“Batman: el enmascarado” un pastel que levantó poco
La nueva producción retoma la estética oscura de la primera mitad del siglo XX y pretende contar los inicios justicieros de Batman omitiendo su origen
Sin duda y, a pesar de las polarizaciones que existen en el mundo del comic, uno de los personajes más interesantes de leer y ver en pantalla es Batman, el caballero oscuro de Ciudad Gótica.
Creado por Bob Kane y Bill Finger en 1939, Batman supuso una revolución en el mundo de los personajes de acción que, en aquellos tiempos, se podían encontrar en los llamados “pulps” con publicaciones similares como “La Sombra” o “Doc Savage”, quienes combatían el crimen en un tono sombrío y amenazante, pero que con el encapotado de Gótica lograron un nuevo nivel, ya que Batman también es una fusión de estos personajes con el clásico “El Zorro” lo que le otorgó una esfera moral y honorable para que este nuevo héroe estuviera al límite de ser un antihéroe por usar el miedo y la oscuridad contra el mal pero nunca tomando una vida.
Ha corrido mucha agua bajo el río. Desde comics, series animadas, y sobre todo, aquella producción con Adam West que, a pesar del “Bati twist”, logró impulsar la popularidad del hombre murciélago que caería en los 70 y 80 en el olvido. Fue de la mano de Tim Burton y con el rostro de Michael Keaton que la bati señal volvería a brillar con una estupenda película (por la que no daban un medio) que se convirtió en un film de culto del que partieron algunas secuelas y una maravillosa serie animada que recreó el arte de los años 30 en cuanto al cine negro y el art deco que brindan atmósfera al gran detective de Gótica.
En años más recientes, Batman es asumido como parte de la cultura pop. Su trauma de origen, su intelecto de genio, su firme código moral, su lealtad, honor y acción lo han elevado al Partenón de los principales personajes del siglo 21 y es en esa ola que Amazon se quiso subir para producir la serie “Batman: el enmascarado”.
La nueva producción retoma la estética oscura de la primera mitad del siglo XX y pretende contar los inicios justicieros de Batman omitiendo su origen, es decir, nos presenta de una vez al caballero oscuro en las calles de Gótica en una jugada que, a juicio de quien escribe, no ha resultado del todo afortunada, ya que el origen, por trillado que sea, es la semilla del héroe, prescindir de este totalmente, lo hace parecer un recién llegado.
A lo largo de 10 capítulos, de poco menos de media hora, vamos conociendo distintas tramas y aventuras de los habitantes de la ciudad y de aditivo, Batman. Allí pareciera radicar la mayor debilidad de la producción, dar por sentado que todos los espectadores conocen al héroe. No se puede dar el nombre de un personaje a una producción y mostrar a este como un añadido y no brindar espacios para que la audiencia conecte con esta nueva versión de Bruno Díaz/Batman que, dicho sea de paso, es totalmente carente de carisma y empatía hasta en su representación como el multimillonario.
Otro punto curioso es el cambio de géneros y razas que no suman absolutamente nada a la trama y lucen como intento de innovar, pero sin sustancia que haga que esto valga la pena.
Punto a favor es la estética maravillosa, la animación y la banda sonora que, ciertamente, hacen justicia al universo creado por Bob Kane y Bill Finger. Su producción nos hace sentir la opresión de una ciudad en decadencia, con corrupción y en desesperanza, hasta que hace su aparición el Caballero Oscuro.
“Batman: El enmascarado” hizo una ambiciosa apuesta que se queda a medias, mejora un poco al final, pero no logra el embrujo que nos haga anhelar la segunda temporada, es una producción de sabores simples, con detalles agradables pero que pasa por debajo de la mesa, es un pastel que levantó muy poco.
Disponible en Amazon Prime.