Fue aplaudida la decisión de Penélope Cruz
Qué bien hizo Penélope Cruz no participando en ‘Spectre’.
La noticia la destapó el Daily Mail el 2 de junio de 2013 y alcanzó muy pronto la categoría de edicto gracias al poder viral de la red, que la multiplicó de manera ruidosa: Penélope Cruz iba a ser la primera chica Bond de más de 40 años. La periodista Caroline Graham se apoyaba en “una fuente cercana a la producción” y resultaba creíble por muchas razones: Cruz era esposa del último villano de la saga (uno de los mejores hasta la fecha); el tono adulto imprimido por el director Sam Mendes en ‘Skyfall’ favorecía que una gran dama del cine europeo se interesara por tal cine de consumo; además del guiño que habría supuesto para España (y a Sony le encanta abrir mercados honrando a figuras estratégicas de las distintas filmografías posibles). El anterior cóctel, sumado al tendencioso titular, que deslizaba que nunca se era demasiado mayor para ser chica Bond (o lo que es lo mismo: la edad es sexy; o lo que es también lo mismo: el icono pop más misógino de la Tierra se volvía feminista) parecía ideado por el mismísimo Goebbels.
Sin embargo, un año y medio más tarde, los fans de Cruz se llevaban un chasco al conocer la última pieza del reparto y a ella fuera del mismo. No ha habido confirmación oficial, pero, por perfil y registro, es más que seguro que el papel que habría interpretado la de Alcobendas fuera el que finalmente recayó en Monica Bellucci, igual de morena, de mediterránea, de racial, de exuberante y de buena actriz. Cabe preguntarse ahora por el proceso de todo aquello, por cómo se desarrollaron las negociaciones. Existe un escenario dentro de la teoría de cuerdas en que Cruz jamás optó al papel y todo aquello fue una fabulación de Caroline Graham, apenas un endeble rumor de la industria que copó las portadas digitales de un día primaveral cualquiera.
Preferencias por una u otra actriz aparte, la tesis era muy razonable: dosis extra de prestigio con una intérprete que tenía mucho más que aportar a la saga que la saga a ella. El relevo natural de Judi Dench (la histórica M, fallecida en ‘Skyfall’) y primera vez en la historia que Bond yacía con una mujer más mayor que él (51 de Bellucci contra 47 de Daniel Craig cuando la más veterana hasta la fecha había sido Honor Blackman -39 en ‘Goldfinger’-) venía a hablar, como Adolfo Domínguez, de arrugas bellas (“No soy una chica Bond, soy una mujer”, en palabras de Belluci), y sin embargo, ha acabado cristalizando en festival del despropósito, porque, si bien es cierto que Lea Seydoux deviene en ‘Spectre’ en una de las coprotagonistas más vigorosas y mejor escritas de la saga -con trazos semejantes a la Vesper Lynd (Eva Green) de ‘Casino Royale’-, la italiana queda retratada poco menos que como un mueble cualificado.
Después de haber hecho toda la promoción internacional ostentando mucho mayor peso que Seydoux (un peso que aporta ella al producto por trayectoria y medallas), su presencia en pantalla se resume a apenas cinco minutos: SPOILER Bond conoce a mujer de armas tomar y esta se lo quita de encima como a un incómodo moscardón; Bond se presenta en su casa por la noche y consigue seducirla en menos de dos minutos pese a una leve resistencia inicial; Bond parte al amanecer para nunca más volver a verla FIN DEL SPOILER. Nada de esto sería demasiado grave ni vejatorio (habida cuenta de la buena oportunidad existente para legitimar a «la mujer» como sujeto también activo en una dinámica hasta la fecha misógina) si el plano de despedida de Bellucci no fuera uno en el que dice adiós Bond a cuatro patas sobre la cama ataviada con una sexy combinación de dominatrix.
Cruz, que ya había dejado pasar el papel protagonista de la ‘Melancholia’ de Lars Von Trier, declinó su participación en ‘Spectre’ o ni siquiera fue considerada para el particular. Tanto da. El caso es que celebramos la oportunidad perdida. Y lo sentimos por Bellucci, una mujer que se merece mucho más de lo que le han ofrecido.