Cecilia Sánchez-Vegas: un arte para resonar
(%=Image(6074964,»C»)%) Cuando casi todas las banderas estéticas, por no hacer mención de otras, han sido criticadas, aprobadas, negadas, retenidas, retomadas, pero, al fin y al cabo, diluidas, me pregunto si aun la plástica puede ser tribuna de la espiritualidad, sin que esto signifique que los “vanguardistas” de hoy –que son más tradicionales que cualquiera porque no aceptan la mirada sencilla– observen con desdén tal espiritualidad sin máscaras, llamémosle religiosa o mística. Me he preguntado si es posible que la pintura represente, en medio del descreimiento de nuestra era, una espiritualidad explícita como otrora fue posible, pero a través de una iconografía familiar, cercana, que resuene en los ecos de nuestro interior, sin repetir las fórmulas del pasado y sin vaciar el sentido como muchas de las tendencias más recientes. Y es así como Cecilia Sánchez-Vegas reinterpreta los signos plásticos, místicos, religiosos y cotidianos, para introducirnos en un mundo cálido, con aroma a belleza y espiritualidad.
Pulsaciones, ritmo, color, luz, figuración y un sonido intuitivo forman parte del lenguaje con el que (%=Link(1349842,»Cecilia Sánchez-Vegas»)%) nos recrea la vida como un milagro revelador, que constantemente se renueva y se apoya en lo que existe –visible o no– para seguir creando. Se inspira en una fe que se inaugura en la conexión divina y se expande en el ser humano, imagen del Dios Creador. Su última exposición titulada “Resonancias”, que actualmente se exhibe en el Grupo Li Centro de Arte, así lo demuestra.
En una entrevista exclusiva con Venezuela Analítica, Cecilia Sánchez-Vegas resonó entre arte y palabras:
- ¿Por qué has titulado tu exposición “Resonancia”?
«Porque su efecto produce ondas que, cuando uno tiene una emoción, se reproducen. Si nosotros todos resonamos en colectividad positivamente, creo, como artista, que el país empezará a resonar de manera diferente. Yo sé que viene un país nuevo, yo lo siento. Creo que Venezuela se merece cosas positivas. No estamos para que nos castiguen. Siempre he creído que hay algo bueno detrás de todo.»
(%=Image(8553754,»R»)%) A pesar de todas las dificultades del país en el ámbito político, CSV cree que “Todos tenemos una parte de amor; eso hasta un loco lo entiende”. En este sentido, para ella, el proceso que actualmente se gesta en Venezuela no es más que el camino para el crecimiento. Esta artista, profundamente identificada con su nación, hace de sus trazos signos vivos de la palpitación venezolana. No es tribuna política, sino humana, identificada en la cotidianidad de nuestra cultura, sus símbolos místicos y hasta sus divertimentos:
- ¿Por qué te motivan los temas hípicos?
«Porque es la representación de Venezuela hípica, una Venezuela diferente que involucra la parte emocional de los venezolanos.»
- Entonces, ¿puede hablarse de una arte nacional o una búsqueda de nuestra identidad a través de arte?
«Sí, pero aún estamos muy inmaduros, no hay una raíz artística para ello. Cuando comienzas a estudiar la historia del arte en Venezuela te das cuenta de eso. Aún queda la de los indios, pero no la (%=Link(6932721,»colonial»)%). El arte en Venezuela comienza de (%=Link(8192441,»Michelena»)%) para acá. Esa es la única vena. Los demás andan “sueltitos”. Creo que la (%=Link(«http://analitica.com/bitblioteca/home/categorias_musica.asp»,»música»)%) era mejor, incluso, la más bella de América.»
- ¿Cómo proyectas el arte venezolano en el futuro?
«Hay excelentes (%=Link(5176655,»artistas venezolanos»)%) de unos cuarenta años para acá. En algunas generaciones hay muy buenos artistas, pero la gente todavía no sabe quiénes somos.»
- Tus imágenes han sido reproducidas en tirajes de tarjetas telefónicas, en libros, etc. ¿Crees que se pueden hermanar la publicidad y el mercadeo con el arte sin que eso signifique perder su sentido?
«Justamente, una de las cosas que también busco como artista es que la obra se reproduzca, que salga en cantidad, porque creo que no se deben quedar en un sólo lugar, sobre todo la obra estético-espiritual, porque detrás de ella está esa no-materia.»
A CSV no le interesa circunscribirse a la “realidad real”. Ella se maneja en los espacios de la intuición y la conexión con Dios. Por eso, habla de la no-materia, que, aunque no puede verse, se puede sentir. Es por ello que sus temas varían de la aparente trivialidad de lo cotidiano, como su serie de las frutas, hasta temas místicos y religiosos, pero sin duda, todos percibidos y aprehendidos como sujetos inmersos en la no-materia, como energías fluctuantes, conectadas entre sí a través de la divinidad. Esa no-materia que CSV nos hace visible, perceptible y sensible, moviliza, de acuerdo a su propuesta, los sonidos internos que nos activan nuestra naturaleza espiritual:
- Observo que en tu obra se repite constantemente el motivo de pequeñas esferas de luz, o núcleos semejantes a la estructura del átomo, que parecen ir más allá de un problema de técnica. ¿Tienen alguna significación para tí?
