Cultura
Nicole Kidman es la Reina de Oriente en la Berlinale 2015
Ayer regresó nuevamente a este festival en la competencia oficial con la superproducción Queen of the Desert, donde cuenta la historia de la arqueóloga, exploradora, poeta y diplomática inglesa Gertrude Bell (1868-1926), popularmente conocida como la “Lawrence de Arabia femenina” y quién jugó un papel crucial en la conformación geopolítica del Medio Oriente durante la 1era. Guerra Mundial, en especial de los estados de Siria, Irak y Jordania.
En el rol de Gertrude Bell estuvo a la perfección la extraordinaria Nicole Kidman, junto a los actores James Franco y Robert Pattinson (penoso en su rol de Lawrence de Arabia). La actriz australiana, nacida en Honolulú, acaparó todas las miradas de la prensa agolpada en la jornada del 6 de febrero.
Durante la conferencia de prensa comentó que uno de los mayores atractivos que tiene la película es el hecho de que se basa en la vida de una mujer excepcional que existió en la vida real. Asi mismo, para Werner Herzog Gertrude Bell es un personaje femenino fascinante, una mujer con una vida interior
Y, sin embargo, Queen of the Desert, decepciona al cinéfilo exigente. Decepciona no por Nicole Kidman, quien cautiva con su belleza inigualable y su brillante actuación al espectador en el marco de un desierto profundo, alejado de toda civilización y con pocos oasis, y en una época en que ser una mujer rica y aristócrata, significaba estar en casa, tocar piano, ir de cacería o cabalgar por los campos Decepciona por el propio Herzog, porque nada de lo que vemos se parece a su propio cine: ni a Aguirre, Ira de Dios (1972), ni a Nosferatu (1979) o a Fitzcarraldo (1982) ambas con la fabulosa actuación de un Klaus Kinski.
Hagamos memoria de los desiertos demenciales que filmó en otras películas como Fata Morgana (1971) o Lecciones de oscuridad (1992) para advertir las diferencias con el prolijo decorado de Queen of the Desert. No hay nada más difícil que pensar que esta película procede de Herzog, porque cuesta encontrar la tormenta y el ímpetu, la grandeza y la furia del director en sus mejores títulos.
La fotografía y dirección artísticas están estilizadas al máximo, preciosistas y la música sinfónica omnipresente hacen de Queen of the Desert una película pasada de moda, que sin demasiado esfuerzo nos hace recordar a Lawrence de Arabia (1962) o al Doctor Zhivago (1965) de David Lean o a El paciente inglés (1996) de Anthony Minghella. Y, quizás, a Gertrude Bell, tampoco le habría gustado ver su vida filmada de esa forma.