Risa y sexualidad del Dios Mono en los Mayas

Entre los rasgos faciales más característico del dios mono, la barba característica del mono aullador es uno de sus rasgos distintivos; sus fauces y labios son casi lampiños al igual que en los simios, aspecto que se destaca en las representaciones del Códice Madrid y el Dresde. De su mandíbula inferior, debido a la enorme papada que posee, brota un cúmulo de pelo que semeja una barba, dibujada en líneas negras en los códices. Además hay especies de monos aulladores con pelambres rojas y negras. La nariz es redonda, encerrada sobre sí, salvo pocas excepciones, y una faja semicircular rodea su cráneo a modo de cabellera, surcada por negras líneas verticales negras y blancas de diversos grosores y ritmos, la cual se presentan tanto en el Códice Madrid como en el Dresde. El collar que acompaña su cuello es de cuentas circulares y sus orejeras parecen tener en su extremos superior un cascabel de serpiente.
Uno de los elementos simbólicos presentes en las representaciones del dios “c” o Mono en los códices es su vinculación a un complejo simbólico pluvial, por el contexto en que es representado, acompañado por ofrendas vinculadas a rituales de fertilidad como cápsulas de semillas, plantas, Chacs, caracoles, etc. Un ejemplo son las 31 imágenes del dios mono consideradas en el Códice Madrid, casi todas vinculadas a un simbolismo pluvial. Esa relación podría explicarse debido a que el comportamiento del mono aullador está vinculado a cambios climáticos, siendo llamado por algunos investigadores animales barométrico. Así, los aullidos del mono aullador de la selva son augurios pluviales y por tanto asociados a los rituales de fertilidad.
Esta vinculación entre dios mono, las lluvias y la fertilidad se refuerza por el color azul en algunas pinturas con que se caracteriza en el Códice Madrid. En este documento esto se evidencia en la página 10c (lámina 6), donde de una faja celeste brota de las fauces uránicas un dios mono en cunclillas dentro de una nube hinchada de agua, surcada en su interior con pinceladas azuladas horizontales y paralelas entre sí. Este tipo de línea y de composición para representar el agua celeste se muestra también en otras páginas (3a, 3b, 5a, 6a).
Una composición semejante se muestra en la página 5b (lámina 5) en el interior de nubes serpentinas se presenta una deidad pluvial del que brota la lluvia, la cual es atraída por un personaje que toca una sonaja, estableciéndose un nexo entre la lluvia y la música. En las imágenes de la página 18a (lámina 6), estamos ante una relación inversa, pues de las fauces abiertas de lo que pareciera un gigantesco rostro del dios mono, brota una deidad pluvial azulada con una ofrenda entre sus manos, recordándonos el estrecho nexo que establecieron los mayas entre las aguas uránicas y telúricas, responsables de la fertilidad y de la expansión de la vida a través de la risa y la sexualidad asociada e ella.
En los Cantares de Dzitbalché, originarios del Estado de Campeche y descubiertos en Mérida en 1942, se establece en varios cantos una clara relación entre la risa asociada al Dios Mono y rituales de fertilidad u orgiásticos para atraer las lluvias. En el canto «Vamos al Recibimiento de la Flor(4)».se describen las motivaciones y acciones simbólicas de un ritual en el que las vírgenes ofrendarán su amor, y una triada de diosas que a promoverán las lluvias que fertilizarán ente risas. Los versos nos trasladan al tiempo y el espacio donde se ejecuta el ritual en el Canto de las Flores (7 ), describiéndonos el atavío ritual y sus elementos simbólicos. Y por último los versos del Canto sin Título II relatan los momentos preamatorios de la mujer, cuando se embellece para ser deseada por la luna y las flores, y en este anhelo derramen sus dones sobre la tierra, tal como se manifiesta en el cantar 4:
Alegría en tanto que saltan
cantamos sus corazones
porque vamos en el seno de sus pechos
al Recibimiento de la Flor. ¿Por qué causa?
todas las mujeres Porque saben
mozas, que es porque darán
tiene en pura risa su virginidad femenil
y risa en sus rostros, a quienes ellas aman.
En los primeros versos del canto del Recibimiento de la Flor se asocia la alegría, la risa y el palpitar del corazón a signos del regocijo exterior e interior que acompañan la pasión amorosa. La flor en este contexto simboliza el amor y sexo, tal como se afirma en el Diccionario Motul, donde la palabra nicte se traduce como rosa o flor. Deshonestidad, vicio de carne y travesuras de mujeres. La unión amorosa se recibe con alegría y risas, pues ella trae consigo uno de los mayores gozos y atributos de la existencia humana, la unión sexual y la procreación, se transforma en metáfora de la fertilidad cósmica. La risa, la sexualidad y las lluvias se unen en un mismo discurso simbólico que asocia al Dios Mono a otra deidades relacionadas a la sexualidad como es la triada de diosas mayas, expresión de la unión de opuestos: de lo masculino y lo femenino, de la lluvia y la tierra, del arriba y el abajo, uniones de las que depende el florecimiento y expansión de la vida. Estamos ante la alegría y el reír en el contexto de un ritual de fertilidad y de atracción de las lluvias.
