Diagnóstico precoz: el gran reto del párkinson
El objetivo esta claro, pero el trabajo para conseguirlo no es fácil. Ello se debe a que el temblor de una mano crea una imagen representativa de la enfermedad, pero no es la única. En el 40% de los casos, antes de las manifestaciones motoras, la primera señal para llegar al diagnóstico puede ser una depresión, percibir mal los olores o el estreñimiento.
Detectar estas huellas iniciales del avance de la enfermedad es el primer paso de un camino que nos lleva hacia un diagnóstico precoz y, después, hacia una mayor eficacia del tratamiento, señala José Matías Arbelo González, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de Movimiento de la Sociedad Española de Neurología.
Sin embargo también destaca que “no disponemos de marcadores biológicos que confirmen la sospecha clínica, por lo que a veces es complicado diferenciar el párkinson de otras patologías”.
Esta es una de las muchas dificultades que la enfermedad presenta ante el reto de reducir una espera media entre 1 y 5 años para alcanzar el diagnóstico.
Primeros síntomas
Colaborar en favor de la detección, incluso antes de que aparezca la patología, es tener en cuenta que el principal grupo de riesgo se encuentra entre los 60 y 70 años. Sin embargo, de nuevo la enfermedad muestra su complejidad para ser diagnosticada debido a que el 15% de los pacientes no superan los 45 años. Incluso se puede dar en niños o adolescentes mediante lo que se conoce como Parkinson juvenil.
“Cuando el primer síntoma es el temblor no suele haber retrasos en el diagnóstico, pero si es otro, la situación cambia porque suele achacarse a otras causas”, explica el doctor Arbelo González.
Con o sin dificultades, una vez que se ha identificado la Enfermedad de Parkinson, su progresión es gradual:
Primero se experimenta una disminución de la destreza en el movimiento, torpeza al caminar o el temblor de una extremidad en reposo. El resultado a los cinco años implica que un 40% de los pacientes presente complicaciones motoras. Además, a estos síntomas se pueden añadir otros no motores que terminan por producir una gran incapacidad funcional.
Es esta progresión la que convierte el diagnóstico temprano en un elemento de gran importancia para determinar la eficacia del tratamiento.