Las plantas contribuyen a purificar el ambiente en nuestros hogares

El ser humano pasa gran parte del tiempo dentro de su hogar u oficina, en ambientes interiores en donde la ausencia de flujo de aire determina que la sustancias contaminantes presentes (plásticos con productos químico-sintéticos, disolventes, fibras sintéticas, materiales hechos con PVC, productos para la limpieza, entre otras) permanezcan encerradas, lo que puede originar serios problemas para la salud, tales como trastornos respiratorios, dolores de cabeza, asma, alergias. Asimismo, elementos como alfombras, ventiladores y aire acondicionado también propician el transporte de polvo, microbios y otros elementos que terminan pervirtiendo el aire que respiramos.

Ante este problema en sitios cerrados con poca ventilación, se plantea la necesidad de purificar el aire con plantas, que por sus características particulares, son capaces de eliminar las partículas tóxicas, además de producir oxígeno, lo que se convierte en un aliado fundamental para la salud de las personas, al mismo tiempo de cumplir un efecto decorativo que le proporciona un efecto de naturalidad al ambiente. Este método fue objeto de investigación por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio, más conocida por NASA, a través de un estudio dirigido por el científico Bill Wolverton, que arrojó como resultado la certeza de que ciertos vegetales actúan como plantas purificadoras, al limpiar las partículas que empobrecen y contaminan el aire del interior de las casas.

Respiro, luego existo

Las plantas contribuyen a mejorar la calidad del aire luego de absorber el dióxido de carbono, y liberar a cambio oxígeno, por medio del proceso de fotosíntesis. Al mismo tiempo, suben la humedad del aire interior a través de la denominada evapotranspiración realizada por los poros de las hojas, y absorben microcontaminantes gracias a la superficie externa de las hojas y su sistema de raíces. Pero no todas las plantas del interior poseen la misma capacidad para eliminar los elementos contaminantes, por lo que se hace necesario informarse adecuadamente acerca de cuáles especies son las idóneas para cumplir esa labor sanadora. Incluso, al momento de hacer la elección, se debe evitar colocar aquellas que pueden ser perjudiciales para mascotas, en caso de haberlas.

En el estudio encabezado por Wolverton, se elaboró un listado con las plantas más recomendables para purificar el aire de la casa, de cuidado sencillo. Aquí se reseña algunas de ellas:

1- Poto (Potus). Es una planta muy popular, resistente, no requiere de grandes atenciones, se utiliza para decorar oficinas, centros comerciales. Resiste mejor en espacios interiores luminosos, y hay que esperar que se seque la capa superior de la tierra para regarla. Es efectiva para absorber elementos como el benceno, formaldehído y xileno.

2- Espatifilo o flor de muerto. Es una especie que puede sobrevivir con poca luz y poca agua. Crece en temperaturas superiores a los 18 °C y se recomienda mantenerla lejos de las corrientes de aire. Son plantas longevas que purifican el ambiente de acetona, tricloroetileno, benceno, entre otros elementos dañinos.

3- Palmera de bambú o palmera china. Tiene un crecimiento inicial lento, pero luego aumenta con el paso del tiempo. Es fácil de cuidar, aunque necesita mucha humedad y se recomienda colocarla cerca de las ventanas para que reciba luz solar. Reduce los niveles de amoniaco, monóxido de carbono, cloroformo y más.

4- Ficus. Vive mejor en ubicaciones interiores o en zonas exteriores con un clima suave. Necesita mucho sol, por lo que es recomendable que lleve luz solar directa de forma moderada, con un regado equilibrado. Esta planta ayudará a disminuir la acción del formaldehído, tricloroetileno y otras sustancias.

5- Cinta, malamadre o lazo de amor. Es una planta de porte colgante, caracterizada por sus hojas largas y luminosas. Necesita luz, aunque no es conveniente esté expuesta directamente. El regado es de manera regular y sus propiedades purificadoras luchan contra el xileno, monóxido de carbono y otras impurezas.

La vida es un don que debemos cuidar y proteger. Tomar las medidas preventivas para mantener lo más puro posible el aire que respiramos, más que una necesidad, es una responsabilidad que como individuos no debemos postergar, en pro de una mejor y más sana calidad de vida.