Así fue la ceremonia de los MTV Europe Music Awards
Con su pop contagioso y su prodigiosa voz, Bruno Mars fue la auténtica estrella sobre el escenario de la 23 edición de los MTV Europe Music Awards (EMA) que premiaron este domingo a dos ausentes, Lady Gaga y Justin Bieber.
El hawaiano, fuera de las nominaciones porque su tercer álbum está a punto de ver la luz, convirtió el recinto del Ahoy Rotterdam en una fiesta al ritmo dance de su nuevo sencillo «24K Magic» nada más comenzar la ceremonia.
En cuanto a premios, que era de lo que se trataba, Gaga y Bieber por poco quedan empatados. La primera, que acaba de publicar su disco más personal, «Joanne», derrotó a la favorita, Beyoncé, y se llevó el de mejor artista femenina, además del premio al mejor look.
Pero Bieber sumó finalmente tres: el de mejor canción -uno de los más buscados-, con la omnipresente «Sorry», el de mejor artista canadiense y el que reconoce a los mejores fans.
El que se le escapó a Bieber después de seis ediciones consecutivas ganándolo, fue el de mejor artista masculino, que en esta oportunidad paró a manos de su compatriota y aspirante a sucesor en el trono pop adolescente Shawn Mendes.
La actuación de Mendes, quien cantó al piano «Mercy» saliendo de un holograma con forma de pirámide, provocó un verdadero griterío que confirmaba que Bieber debe andarse con ojo.
La puesta en escena de los Europe Music Awards, como siempre, fue espectacular, con cuatro escenarios, más de 3.000 metros de LED, un suelo de cristal y mucha pirotecnia, además de una estética geométrica que rendía homenaje a la arquitectura de la ciudad holandesa.
El canadiense multiplatino The Weeknd salió de una cúpula estrellada al comenzar a cantar su hit «Starboy», en el que colaboran los franceses de Daft Punk y por el que se llevó el premio al mejor video musical.
En el ámbito femenino y ante la ausencia de las grandes divas, la sueca Zara Larsson acaparó todos los focos, además de conquistar el premio a la mejor artista revelación.
Pero una de las actuaciones más explosivas fue la de Green Day. Los californianos, supervivientes del punk rock de los 90, recibieron de manos del actor Idris Elba el premio Icono Global, un reconocimiento a su trayectoria e influencia, y la banda lo agradeció con una descarga roquera no exenta de un mensaje crítico.
Si con «Bang Bang», de su último disco, pusieron en la diana la violencia y las víctimas de armas de fuego en Estados Unidos, su ya clásico «American Idiot», compuesto al calor de la invasión de Irak con George Bush Jr., adquirió un nuevo eco en el escenario del Ahoy a dos días de las elecciones que se disputan el republicano Donald Trump y la demócrata Hillary Clinton.
OneRepublic, Lukas Graham, DNCE -la banda del exJonas Brother Joe Jonas-, y Kings of Leon también pusieron música a la fiesta de los EMA.
El resto de los premios se repartieron entre 21 Pilots (mejor directo y mejor artista alternativo), Coldplay (mejor artista pop), las chicas de Fifth Harmony (mejor artista pop), Drake (mejor artista hip hop) y Martin Garrix (electrónica).
Bunbury se llevó el de mejor artista español, imponiéndose a Amaral, Amaral, Bunbury, Corizonas, Leiva y a Álvaro Soler.
La ceremonia estuvo conducida por la cantante de origen albanés Bebe Rexha, quien hizo su aparición descolgándose del techo del Ahoy entre fuegos artificiales, dando por inaugurada la fiesta, y se puso más intensa en un dueto con el DJ Martin Garrix de «In the name of love» acompañados por una orquesta de cuerda.
Rexha tuvo un momento para recordar a Prince, fallecido en abril de este año y que actuó en los EMA en 1994.
La retransmisión de los premios llegó a los 160 territorios en los que está presente MTV en el mundo. Este año, además, los que estaban en el recinto pudieron disfrutar del show no solo en vivo, sino también a través de unas gafas y una aplicación de realidad virtual.