Jeringas seguras: Necesaria para la lucha contra el contagio de la hepatitis
La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó hoy una campaña para la prevención de la hepatitis, una enfermedad que causa tantas muertes como la tuberculosis y más que el sida, a través del uso seguro de jeringas, una de las mayores vías de transmisión de la primera enfermedad.
Aprovechando la conmemoración del Día Mundial de la Hepatitis, la organización presentó las conclusiones de un estudio que ha completado en 28 países, que representan el 70 % de casos de hepatitis en el mundo.
Esos resultados evidencian que los esfuerzos se están alineando en función del objetivo de eliminar esta enfermedad para 2030.
En una rueda de prensa en Ginebra, el director del Departamento de VIH y del Programa Global de Hepatitis de la OMS, Gottfried Hirnschall, explicó que esa meta -contenida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU- no implica una extinción de la enfermedad, pero sí una gran reducción de su incidencia.
«En este caso, la eliminación significa una reducción muy significativa del número de nuevas infecciones, en un 90 %, y del 65 % en el número de muertos en 2030. No significa que ya no habrá nadie con hepatitis», precisó el especialista.
La hepatitis viral, especialmente los tipos B y C, afectan a 325 millones de personas en el mundo (según datos de finales de 2015) y causa 1,34 millones de decesos anuales, de los que muchos ocurren porque la enfermedad ha llevado a un cáncer del hígado.
A modo de comparación, 37 millones de personas en el mundo sufren de sida, causante de 1,1 millones muertes cada año.
Sin embargo, en el mejor de los escenarios sólo el 10 % de personas que sufren hepatitis lo saben y reciben un tratamiento, según ha documentado la OMS.
«La hepatitis es una causa de morbilidad que no se ha reconocido y esto tiene que cambiar», sostuvo Hirnschall.
Explicó que el acceso al diagnóstico y tratamiento «es muy bajo» a nivel mundial y que «si se quiere llegar a la eliminación de la hepatitis hay que acelerar los esfuerzos y aumentar las inversiones».
La hepatitis B requiere un tratamiento de por vida que cuesta menos de 50 dólares anuales en muchos países de ingresos medios y bajos, aunque actualmente existe una vacuna eficaz par evitarla, mientras que la de tipo C puede curarse en tres meses gracias a un tratamiento relativamente reciente.
Este último salió a los mercados de países desarrollados costando más de 80.000 dólares, pero la entrada de los genéricos han llevado a una caída abismal del precio del tratamiento, que ahora se ubica entre los 260 y 280 dólares.
La mitad de los 28 países analizados sobre este tema por la OMS han optado por buscar la eliminación de la hepatitis a través de un acceso universal al tratamiento.
El caso de la hepatitis C es especialmente alarmante puesto que solo el 7 % de los 71 millones de infectados en el mundo son adecuadamente tratados.
Por ello, la OMS enfatizó hoy la importancia de la prevención, en particular mediante el uso seguro de inyectables, que junto con otras intervenciones médicas -como cirugías- y tratamientos dentales son las principales vías de transmisión de la hepatitis.
Cada año se aplican 16.000 millones de inyecciones en el mundo, lo que lo convierte en el tratamiento médico invasivo más extendido, por lo cual reducir los riesgos vinculados a él puede dar rápidos resultados.
Hirnschal precisó que el 20 % de casos de hepatitis ocurren por el uso de jeringas infectadas por parte de toxicómanos.
«La nueva campaña contra la hepatitis se basa en material educativo y en la seguridad de los inyectables, que debe garantizarse en todas las áreas para evitar la transmisión a través de sangre infectada», se explicó.
La campaña se dirige tanto a los que prescriben las inyecciones para que no lo hagan de manera innecesaria, a los que las administran y a los pacientes, que deben aprender a conocer las prácticas que pueden ser peligrosas y evitarlas.