La litiasis vesicular puede ser peligrosa si no se diagnostica a tiempo
Mientras que dos de cada 10 mujeres padecen de cálculos en la vesícula, solo uno de cada 10 hombres los tiene. Su diagnóstico temprano, con un simple eco de ultrasonido, evita graves complicaciones, como colangitis, peritonitis o pancreatitis.
La vesícula biliar es un pequeño órgano en forma de pera, de entre 7,5 a 10,5 centímetros de largo, y no más de 2,5 centímetros de ancho aproximadamente en los adultos. Está ubicada debajo del hígado, justo detrás de las costillas inferiores del lado derecho, y su función es la de favorecer el proceso digestivo, especialmente de las grasas en los alimentos.
La vesícula biliar concentra y almacena bilis, un líquido producido y secretado por el hígado que ella libera a través de un conducto que la conecta, junto con el hígado, al intestino delgado.
De acuerdo con el doctor Wartan Keklikian, cirujano general, especialista en obesidad y cirugía laparoscópica, cuando un paciente siente dolor del lado derecho y este se proyecta al cuello y la espalda; o cuando al comer grasas o granos se presentan cólicos, nauseas y vómitos, es aconsejable realizar un chequeo médico para descartar una posible litiasis vesicular.
Diagnosticar a tiempo previene graves complicaciones
La litiasis vesicular es una enfermedad muy frecuente, común en personas de alrededor de 50 años; aunque hay niños que también pueden padecerla, sobre todo como consecuencia de un tipo de anemia autoinmune denominada “anemia hemolítica”, que puede producir cálculos en la vesícula.
Y es que, precisamente, la litiasis vesicular puede resumirse como la presencia de cálculos en la vesícula. “Si la bilis está muy concentrada, por decirlo de alguna manera, algunos elementos como sales o pigmentos se precipitan, la bilis se cristaliza y crea cálculos o piedras”, describe el especialista.
Explica que, si estas piedras obstruyen la salida de la vesícula, la misma no podrá liberar la bilis y sucederá algo similar a lo que ocurre con el agua estancada: se infectará. “Causará mucho dolor porque la vesícula tratará de contraerse, no podrá expulsar la bilis, y esa contracción producirá dolor”, dice el doctor Keklikian.
Si llegara a infectarse y el paciente no es atendido a tiempo, se puede generar una grave inflamación de la vesícula y corre el riesgo de necrosarse o gangrenar, produciendo así una peritonitis.
“Ese calculito, por ejemplo, también puede pasar a otro conducto que es el que lleva la bilis del hígado al intestino, pudiéndolo obstruir. Esto también es muy grave porque puede haber una colangitis, que es la infección de ese conducto y de todos aquellos que llevan bilis del hígado al intestino. Esto puede ocasionar la muerte”, advierte el especialista. “También puede pasar al páncreas y desarrollarse una pancreatitis”.
Con un simple examen de ultrasonido
Un problema de vesícula que puede ser diagnosticado y atendido a tiempo, se puede complicar de tal forma que, del dolor, se pase a una grave infección de la vesícula, el abdomen y el hígado, o a una pancreatitis. “Por eso es importante un examen de ultrasonido, para intervenir de inmediato” recomienda el cirujano.
Señala Keklikian que la litiasis vesicular es más frecuente en mujeres con cierto nivel de obesidad, que hayan tenido varios hijos y que estén cerca de los 50 años. “Mientras que dos de cada 10 mujeres padece de cálculos en la vesícula, solo uno de cada 10 hombres los tiene.
A nivel mundial, el 15% de las mujeres adultas tienen cálculos en la vesícula y 10% de los hombres padecen de esta enfermedad”
Explica el especialista que no existe ningún tipo de prevención frente a esta dolencia y cuando sucede, la mejor recomendación es extirpar la vesícula con cálculos. “Es una operación muy sencilla y rápida, de unos 15 a 20 minutos, cuando se hace de manera electiva. Puede ser ambulatoria y se realiza por laparoscopia. También se puede hacer abierta, pero la laparoscopia tiene mayores ventajas: recuperación más rápida, menos dolor e inflamación, así como menor riesgo de infección de las heridas porque son muy pequeñas. En buenas manos, es un procedimiento rápido, fácil y sin mayor riesgo”, concluye el cirujano.