El Festival Internacional de Teatro cerró un ciclo
(%=Image(5281064,»R»)%) Ayer finalizó el XIII Festival Internacional de Teatro de Caracas. Más de un cuarto de hora de coloridos fuegos artificiales llenaron el cielo de la ciudad, luego de la fresca actuación del grupo australiano Strange Fruit, quienes deleitaron al público caraqueño con un derroche de belleza y sencillez en medio de la Plaza Brión.
El espectáculo de Strange Fruit, Las esferas, cargado de sencillez, pero gracias a ella, de una belleza ingenua e impactante, fue, por una parte, protagonista de un festival marcado por el teatro de calle como respuesta ante las dificultades de nuestro país y, por otra parte, escenario para la puesta en escena que realizaron los ciudadanos, haciendo gala de su mejor papel: el del espíritu festivo y confiado que define nuestra identidad en tanto colectivo.
El teatro de calle, una de las más fuertes iniciativas de esta edición del festival, vino a invadir nuestros espacios públicos, haciendo posible la transformación de la actitud del ciudadano común, por otra menos esquizoide y más afable, confiada, amena y amigable, como la que siempre nos ha caracterizado. Ocasiones como esta hacen que cada vez me convenza más de la urgente necesidad de crear y propiciar en nuestro país suficientes espacios para la diversión de nuestros ciudadanos.
En medio de la multitud, cada uno de los asistentes tuvo la oportunidad de gozar de un hermoso espectáculo, acompañados por perfectos extraños que terminaron convertidos en amigables conocidos, camaradas colaboradores que se pusieron de acuerdo entre todos para poder disfrutar mejor del espectáculo. Aunque suponemos que la experiencia no fue la misma para todos los asistentes, la tendencia percibida fue la de la camaradería, comenzando por la mía propia.
La actuación del grupo Strange Fruit, cargó el ambiente de sorpresa y alegría. Lo que podría parecer una limitación, como las varas sobre las cuales ejecutan sus peripecias, se convirtió en una demostración de creatividad y versatilidad, quizá poco exploradas debido al dominio de las formas tradicionales de teatro.
Celebramos estas iniciativa y esperamos que cada año Fundateneo Festival pueda cumplir con la expectativa creada en nuestro país, tan urgido de fiesta y color en las calles. Esperamos que el Estado toma nota del impacto real de estas actividades dentro de la ciudadanía y de su importancia en la acción social. Esperamos que el mundo entero pueda tener como referencia el FITC cada año, y nos concedan disfrutar de verdaderas obras artísticas, llenas de nuevas y buenas ideas. Esperamos que el teatro venezolano encuentre en el Festival la catapulta que necesita para proyectarse en el exterior y ganarse el respeto internacional que, efectivamente, merece. Esperamos que el público venezolano siempre mantenga la capacidad de respuesta frente a este tipo de llamados, que renuevan la escena nacional. En fin. Esperamos que todos pongamos siempre nuestro mejor esfuerzo por llevar a cabo actividades que. verdaderamente, nos benefician a todos en sus distintos papeles.