El zika baja la testosterona y perjudica los testículos, afectando la sexualidad
El virus del zika, tras abandonar el torrente sanguíneo, sigue replicándose en células de los testículos y afecta a estos órganos, según un estudio publicado en la revista Science Advances.
La investigación, realizada por científicos de la Universidad de Yale (EE.UU.) y probada en ratones, afirma que el virus produce inflamación y disminución de los niveles de testosterona, entre otros efectos.
«Se había reportado que el virus del zika podía ser detectado en el semen por periodos prolongados después de la infección en el ser humano. Por lo tanto, tuvimos la hipótesis de que el virus puede replicarse en los testículos y lo probamos usando un modelo con ratones», explicó a Efe Ryuta Uraki, el investigador de Yale que lideró el estudio.
Para comprender las consecuencias de la persistencia del virus, los expertos infectaron ratones con una cepa que no era mortal.
Así, notaron que el virus desaparecía de la sangre de los ratones una vez que los animales llevaban ya 21 días infectados, pero todavía veían al zika presente en los testículos.
Los órganos, además, se habían encogido «significativamente», lo que para Uraki indica que las células habían muerto luego de la infección.
Uraki también señaló que, aunque se cree que el virus se esparce principalmente a través de la picadura del mosquito infectado, hay que tener en cuenta el riesgo de una transmisión sexual.
Los resultados de este estudio apuntan precisamente en ese sentido, pues los datos «sugieren una transmisión sexual de hombre a mujer».
El investigador también afirma que, luego de la infección, «el esperma tenía una capacidad de movimiento reducida, lo que podría conducir a una menor fertilidad».
Debido a que, para este estudio, los científicos utilizaron ratones, aún necesitan saber si sus hallazgos también se producen en los seres humanos.
«Sería interesante seguir el nivel de testosterona en los hombres infectados con el virus para determinar si los afecta en forma similar», añadió Uraki.