CineEntretenimiento

“Beetlejuice, Beetlejuice». Un superfantasma anda suelto

La cinta es una maravilla del cine con referencias a gran parte de la cinematografía de Tim Burton y a la cultura pop

Uno de nuestros primeros recuerdos cinéfilos se remonta a una película que en televisión presentaban como “El Superfantasma” y trataba de los Maytland, una pareja de recién fallecidos que, hartos de convivir con la excéntrica familia Deetz, deciden invocar a un “Bioexorcista” que recurre a métodos terroríficos para sacar a los humanos de las casas, allí conocí a Beetlejuice.

Aclarado el verdadero nombre del film y con posteriores revisiones, esta película se convirtió en una de nuestras favoritas por su historia de humor negro, líneas ingeniosas, diseño de producción analógico y maquillaje estupendo que la situaron en una joya cinematográfica que sirvió para catapultar al joven director Tim Burton y para poner en el radar a Michael Keaton, a Winona Ryder, Alec Baldwin y a Geena Davis.

Pasados los años, Burton se consolidó como un grande del cine que últimamente pareció desdibujarse con algunas cintas inconsistentes y poco exitosas mientras que Ryder y Keaton se consolidaron como grandes referencias actorales labrando su nombre en el podio del cine y el streaming con un panorama cultural que parecía cada vez más ajeno a la temática de Beetlejuice y donde una secuela parecía improbable.

¿Necesitábamos un “Beetlejuice 2”? No, pero se agradece esta obra y vamos a desglosar las razones. Cuando se anunció el proyecto, debemos confesar que hubo miedo, porque ante los fracasos de muchas secuelas y remakes recientes, no parecía posible que le hicieran justicia a la cinta original, afortunadamente, nos equivocamos.

Para esta película no solo regresaron Tim Burton, Winona Ryder y Michael Keaton, en sus roles de Lydia y Beetlejuice respectivamente, sino también Catherine O`hara se volvió a teñir el pelo de rojo como Delia, la madrastra de Lydia y como novedades se tienen a Jenna Ortega como la hija de Lydia junto a Monica Bellucci y Willem Dafoe.

La historia nos muestra que luego de 36 años, Lydia es una presentadora de un show paranormal en televisión, pero es acosada por visiones de Beetlejuice, quien desde el inframundo no ha dejado de pensar en ella e insiste en que algún día se casarán.

Cortesía: Warner Bros

Todo cambia cuando un evento inesperado hará que Lydia se reúna con su hija para volver al poblado de Winter River y sus caminos se crucen con los de “Juice” en una serie de terroríficos enredos.

La cinta es una maravilla del cine con referencias a gran parte de la cinematografía de Tim Burton y a la cultura pop. El humor negro luce exquisito en esta historia que echa mano de los recursos analógicos o “vintage” para mantener la estética original planteada por la cinta original con un respeto total al “Beetlejuiceverso”.

¿Hay nostalgia? Claro que sí, pero está bien llevada, no se queda en una oda al pasado, sino que avanza en los personajes y nos muestra sus cambios con una excelente consistencia y en un arco completo en el que, a pesar de algunos agujeros del guion, los caracteres no pierden solidez.

Vamos a dejar dos datos curiosos de Beetlejuice y es que la cinta original fue doblada en Venezuela y es un ejemplo de excelente trabajo del entonces incipiente doblaje hecho en suelo criollo.

Por otra parte, Beetlejuice tiene el mismo tiempo de aparición en ambas películas: 17 minutos, lo que es una curiosidad para un personaje principal que impulsa la trama, pero no está omnipresente, sino que pone el ingrediente necesario para hacer crecer el film.

Tim Burton ha vuelto, el “Superfantasma” anda suelto y por este tipo de películas es que damos gracias porque existe el cine. 

Fundado hace 28 años, Analitica.com es el primer medio digital creado en Venezuela. Tu aporte voluntario es fundamental para que continuemos creciendo e informando. ¡Contamos contigo!
Contribuir

Publicaciones relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Botón volver arriba