Jerónimo Gil: Ya me acostumbré a no ser monedita de oro para la gente
A Jerónimo Gil no le aturden las críticas. Por el contrario, ha aprendido a lidiar con ellas. Es que las últimas veces que su nombre ha sonado en los medios no ha sido precisamente porque está grabando una nueva telenovela o porque se encuentra en la producción de alguna obra de teatro. La verdad es que este actor se ha visto envuelto en distintas situaciones que lo han hecho foco de comentarios negativos.
El último escándalo surgió hace pocas semanas, cuando fue detenido por funcionarios de la Policía de Chacao por presuntamente haber causado daños a una de las barreras de seguridad del Centro Ciudad Comercial Tamanaco (CCCT), conducir a alta velocidad en estado de ebriedad y oponerse a la autoridad. La noticia se hizo viral en Internet, debido a que alguien compartió las actas policiales en las redes sociales, incluso antes de ser recibidas por el Ministerio Público.
“Sí, había tomado, pero también estaba asustado”, confiesa el actor. Ese día asistió a un concierto que Guaco, Jorge Celedón y Los Amigos Invisibles brindaron en la terraza del CCCT. “Estaba disfrutando, celebrando la vida, compartiendo con grandes amigos que quiero muchísimo. ¿Cómo no ingerir licor viendo a semejante trabuco musical? Al salir del show me dirigí a la taquilla y pagué mi ticket. Cuando comencé a caminar hacia el carro, sentí que me estaban persiguiendo. Me puse nervioso, llegué rápido a la camioneta, la prendí y me fui. Sentí un golpe cuando estaba saliendo del estacionamiento, pero seguí hasta que me detuvo la policía”.
Cuando aparecieron los funcionarios, Gil estuvo unos quince minutos sin querer salir de su vehículo. “Seamos francos: en esta ciudad uno vive con miedo. Yo no sabía qué me querían hacer los policías. Caracas es la metrópoli de los fenómenos posibles”.
Finalmente abrió la puerta de la camioneta, aunque puso resistencia para bajarse. Lo llevaron a la comandancia, donde sostuvo una discusión con el jefe de guardia, “porque sacó a relucir una denuncia de 2012 que nada tenía que ver con esta situación”. El impase devino en ciertas contusiones que Gil tiene actualmente en su cuerpo.
Eso fue el sábado 26 de noviembre. Para el lunes 28, tras ser presentado ante el tribunal 13 de control del Área Metropolitana, se celebró una audiencia donde, una vez revisadas las actas no se encontraron elementos suficientes de convicción para mantenerlo privado de libertad.
-¿Cómo ha manejado los comentarios negativos que surgieron a raíz de este acontecimiento?
-Con inteligencia y mucha paciencia. Ya estoy acostumbrado a eso. Para mí no es nada sorprendente lo que pasó, me lo esperaba. Es normal que uno no sea monedita de oro para caerle bien a todo el mundo. Pero respeto la opinión de cada quién. Ya las acciones y el tiempo se encargarán de hablar por sí solos.
A los pocos días de salir di una rueda de prensa en la que expuse mi versión de los hechos. Estaba un poco nervioso, porque tenía tiempo sin salir en los medios.
-¿Y a qué se debe ese alejamiento de la industria?
-A que estoy dedicado a otras cosas. Actualmente soy empresario. Tomé la decisión de alejarme de los medios por mi bienestar y el de mi familia. A veces debes dejar de hacer las cosas que amas porque te va mejor en otro sector. Además, nadie es profeta en su tierra. Muchas veces tienes que irte a otro país, porque en el tuyo no te va muy bien.
-¿Cómo es la relación con sus pequeños, aún en medio de esta situación?
-Yo vivo para ellos, son mi existir. Allison y Alan son mi fuerza, mi verdad, mi legado. Si llegase a tener la oportunidad de traer otro niño al mundo, sentiría la misma pasión.
-¿Y qué hay del amor?
-Bueno, mi corazón está abierto a tener una relación linda con una buena persona. Claro, me imagino que con toda esta explosión de medios, será un poco difícil, porque muchos deben pensar que soy un loco, que le pego a las mujeres y demás. Todo lo que siempre se ha dicho. Pero vamos a esperar, siempre hay alguien que te quiere a pesar de lo que digan.