Superar el miedo escénico, cambia la vida de las personas
Este problema puede afectar a cualquier persona y aparecer en cualquier momento de la vida de uno pero es más frecuente en personas cuya profesión les exige (una presión más)
El miedo escénico es un tipo de trastorno por ansiedad social (una especie de fobia social muy específica). En estos trastornos predomina el miedo a la evaluación por parte de los demás. Cuando la persona siente el miedo, este es incapacitante en la medida en que la persona evita las situaciones o que afecta a su rendimiento, reduce la efectividad de la comunicación y la persona acaba por expresarse peor.
El miedo escénico se compone de síntomas:
- Los síntomas fisiológicos: Taquicardia, sequedad de boca, temblores, mareos, tensión muscular, dolor de cabeza, malestar estomacal, rubor facial, urgencia urinaria, escalofríos, etc… Algunas personas pueden llegar a sufrir ataques de ansiedad.
- Síntomas cognitivos: Pensamientos catastróficos y negativos, pensamientos anticipatorios de lo que va a ocurrir (expectativas de fracaso), bloqueo mental o mente en blanco, hipervigilancia e hiperatención hacía uno mismo, exageración de los fallos propios, dificultad de concentración, confusión, fallos en la memoria, miedo.
- Los síntomas conductuales: Salir corriendo, paralizarse, evitar situaciones, tartamudeo, hablar muy bajo, hablar más rápido de lo normal, balbucear, comportarse en “modo automático”, silencios largos o pausas más frecuentes, uso de drogas para afrontar la situación.
Para el profesor de oratoria y locutor Efraín Cruz “El factor de mantenimiento de este problema son las ideas preconcebidas, catastróficas y la evitación, es por ello que son tres de los principales puntos a los que se dedican los tratamientos”.
“Este problema puede afectar a cualquier persona y aparecer en cualquier momento de la vida de uno pero es más frecuente en personas cuya profesión les exige (una presión más) dar charlas en público, estar delante de una audiencia o ser evaluados por multitudes, por ejemplo: cantantes, músicos, actores (más frecuente en situaciones en directo, como el teatro), personas que deben dar discursos, etc… De hecho muchas de las personas más famosas han pasado por este calvario “explicó Cruz.
Cómo superarlo
El tratamiento más efectivo es el cognitivo-conductual, que puede incluir técnicas como las siguientes:
- Técnicas de respiración: La respuesta de ansiedad como ya hemos visto en muchos otros artículos se asocia con los síntomas de ansiedad, si cortamos la respiración “ansiosa” podemos frenar la escalada de síntomas que ella produce. Por ejemplo se utiliza la respiración abdominal.
- Técnicas de relajación: De nuevo trabajan para disminuir la ansiedad general y ante la actuación, además en cierta manera controlan también la escalada cognitiva de pensamientos negativos. Las técnicas más utilizadas son la relajación muscular progresiva o la autógena. Buscan disminuir los síntomas físicos de ansiedad.
- Técnicas cognitivas: Se centran en controlar los pensamientos irracionales, sustituirlos. Son de las técnicas más efectivas en estos problemas. Se trabajan las creencias irracionales y se entrena la distracción, la parada de pensamiento, las autoinstrucciones positivas y muchas otras técnicas.
- Exposición gradual a las situaciones temidas: Es un paso necesario aunque suele llevarse a cabo después de la aplicación del resto de técnicas.
- Técnicas de visualización: Imaginar la actuación trabajando creencias, expectativas, afrontamiento de situaciones inesperadas, etc…
- Adicionalmente trabajar también la autoestima, habilidades de comunicación y timidez.
Otros tratamientos como la hipnosis o la medicación pueden utilizarse también, aunque son casos puntuales en los que la medicación es adecuada, sí sirve para ciertas personas. La medicación puede ayudar a disminuir el nivel de activación.
El mejor consejo: No evites los escenarios si puedes, aunque sea con mucha ansiedad, exponte a ello, seguramente a medida que avanzas en la actuación la ansiedad disminuye. Otro punto muy importante es ignorar tus pensamientos negativos, sustitúyelos por mensajes de valía, motivación y coraje. Practica de forma habitual los ejercicios de relajación.