“Mufasa: El rey León” es una historia digna para un rey

Como solemos decir, ¿necesitábamos esta secuela?, ¿La queríamos?, ¿La pedimos? No, pero la agradecemos.

Desde su estreno en 1994, “El Rey León” es una historia que ha conmovido corazones. La saga de Simba, su nacimiento, escape, regreso, redención y ascenso fue una de las animaciones que marcó un hito en las producciones de Disney que, para ese entonces, no temían el drama sublime y a los villanos que no eran personas confundidas, eran simplemente malvados que al frente tenían la representación de la valentía y la nobleza en los héroes. 

Sus secuelas animadas, aunque menos gloriosas, contaron con buena aceptación y completaron el círculo, narrando el reinado de Simba, así como su relación con su hija Kiara; y es con ella que inicia la nueva historia sobre Mufasa.

La cinta dirigida por Barry Jenkins inicia cuando el rey, Simba, y su esposa Nala deben viajar para recibir a un nuevo cachorro y dejan a Kiara a cargo de Timón y Pumba para que la cuiden, pero será Rafiki, el babuino sabio quien terminará haciéndose cargo de la princesa contándole la historia de cómo su abuelo, Mufasa, pasó de ser un viajero perdido a convertirse en Rey.

Si bien, no podríamos decir que la historia es innovadora, “Mufasa: El Rey León” mantiene una fórmula que resulta, que nos entretiene, mantiene atentos y nos hace disfrutar del viaje del héroe de Mufasa que tiene como gran villano a Kiros, un león blanco de carácter conquistador y que busca apoderarse de las praderas.

Por supuesto, hay mensaje social de por medio. Mufasa es un inmigrante que busca integrarse a una nueva sociedad desconfiada, mientras que Kiros (el león blanco malvado) considera que las diferencias son debilidades y que debe imponerse la ley del más fuerte para gobernar. A pesar de estas lanzas sociopolíticas en la película, el film fluye y no se siente forzado al contexto general de la obra.

Punto para destacar es la mejora en los efectos generados por computadora. En la primera entrega de “El Rey León” en Live Action, una de las grandes objeciones fue su hiperrealismo que la situaba más cerca de un mocumental de África que a una producción Disney por lo que ahora, los diseñadores y animadores, se esforzaron más en resaltar la expresividad de los ojos y gestos de los personajes para hacerlos más empáticos en un logro que es totalmente destacado, sobre todo, en los primeros planos de cada uno.

Punto flaco, hace falta una canción inolvidable como “Hakuna Matata”, “Can you feel the love tonight”, “El ciclo sin fin” y es que Disney puso la barra muy alta y, a juicio de quien escribe, el talentoso Lin Manuel Miranda no pudo llegarle, a pesar de que realiza unas obras realmente interesantes, aunque no memorables.

“Mufasa: el rey león” es una apuesta segura para pasar un buen rato en el cine durante esta temporada de descanso y que no les dejará indiferentes a la importancia de la valentía, el coraje, la nobleza y la humildad como valores necesarios para la vida.

Nuestra ñapa: Sonic 3: La tercera entrega del erizo de Sega es estupenda. En ella, conocemos a Shadow, un erizo oscuro que se escapa de las instalaciones del gobierno y busca venganza, por lo que el equipo Sonic deberá unirse con el doctor Robotnik para vencerlo en una aventura de autodescubrimiento y de amistad. Está estupenda y tiene escena postcréditos.