Escala de maldad: Asesinos psicópatas y perversos (II)
El mundo cinematográfico ha llevado grandes historias a la pantalla grande en las cuales sus protagonistas huyen despavoridamente de un sujeto con falta de empatía, poder de manipulación, narcisismo, superficialidad y falta de remordimiento. Dichas historias han generado millones de dólares alrededor del mundo entero. Psicosis, El silencio de los inocentes, El perfume, La naranja mecánica y Hannibal han sido algunas de las más famosas y comerciales.
Robert Hare es un investigador sobre psicología criminal. Su más reciente trabajo de investigación arrojó una lista de las actitudes que desarrollan quienes presentan algún grado de psicopatía: gran capacidad verbal y un encanto superficial, constante necesidad de obtener estímulos, tendencia a mentir de forma patológica, comportamiento malicioso y manipulador, carencia de culpa o de cualquier tipo de remordimiento, afectividad frívola, con una respuesta emocional superficial, carencia de empatía, incapacidad patológica para aceptar responsabilidad sobre sus propios actos y crueldad e insensibilidad.
Carne humana, sangre, materia gris, sesos, genitales mutilados, restos de niños y excremento son las preferencias predilectas de los psicópatas al momento de jugar.
Aquí te presentamos la escala de maldad de los peores asesinos psicópatas y perversos, mediante un conteo regresivo del cinco al uno, la selección fue realizada con base a la irracionalidad y malignidad de sus asesinatos.
Escala:
5.- “El Asesino del Río Genesee”, Arthur John Shawcross
Transcurría el año 1968 cuando Arthur John Shawcross se casó por segunda vez en la ciudad de Oklahoma, luego de pasar varios años reclutado dentro del ejército de los Estados Unidos de América. Lynda, su segunda esposa, comenzó a experimentar comportamientos inusuales en Shawcross. Notó que su esposo podía desarrollar orgasmos a raíz de generar incendios hasta asesinar cachorros golpeándolos contra una pared.
Lynda y su esposo se mudaron a Nueva York, donde Shawcross empezó a cometer delitos como incendios y robos, razón por la cual lo condenaron a cinco años en prisión.
Al salir, en el año 1972 asaltó sexualmente y asesinó a Jack Owen Blake, un niño de tan solo 10 años. Posteriormente hizo lo mismo con Karen Ann Hill de ocho años de edad, que estaba visitando Watertown con su madre por el fin de semana del Día del Trabajo. Ambos crímenes los confesó y fue enviado a una cárcel por 25 años, de los cuales solo cumplió 14. Al salir desató la más fría hola de horror, suplicio y tribulación.
Todas las víctimas fueron asesinadas en el Condado de Monroe, excepto Gibson, que fue asesinada en el Condado de Wayne.
Shawcross se declaró inocente por razones de demencia, con testimonio de la psiquatra Dorothy Lewis, diciendo que él sufría de trastorno de personalidad múltiple, trastorno de estrés postraumático y posiblemente abuso sexual en su infancia.
Este homicida entra en esta escala por sus actos viles y crueles. Mientras estaba en proceso de juicio se jactaba de haber desmembrado las vaginas de sus víctimas para comérselas, después orinaba sin cesar los cadáveres de los muertos.
Fue condenado a cadena perpetua a pesar de sus trastornos mentales, murió en el año 2008 a los 63 años de edad por un paro cardíaco.
4.- “El Asesino de Green River”, Gary Leon Ridgway
The Green River Killer (en español, “El Asesino de Green River”) fue, como se dio a conocer, el macabro, empedernido, sádico y déspota Gary Leon Ridgway. Culpable de acabar con la vida de 48 mujeres, aunque posteriormente confesó haber matado a 71.
Ridgway experimentó sus primeros impulsos asesinos cuando era un adolescente. En ese momento intentó asesinar a un niño de 6 años; cuando le preguntaron las razones, contestó: “Quería saber lo que se siente al matar a alguien«.
Al llegar a la adultez se casó en tres oportunidades, le costaba mantenerse estable en un relación ya que era potencialmente promiscuo. Siempre albergó en su corazón un profundo odio hacia las mujeres, como consecuencia del trato que recibió por parte de su madre. Expertos informaron que «El Asesino de Green River» sentía ira por su madre, pero al mismo tiempo un gran deseo sexual.
Gary declaró frases como “elegí a las prostitutas porque creí que podría matar cuantas quisiera sin ser atrapado” u “odio a las prostitutas y no quería pagar por tener sexo con ellas”. Finalmente, Gary mostró un desprecio general a la mujer diciendo: “para mí las mujeres son algo para tener sexo, matar y tomar de vuelta el dinero”
Victimas de Gary Leon Ridgway
Nunca le dio la gana de decir los motivos por los cuales perpetró sus crímenes, se libró de la pena de muerte por confesar todos sus asesinatos. Lo condenaron en el año 2003 a 49 cadenas perpetuas sin derecho a libertad condicional.
