Artista plástico lanza botella en Nueva York y la encuentran en playa francesa
En un mundo tan globalizado como el que tenemos actualmente, resulta curioso que todavía existan muestras de comunicación por medio de vías que parecieran ya obsoletas. En octubre de 2013, el artista plástico estadounidense George Boorujy lanzó a la bahía de Nueva York una botella que otra pintora encontró dos años y medio después a más de 5.700 kilómetros de allí, en una playa del suroeste de Francia.
Las corrientes oceánicas arrastraron el objeto a una playa de La Tremblade, a unos 130 kilómetros al norte de la ciudad de Burdeos (suroeste), donde Alain y Brigitte Barthélémy la encontraron el 16 de febrero de 2016, cuando paseaban con su perro Elton. Esta pareja descubrió que el interior de la botalla portaba la inscripción «New York Pelagic» y dos pergaminos «en un estado impecable», según relató el diario galo Sud Ouest.
El primero de los pergaminos tiene el dibujo de un cormorán y el segundo es una carta mecanografiada, en la que se felicita a los descubridores de la botella.
Brigitte, quien también es pintora, indagó sobre el autor, y supo que es un artista estadounidense que milita por la protección de las aves, especialmente de los cormoranes.
En la misiva, su remitente solicitó una respuesta «pero no mediante una botella [lanzada] al mar», un medio de comunicación aleatorio y «muy ineficaz», escribió.
Alain y Brigitte contactaron al artista, quien les explicó que lanzó el objeto en 2013 en Wolfe’s Pond Park (Staten Island, Nueva York).
«Cuando vi los mensajes de Alain y Brigitte, me quedé estupefacto y loco de alegría (…) Y el hecho de que Brigitte también sea pintora le añade un punto extraordinario», declaró Boorujy a Sud Ouest, quien alegó que este experimento lo hizo como una manera de concienciar sobre la protección de las aves.