es su gran referencia cuando le toca tomar decisiones difíciles. También hace memoria de lo tanto que a su padre le gustaba el pasticho de berenjena que él hace. «Le encantaba, porque las capas quedaban crujientes», enfatiza.
Aparte de los espacios con su padre, relata tres momentos mágicos con sus hijos: uno de ellos fue la última vez que fue a Europa a visitar su hija mayor, donde se prendieron las alarmas en el aeropuerto. «Cuando llegué estaba mi niña. Ella es muy grandota, porque su mamá es más alta que yo. Al verme, salió corriendo a abrazarme e hizo que rodáramos por el piso, quedando ella encima de mí, y en ese tiempo en Europa estaban las alarmas por atentados terroristas. Cuando dejamos de rodar, alcé la cabeza y estaba rodeado de guardias. ‘¡Disculpen, estoy aquí con mi pequeña niña!’. Los guardias se murieron de la risa».
Con la niña menor, a quien él llama «Yo primero», relata: «Cuando llego a la casa, tengo que saludarla a ella primero, besarla a ella primero, antes de hacer cualquier cosa, tengo que prestarle atención a ella primero».
Y con «su hombrecito», describe que su escena más maravillosa fue en su reciente cumpleaños. «Me encontré con que mi varoncito me había hecho una tarjeta de cumpleaños redactada y hecha por él. Luego, me la entregó y la leyó él mismo. Ese fue el mejor regalo que me habían dado». Es que el proceso con la lectoescritura de su niño ha sido un proceso fuerte. Por tal motivo, «Chúo» jamás olvidará esa gran sorpresa.
De periodista a político
A Jesús Torrealba las facetas profesionales no le han afectado en nada en cuanto a su relación de familia. Él asegura que jamás ha dejado de ser comunicador luego de que asumiera el cargo de secretario ejecutivo de la MUD, y aunque se cargó de más responsabilidades, su vida familiar sigue siendo la misma.
«Chúo», como lo conocen desde pequeño, afirma que la política y los medios no envuelven el mundo encantador de sus bebés. «Cuando llego a casa, mi mundo es otro: es Disney Channel, Discovery Kids, comiquitas, juegos, canciones infantiles y todo lo relacionado».
Dice que continúa siendo activista social y que su lucha es por conquistar un futuro hermoso para sus hijos. «Sigo siendo un ciudadano activo, que lucha por el poder de construir los mejor valores para los niños de nuestro país».