La actividad física actúa como una cura milagrosa
El ejercicio físico es un componente fundamental para mantener la buena salud. Se trata de una premisa en la que coinciden especialistas en diversas disciplinas. Ahora, nuevas investigaciones no sólo están comprobando esta tesis, sino que están explicando las razones y, lo que es más importante, están encontrado evidencia de que los beneficios son aún mayores de lo que se creía.
Ciertamente, desde la antigüedad, los médicos han estado conscientes de la estrecha relación que tienen el ejercicio físico y la buena alimentación con la salud. Y aunque resulta paradójico, el uso de la actividad corporal como terapia fue utilizada hasta finales del S. XIX más que en la actualidad. La razón es que los nuevos avances en medicamentos y otros tratamientos, hicieron que en lugar de prevenir las enfermedades, los médicos se concentraran en curarla.
Sin embargo, son muchos los especialistas que han defendido la necesidad del ejercicio para mejorar los índices de salud, gracias a lo cual se ha generado mayor conciencia colectiva.
El ejercicio ayuda en tratamiento de enfermedades genéticas
Si bien hay un acuerdo general acerca de que el ejercicio físico sirve para mejorar la salud, nuevos descubrimientos están demostrando que esos beneficios van incluso más allá de lo que se pensaba.
Por otro lado, las consecuencias de una vida sedentaria son tan variadas como terribles. Las personas con bajos niveles de actividad física corren mayor riesgo de padecer muchos tipos diferentes de cáncer, enfermedades del corazón y muerte prematura por cualquier causa. La inactividad puede empeorar los síntomas de la artritis, aumentar el dolor de la parte inferior de la espalda y conducir a la depresión y la ansiedad.
Además del corazón, los músculos, los pulmones y los huesos, los científicos están descubriendo que otro importante beneficiario del ejercicio podría ser el cerebro. Una investigación reciente vincula la actividad física con menos depresión, mejor memoria y aprendizaje más rápido. Los estudios también sugieren que ésta contribuye prevenir o retrasar la aparición de la enfermedad de Alzheimer.
Es cada vez más evidente que casi todos – jóvenes, ancianos, embarazadas -, se benefician del ejercicio. Y a medida que los científicos aprenden más acerca de la razón, esperan que nos dediquemos a poner nuestros cuerpos en movimiento.