“Apocalipsis Z: El principio del fin”, porque no es el qué, sino el cómo cuentas las cosas
La película dirigida por Carles Torrens se basa en el libro homónimo de Manel Loureiro, que cuenta la historia de un hombre sumergido en un profundo trauma y que, en medio de la depresión, no advierte las señales de un virus mortal
El cine de zombies es uno de los géneros más explotados y con distintas formas que nos han ofrecido obras terroríficas, socialmente críticas y hasta comedias donde los muertos vivientes o infectados han acabado con el mundo.
El precursor de este tipo de películas es, sin duda, el maestro George Romero con su maravillosa “La noche de los muertos vivientes” de 1968, que sentó un precedente y estableció las bases del apocalipsis zombie.
-No se sabe el origen de la infección
-Los muertos se levantan
-Se propaga por las mordidas.
Romero exploró este género abordando la crítica social al racismo y estableciendo una resolución al evento “Z”, pero fue irresistible seguir haciendo películas donde los fallecidos regresaban de sus tumbas para acosar a los vivos como “El amanecer de los muertos” y comedias como “El regreso de los muertos vivientes” o la magnífica “Shaun of the dead” que desde Reino Unido llegó a ponerle toque de humor milenial.
Y sí, no podemos dejar de lado “The Walking Dead”, la maratónica serie de Frank Darabont que marcó un hito en las producciones de este tipo.
Con el tiempo, el apocalipsis zombie ha dejado de referirse exclusivamente a “muertos vivientes”, y en 2002 Danny Boyle innovó el género con “28 Day Later” donde el virus de la rabia infectó a la humanidad, convirtiendo a los seres humanos en entes irracionales y violentos. Habían llegado las nuevas reglas en la casa y las películas del futuro se basaron en este nuevo paradigma para obras como “World War Z” y la extraordinaria “Rec”.
Y si hemos hecho todo este vuelo rasante por la historia del cine zombie es para mostrar lo difícil que es proponer nuevas fórmulas para él, pero, a veces, nacen joyas inesperadas que sin ser innovadoras cuentan bien una historia, como es el caso de “Apocalipsis Z: el principio del fin”.
La película dirigida por Carles Torrens se basa en el libro homónimo de Manel Loureiro que cuenta la historia de un hombre sumergido en un profundo trauma y que, en medio de la depresión, no advierte las señales de un virus mortal que se ha propagado por Europa por lo que al notar la emergencia, ya será muy tarde; su única esperanza será sobrevivir encerrado en su casa junto a su gato Lúculo, pero, en algún momento, intentará viajar desde Galicia a Canarias donde, supuestamente se ha establecido un centro de gobierno libre de infección.
Si bien la película tiene notas similares a “Soy Leyenda”, “The Walking Dead” y “28 days later”, hay que destacar que su aproximación al personaje de Manel, interpretado por Francisco Ortiz, es muy interesante y su relación con el gato Lúculo, es sumamente interesante; es su compañero, animal de apoyo emocional y un protagonista más de la película.
Por supuesto, el film aborda lugares comunes de un supuesto colapso social: la empatía, el caudillismo, la esperanza, la amistad, la naturaleza violenta del ser humano, pero, a la vez, su enorme capacidad de hacer el bien. Este trato de temas comunes, no desmerece el logro fílmico; por el contrario, la producción halló la forma de hacerlo de forma orgánica, de manera que no luciera como una producción simplemente efectista, sino sólida y con un mensaje que contar.
Esta apuesta de Prime Video se pone como una estupenda opción del cine zombie y con posibles opciones a secuela si los números de audiencia resultan favorables. “Apocalipsis Z: El principio del fin” es la muestra perfecta de que no es lo que cuentes, sino la manera en que lo hagas: el cuido al detalle, corazón, técnica y, por supuesto, inversión, que se realice para que la película sea bien hecha y se abra un camino. Tal vez, solo sea el principio de una nueva saga de zombies de España, veremos.