El aquí y ahora en «Aprendiendo a conducir» de Isabel Coixet
Aprendiendo a conducir es una película apacible y emotiva sobre dos personajes contrapuestos: Darwan (Ben Kingsley), un refugiado político hindú de la religión sij que se gana la vida en Nueva York como taxista e instructor en una escuela de manejo y Wendy (Patricia Clarkson), una exitosa y adinerada crítica literaria de Manhattan que acaba de ser abandonada por su marido luego de 21 años de matrimonio.
Mientras su matrimonio se disuelve y el divorcio se avecina, Wendy decide sacarse el carnet de conducir para poder visitar a su única hija, una adolescente que se ha mudado a las afueras de Manhattan. Para ello, toma clases de manejo con Darwan en Manhattan, quien se convertirá en su gran mentor espiritual y emocional.
Durante las horas de manejo ambos personajes marcan sus delimitaciones culturales y religiosas y en ese intercambio de ideas, creencias y posiciones se va tejiendo un fuerte vínculo emocional que culmina en un acelerado proceso de crecimiento espiritual para ambos. La amistad le cede el paso a una relación de amor no factible. Darwan se prepara para empezar un matrimonio concertado y pronto irá a recoger en el aeropuerto a su futura esposa venida de la India.
Aprendiendo a conducir no es una historia de amor, sino de amistad y de fe en la vida misma. Y maneja el choque de culturas y la mirada de inmigrantes que intentan hacerse una vida en la Gran Manzana bajo la gran presión de la adaptación social. El distrito de Queens es mostrado aquí desde la perspectiva de inmigrantes ilegales de la India.
Mientras Wendy debe aprender a emanciparse de su marido, vencer sus miedos, irá aprendiendo a manejar como metáfora de libertad e independencia existencial. Por su parte, Darwan debe aprender a vivir en pareja con una mujer del todo desconocida.
Las lecciones de conducir son, desde este punto de vista, lecciones para vivir mejor y cada uno debe lograr alcanzar su propia meta. El final es previsible: el segundo exámen de manejo, que será exitoso para Wendy, significará la despedida de una amistad provechosa, pero pasajera.
A diferencia de complejas películas de Isabel Coixet como Mi vida sin mí (2003) o La vida secreta de las palabras (2005), Aprendiendo a conducir es diáfana, descomplicada y dotada de una sencilla estructura dramatúrgica. Su gran valor radica en la brillante interpretación de sus dos protagonistas Ben Kingsley y Patricia Clarkson.
Ben Kingsley, cuyo nombre original fue Krishna Pandit Bhanji y de padre hindú, interpreta nuevamente un personaje hindú, luego de su memorable rol en Gandhi (1982), que le valió el Oscar como mejor actor. Además actúa por segunda vez en una película dirigida por Isabel Coixet. La primera vez fué en la película Elegia (2008) junto a Penelópe Cruz, seleccionada como película de competencia en la Berlinale del mismo año.