Vamos, vámonos y [ante] la Bella X Z(La Bella Sonajera)
a poner nuestras voluntades oot y la bella
ante la Virgen, X T´oot´much(diosa de ranas y sapos)
la bella Virgen Ellas son las que dan el Bien
y Señora a la vida aquí sobre
la Flor de las mozas, la Sabana y a la redonda
que esta en su cadalso, la Señora.. aquí en la Sierra.
Suhuy Kaak(Fuego Virgen)
Así mismo ante la Bella
X Kanleox(La Señora del Precioso Capullo de Hojas) (Cantares de Dzitbalche)
Esta triada de diosas agrícolas son la Señora del Precioso Capullo de Hojas, la Bella Sonajera y la Diosa de los Anuros. La Señora del Precioso Capullo de Hojas, podría ser según Barrera Vásquez una deidad agrícola que representa el maíz en una de sus etapas de crecimiento, y necesita de la lluvia para completar su ciclo, las otras dos deidades son pluviales. La primera, la Bella Sonajera, simboliza la sonaja cuyo sonido atrae las lluvias, tal como lo demuestra el Códice Madrid (5b, lámina 5), y la última diosa simboliza a los anuros cuyo croar tiene entre los mayas una significación mágica y de atracción de las lluvias. Por estas razones, aun en el presente, se practica un ritual en Yucatán llamado el Ch´ achac para atraer las lluvias donde los participantes imitan el croar de las rana y sapos.
“La referencia a individuos con apariencia de sapos que gritarán a las ranas “uoes” a mediodía, son claras alusiones a ciertas ceremonias del culto agrícola hasta nuestros días que recibe el nombre de Ch´achac, que significa crear o tomar lluvia.”(El libro de los libros del Chilam Balam)
Para el desciframiento simbólico de este ritual, es clave ubicar el sitio donde se da, por ello preguntaremos al cantar ¿En qué lugar se ubica este ritual? Las palabras parecen claras, hacen referencia a un cenote o a un pozo: “a la redonda aquí en la sierra.” En el Cantar 7 se relaciona este canto, al cenote se le llama “poza en la roca”. Además algunas de las características de los cenotes son ser sitios recónditos y redondos.
Podemos considerar que el ritual se ubica en un cenote, a donde se dirigen las participantes, en lo que pudiera ser una unión colectiva, van llenas de gozo y risas a uno de los receptáculos donde se concentran las energías de las que depende la fertilidad de la tierra, el cenote. Estamos ante un ritual de fertilidad orgiástico, que busca atraer mágicamente las lluvias sobre la tierra através de la sexualidad y la risa. La mujer transforma ritualmente su cuerpo en otro, simbolizará a la tierra que debe ser fecundada para dar sus frutos de vida, como la semilla tras ser enterrada y fecundada por la lluvia.
De esta manera, la sexualidad humana asume connotaciones cósmicas, creándose un complejo simbólico que fusiona lo femenino y lo masculino, el abajo con el arriba, lo telúrico y lo uránico. Este complejo se integra a la femineidad por el útero como receptáculo del semen, unión de la que nacerán las semillas de la vida, metáfora del crecer de la semilla al ser fertilizada por las lluvias, así los grises nubarrones derramarán sus pesadas y gruesas gotas seminales sobre uno de los útero de la tierra, el cenote. Este ritual busca promover la fertilidad de la mujer como de las semillas, al atraer y ser humedecidas por las lluvias, para lo cual se establecieron probablemente rituales de purificación en las participantes que se describen en el Canto de la Flor.
Este primer momento ritual pudiera ser preámbulo de la unión que se describe en el Recibimiento de la Flor, donde las participantes se transforman simbólicamente en la tierra que atrae el deseo sexual de las aguas seminales- pluviales vinculadas al Dios Mono y a Chac que se lanzarán sobre ellas con vigor. En el Canto sin Título II los versos relatan la transformación que se debe dar en las mujeres, cuando llega el “día de alegría” en donde la risa y lo orgiastico están presentes.
Poneos vuestras bellas ropas quiero que seáis vista en verdad
ha llegado el día de la alegría; muy bella, porque
peinad la maraña de vuestra cabellera; habréis de pareceros a la humeante
poneos la más bella estrella; porque os deseen hasta
de vuestras ropas; poneos vuestro la luna y las flores de los campos
bello calzado; Pura y blanca es vuestra
colgad vuestros grandes ropa, doncella
pendientes en los pendientes de Id a dar alegría de vuestra risa;
vuestras orejas; poneos poned bondad en vuestro corazón,
buena toca; poned los galardones porque hoy
de vuestra bella garganta; poned lo es el momento de la alegría de
que enroscáis y de todos los hombres
reluce en la parte rolliza de vuestros que ponen su bondad en vos.
brazos.
Preciso es que seáis vista
cómo sois bella cual
ninguna, aquí en el asiento
de Dzitbalché, pueblo. Os amo
Bella Señora. Por esto
(Cantares de Dzibalche)
En estos cantos(14,15) se establece una lógica donde se describe el espacio-tiempo, el atavío ritual, el embellecimiento de la doncella para que sea tan bella como una estrella humeante, y en cada una de estos momentos rituales la alegría y la risa desempeñan un rol simbólico: metáfora corporal del florecimiento de la vida, que abre las puertas al mítico tiempo de los orígenes, ejerciendo a través de sí, su mágico poder sobre las lluvias al anunciarlas como los truenos, pues ella la risa es un estallido, un viento corporal que lanza la humedad interior sobre la sequedad exterior, fertilizando el afuera con el adentro.