3.- “El vampiro de sacramento”, Richard Chase
Desde el nacimiento del cine se ha utilizado la presencia de los vampiros dentro de los más influyentes filmes, a tal punto que mucho de lo que conocemos acerca de los vampiros es porque lo hemos visto en la gran pantalla. Hasta el año 1976, el “chupa sangre” más famoso era Drácula de Bram Stoker, pero este fue desplazado por Richard Chase “El vampiro de sacramento”, un vil homicida con una sed insaciable de sangre.
Seis fueron las victimas de Chase, las cuales mató en el lapso de un mes en California, Estados Unidos, después de asesinarlas bebió toda su sangre y canibalizó sus restos.
Tras ser violado por su padre a los 10 años, comenzó a orinarse la cama, cometer incendios premeditados y a maltratar a los animales, al entrar en la adolescencia se volvió alcohólico y drogadicto crónico.
En el año 1977, entró a una casa que tenía la puerta abierta y orinó y defecó encima del bebé de los dueños de la vivienda, un año más tarde Chace le disparó a Teresa Wallin (tres meses de embarazo en ese momento), luego tuvo relaciones con su cadáver, al mismo tiempo la apuñalaba con un cuchillo de carnicero. No le bastó con eso, le arrancó los órganos, se comió sus pezones y bebió su sangre, cuando ya se iba se le ocurrió devolverse y colocó heces en la garganta del cadáver.
Con sus posteriores victimas también mantuvo relaciones sexuales después de asesinarlas.
En 1979 Chase fue encontrado culpable, a pesar que alegó demencia, fue sentenciado a la cámara de gas, pero antes se suicidó en su celda por miedo a los Ovnis, desde ese día los habitantes de Sacramento recobraron la paz y la tranquilidad.
2.- “El Caníbal de Milwaukee”, Jeffrey Lionel Dahmer
Por demente, atroz, sanguinario, depravado y necrófilo, Jeffrey Lionel Dahmer, es poseedor de nuestra segunda posición. Dahmer es conocido, más que por la cantidad de sus homicidios, por la forma de los mismos.
La opinión pública lo bautizó como el Caníbal de Milwaukee, porque luego de asesinar, desmembraba a sus víctimas, comía parte de sus extremidades, con otras se masturbaba, guardaba la cabeza de los muertos y a las mismas las penetraba cuando estas se encontraban en fase de descomposición.
Le ofrecía dinero a sus víctimas (la mayoría chicos entre 14 y 18 años) para que lo acompañaran a ver pornografía, cuando estos ya querían irse, los estrangulaba, los picaba y los metía en maletas, las cabezas las lavaba y las guardaba para masturbarse.
A su última víctima le inyectó ácido en el cráneo cuando aún se encontraba agonizando. Es responsable de la muerte de 17 hombres y chicos entre 1978 y 1991.
Al momento de su detención, los psiquiatras que lo atendieron le dijeron que estaba enfermo, por lo que se declaró culpable con atenuante de enajenación mental, para ser condenado a una cárcel especial para enfermos mentales, pero el atenuante fue finalmente rechazado.
Fue enviado a prisión donde fue asesinado por dos asesinos igual de peligrosos que él, Christopher Scarver, un esquizofrénico afroamericano, y Jesse Anderson, quien había asesinado a su esposa y culpado a un hombre negro.
1.- “El carnicero”, Edward Theodore Gein
Comúnmente quienes escuchan hablar de Edward Theodore Gein, creen que están oyendo la sinopsis de la película “La masacre de Texas”, esto porque la mayoría de las personas les cuesta creer que en el mundo llegó a existir un hombre tan despiadado, de sangre fría y perverso como Gein.
Son pocas las cosas que se pueden escribir de Gein para lograr trasmitir la cantidad tan grande de truculencia que había en sus actos.
Fue responsable de robar docenas de tumbas y asesinar a una camarera para hacer prendas de vestir, lámparas y muebles con sus órganos.
Cuando la policía llegó a su vivienda consiguió a una mujer abierta por el torso y varias prendas de vestir realizadas con lo que había sacado de su torso.
Fue declarado con demencia y enviado a una clínica psiquiátrica en donde nunca tuvo problemas de conducta, finalmente falleció en el verano de 1984, a la edad de 77 años, por insuficiencia respiratoria. Todas sus pertenencias fueron quemadas, su camioneta subastada y su casa incinerada.