«En este caso, la idea es representar no nada más lo que nosotros vemos. Eso que llamas “núcleos” representan esa parte “virtual” que nos hace sentir algo más allá de lo visual. La “no-materia” es lo que estoy tratando de que la gente pueda sentir. Es la parte mágica que sentimos mucho los latinoamericanos como artistas. Le llaman parte mágica cuando quieren decir “no-materia”, partículas más pequeñas que el quantum, del que sólo percibimos el rastro. Yo no estoy hablando de algo que no existe, sino de algo que sí existe, que es la no-materia.»
- ¿Cómo crees que tu obra plástica puede “resonar” en los demás, a sabiendas de que no se trata de un sonido en el sentido estricto de la palabra?
«Porque yo trabajo por pulsaciones, es decir, yo trabajo con el corazón y con el color. El color produce efectos en los demás. El color es más que adorno. Él produce efectos visuales e internos. Además, yo trabajo con la música…»
- ¿Un arte transdisciplinario?
«Sí. De hecho, tengo cuatro años trabajando con algo que se llama (%=Link(2434507,»Sinestesia»)%), que es justamente la conexión de las artes. Mi arte es la interpretación musical a través de los colores. Los colores también son armónicos y también tienen una forma y un idioma. Escribo notas musicales con el color, y me dedico mucho a la investigación primero.
»Yo creo que los artistas que nos dedicamos a este tipo de arte, estudiamos todo el tiempo, porque la ignorancia no nos lleva ningún lado. No se trata sólo de ver, sino de sentir. Por eso insisto en no hacer una obra por referencia. Hay una parte intuitiva, que es la conexión con Dios, pero para ello también tienes que conocer el idioma necesario para expresar. Nosotros aprendemos para usar la sabiduría.»
- ¿Defines tu técnica como puntillista?
«Yo no soy puntillista, soy pulsista, yo trabajo con los impulsos del corazón, porque el puntillismo es como una técnica, mientras que el pulso y el impulso es un ritmo propio. Yo creo que ya llegué más allá del puntillismo.»
- ¿Por qué te interesa construir en el lienzo tus formas a partir de una técnica “vitralista”?
«Mi trabajo como artista va más allá de la pintura, yo creo mucho en la estructura y voy en ese camino, porque toda la obra mía es, de cierta manera, una búsqueda hacia la arquitectura. El próximo paso mío como artista es investigar cómo usar materiales en la arquitectura para intervenir espacios, que no sea solamente un cuadro que tú mires, ni un fresco. Ya la pintura es poco. Parece que hay algo más.»
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Sin duda, el paralelismo entre la estética de los vitrales y ese “vitralismo” característico de algunas de las obras de CSV, nos remonta a una atmósfera religiosa: el vidrio, un material puro, es aquí sublimado a través de una alegoría figurativa. Así, todo adquiere el carácter etéreo de la espiritualidad. Pero este juego no es solamente a través de las formas figurativas. El vidrio también integra la obra de CSV superponiéndose a los lienzos de motivos religiosos, fungiendo como soporte a través del cual podemos contemplar y percibir la no-materia, ese mundo sensible, más no visible, que nos conecta a la presencia de Dios, especialmente, a través de María, Virgen y Madre, ciertamente la gran homenajeada en esta exposición:
- ¿Quién es para tí María?
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«María para mí es… Bien, es una pregunta tan bella que no sé qué decir… La energía de María fue la que me abrió todo lo que yo soy… Desde pequeña la buscaba en todos lados… Siempre he estado conectada con ella y le he pedido “virgencita, ayúdame“ y he obtenido respuesta, y aunque la gente “hable” de las imágenes, yo lo que hago es crear una imagen hermosa para recordar que también tenemos esa energía dentro de nosotros, como Jesús, y en realidad, que aparezcan o no aparezcan, no importa, lo que importa es que el humano tiene que sentir de alguna manera a través de una imagen lo que es.
»La Virgen se ha aparecido, a mí no, pero se ha aparecido, yo creo en eso. Puede ser una situación virtual, o energética, ya que todos somos energía, pero existe, y para mí, es incondicional, porque todo lo que yo he recibido a través de esa ella ha sido hermoso.
»Ella representó a la mamá de Jesús, pero no se quedó ahí. Ella resuena, y nunca se va a acabar. Pueden decir que la religión se va a terminar, puede pasar lo que sea, pero la energía de María y la de Jesús van a estar siempre.»