Ricardo Ravelo: Dirigiendo la lucha contra el cáncer de mama
Por Andreína Itriago Acosta
@inaitriago
El cáncer de mama es la especialidad del cirujano oncólogo Ricardo Ravelo. Cada semana recibe en su consultorio –ya sea en la Clínica Ávila o en el Centro Clínico de Estereotaxia (Ceclines), ambos ubicados en la ciudad de Caracas– a decenas de mujeres que, tras un autoexamen o pesquisa, temen convertirse en una de las 5 mil venezolanas que anualmente se suman a la lista de pacientes de cáncer de mama.
Ha dedicado su vida al estudio y atención de la enfermedad más grave de los senos; y también a difundir los conocimientos que ha adquirido. Ha sido profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV) y, actualmente, se desempeña como profesor del Diplomado en Mastología, que se imparte en el Colegio de Médicos del Distrito Metropolitano de Caracas, en Santa Fe. Lo fundó la Sociedad Venezolana de Mastología, con él en la presidencia, en 2013, y este año inició su quinta edición. Cincuenta y tres médicos de distintas áreas –genética, medicina preventiva, mastología, cirugía, radioterapia, entre otras– han egresado de este curso, especializados, principalmente, en el tratamiento y diagnóstico del cáncer de mama.
“Me gradué en 1989 de médico, luego hice Cirugía hasta 1994, después hice Oncología y después hice un máster en Patología Mamaria, en Barcelona, España”, resume, quien destaca la importancia de mantenerse en constante aprendizaje: “Cada año salen cosas nuevas, tratamientos nuevos, técnicas nuevas, entonces uno tiene que estar al día”.
La preparación ha rendido sus frutos y le ha permitido hacer contribuciones importantes en la prevención y la investigación en cáncer de mama. Lo ha hecho a través de una veintena de trabajos científicos publicados en revistas especializadas nacionales, como la Revista Venezolana de Oncología, e internacionales, como las norteamericanas The Breast y The Breast Journal.
“Escribo sobre temas novedosos, tratamientos nuevos, tratamientos menos invasivos, porque esa es la tendencia en el mundo: hacer tratamientos mínimamente invasivos, con la mayor eficacia, al menor costo posible”, explica. De hecho, en la próxima edición de la Revista de Senología y Patologías Mamarias, de España, publicará un trabajo sobre la utilización de técnicas de cirugía reconstructiva y cirugía plástica en el cáncer de mama.
“Ya sea porque la enfermedad es muy extensa o porque la mujer tenga alto riesgo genético, uno uno siempre ofrece la reconstrucción inmediata como forma de mantener la función del órgano, que en parte es una función que tiene que ver con la sexualidad, con la feminidad”, explica.
Una técnica que salva vidas
En 2001, cuando en Venezuela y América Latina nadie había oído hablar de técnicas mínimamente invasivas en cáncer de mama, como la estereotaxia, Ravelo y su equipo de Ceclines ya habían importado el equipo de los Estados Unidos para implementar la entonces novedosa técnica del doctor Steve Parker. Así se comenzaron a hacer, en el país, diagnósticos tempranos de lesiones muy pequeñas, no palpables, en los senos.
En 16 años, en las instalaciones de lo que comenzó siendo un apartamento en la torre EXA de El Rosal, en Caracas, y que ahora es un centro clínico de dos pisos en la avenida Libertador –el único especializado en Venezuela–, unas 8 mil mujeres se han beneficiado con este procedimiento.
“Tal vez unos de los casos más dramáticos son los de pacientes muy jóvenes, de unos 35 años, que, por alguna razón, se tocan algo y se les detecta un tumor maligno, de comienzo”, dice, al referirse a su experiencia con la técnica. Sin embargo, acota que no es lo más común: “El cáncer de mama es más frecuente en mujeres mayores de 50 años, pero en mujeres jóvenes, gracias a la mamografía y a la estereotaxia, uno puede detectar tumores muy pequeños y muy incipientes, de comienzo, que son totalmente curables con cirugía solamente”.
Al revisar las escalofriantes cifras del país, según las cuales en Venezuela se detectan, cada año, alrededor de 5 mil casos nuevos de este tipo de cáncer, de los que 1.800 terminan con la muerte de la paciente, hace énfasis en la importancia de la prevención: “Es una realidad que uno pretende cambiar con la prevención. La prevención permite que se tengan iguales casos pero que haya menos mortalidad”. De allí que haya dedicado buena parte de su carrera a asesorar, organizar y colaborar con las campañas de prevención que ejecutan organizaciones como SenosAyuda y SenoSalud.
“Antes, las enfermedades de la mama eran del cirujano. Ahora no. Es un grupo multidisciplinario que hace que el cirujano sea una parte de la orquesta”, dice este médico, que desde que comenzó a ejercer en el Hospital Universitario de Caracas, se ha dedicado a impulsar el trabajo multidisciplinario.
Ahora, quien entre 2011 y 2013 le diera fuerza, desde el punto de vista organizacional, a la Sociedad Venezolana de Mastología, se prepara para cruzar fronteras y continuar su trabajo en los Estados Unidos, como clinical advisor en procedimientos para la detección temprana de cáncer de mama: “He hecho investigación toda mi vida y espero poder seguir trabajando en el área de la Mastología. Las enfermedades de las mamas, en mi especialidad, el cáncer, es algo muy frecuente y es de las enfermedades que más se investigan en el mundo, especialmente en los Estados Unidos. Pienso que podría hacer una buena colaboración allá”.