Margot Benacerraf y su amor por el cine
Benacerraf allanó la ruta para las futuras generaciones de cineastas
Se nos ha ido Madame Cinèma, la dama del cine venezolano, pionera, gestora, defensora; creadora audiovisual y madre de la Cinemateca Nacional en 1966, se nos fue Margot Benacerraf.
97 años nos acompañó la incansable Margot Benacerraf, nació en Caracas en 1926 y con su innata inquietud creadora se vinculó desde muy joven a la escritura y al teatro. Cursó estudios en la UCV en filosofía y letras; también se formó en el Departamento de Drama de la Universidad de Columbia en Nueva York, en el que descubrió su pasión, su amor, su futura obra, el cine. Desde la Gran Manzana, la joven Margot partió al lugar donde sus ideas empezarían a cobrar fondo, forma y acción, el Instituto de Altos Estudios Cinematográficos de París.
Decir que sus obras “Reverón” de 1952 y “Araya” de 1958, recibieron premios, sobre todo esta última, que tuvo el Galardón de la Crítica del Festival de Cannes, es un lugar común inevitable. Comentar además que fue inagotable su energía y su voluntad de fomentar, proteger y promover el cine venezolano, pero también hay que destacar sus amistades, su importancia y el vacío que deja su partida.
De su vida y caminos, podemos decir que compartió con personajes de la talla de Miguel Otero Silva, con quien escribió un guion para una adaptación fílmica de “Casas Muertas”, fue amiga de Gabriel García Márquez, del fundador de la Cinemateca Francesa, Henri Langlois; de directores como Luis Buñuel, Jean Renoir y realizó junto a Pablo Picasso una película hoy desaparecida.
Como país, le debemos honor y un mea culpa a Margot Benaceraf; “Araya” se estrenó acá 18 años luego de su primera proyección, no hubo disposición de traerla al momento de su gran triunfo en Cannes. La copia original se perdió y la copia que queda para la posteridad, por intermedio de empresas internacionales, ha sido de una versión editada.
Los grandes portales internacionales de noticias reseñaron su partida. La tratan de “pionera”, para quien escribe, Margot Benacerraf fue una leyenda viviente, con quien pude conversar brevemente en 2018 por dos minutos en los que esta dama me transmitió su fervor por el séptimo arte y la responsabilidad que el cineasta tiene para con la obra: “Todo ese amor al cine lo he hecho con mucha pasión… el cineasta tiene que ser una persona que esté al tanto de todo, que esté alerta, que comunique una visión del mundo completa”.
Margot Benacerraf fue rebelde, rompió el molde que tenían las mujeres de mediados del siglo XX, labró su camino, nadó a contracorriente y con su rumbo, allanó la ruta para las futuras generaciones de cineastas, su amor fue entregado al cine y con él, a los futuros realizadores venezolanos.
Gracias, Margot.
“Es importante que el cineasta sea una persona formada culturalmente, que tenga una base sólida para poder absorber y transmitir”.
Margot Benacerraf
Fragmento de entrevista con Rafael Urdaneta-2018