‘Los niños de Las Brisas’: ¿La música es suficiente para sobrevivir en Venezuela?
El documental muestra la realidad de Venezuela desde la mirada de Wuilly, que tenía 16 años cuando empezó el rodaje; Dissandra, que tenía 9 años, y Edixon, de 13
La vida de Wuilly, Dissandra y Edixon, tres jóvenes venezolanos que sueñan con convertirse en músicos, centra el documental ‘Los niños de Las Brisas’, que representará a Venezuela en los Premios Goya 2025, y que se ha rodado durante diez años en el país.
Los jóvenes tocan en la orquesta del barrio de Las Brisas, una de las zonas más empobrecidas y violentas del sur de Valencia, integrada en el Sistema Nacional de Orquestas del país.
«El hilo conductor siempre fue el deseo de los chicos de convertirse en músicos», contó a EFE la directora, Marianela Maldonado, pero durante los 10 años de rodaje «la realidad fue cambiando y tuvimos que adaptarnos, y lo que comenzó como ese deseo de mostrar lo que hace un sueño la vida de los pobres, termina como una historia de supervivencia» .
El documental muestra la realidad de Venezuela desde la mirada de Wuilly, que tenía 16 años cuando empezó el rodaje; Dissandra, que tenía 9 años, y Edixon, de 13.
«Es un registro de las vidas de seres humanos (…) que deja en evidencia lo difícil que es vivir en Venezuela» y «siguiendo la cotidianidad, lo personal, hablamos de política porque lo personal es político», continúa Maldonado, ganadora de un Oscar por el guión del cortometraje «Pedro y el lobo».
La directora recuerda que cuando comenzó las grabaciones se enfrentó a los problemas de un barrio «sumamente peligroso», con «enfrentamientos de bandas todos los fines de semana y para filmar allí tuvimos que hablar con la gente que controla los barrios».
Y a lo largo de una década, «llegó un momento en que no teníamos ni gasolina para transportar el equipo y pedir permisos era difícil».
Además, grabar en las protestas en las calles «fue arriesgar la vida […] en este proyecto todo ha sido una hazaña y muchas veces pensamos que no podíamos terminar esta película, pero tomamos fuerzas y seguimos».
Los desafíos de una generación de jóvenes venezolanos
Para Maldonado, el destino de cada uno de los protagonistas muestra los desafíos de una generación de jóvenes: irse del país; enfrentarse «al gobierno dictatorial»; o quedarse, «bajar la cabeza y tratar de adaptarte al entorno».
Explica que el documental, que se estrena esta semana en España, tuvo una gran acogida internacional porque retrata «una juventud que tiene un sueño y lucha por eso en medio de grandes adversidades» y asegura que muchas personas «se han visto reflejadas en esa historia, donde tienes la ilusión por ser alguien, por desarrollarte y por salir adelante».
La situación de Venezuela es muy compleja, pero Maldonado piensa que ‘Los niños de Las Brisas’ «explica el país de una manera vivencial, desde lo cotidiano» y que la evolución de las historias «permite ver cómo sienten las personas estos procesos autocráticos […] y cómo sobreviven a esto a través de diferentes mecanismos».
El Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela
El Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, fundado en 1975 por el músico venezolano José Antonio Abreu, es un programa social y cultural para promover el desarrollo humanístico a través de la instrucción y práctica de la música en orquestas sinfónicas y coros.
Maldonado conocía el movimiento y pensó en escribir un guión de ficción, pero en las Brisas se conmovió con «las historias de los chicos y me enamoré de lo que estaba pasando allí».
«Siempre digo que la crisis venezolana me transformó en documentalista», reflexiona la cineasta, porque «todo lo que está ocurriendo en el país es mucho más impactante y dramático que cualquier historia que te puedas imaginar».
El largometraje quiere que los espectadores se pregunten si «es suficiente la música» y que puedan responder «bajo su propio criterio» para «incitar el diálogo, la reflexión y este viaje interior que nos cuesta tanto a los venezolanos».
Aunque la música es «una herramienta increíble y maravillosa», sin un «sistema democrático que garantice el trabajo, la igualdad y la prosperidad no hay ningún arte, ninguna profesión que te permita salir adelante», opina la directora venezolana.