Cómo combatir el sentimiento de culpa tras internar a un adulto mayor en un centro de atención
Uno de los aspectos que alivia esta emoción es que los familiares o cuidadores estén seguros que la persona será atendida de mejor manera y además convivirá con compañeros que sobrellevan dificultades parecidas a las suyas
Son diversas las razones por las que los miembros de una familia toman la decisión de internar a uno de sus miembros en un asilo o centro de cuidados permanentes, aunque el principal motivo es el bienestar de los cuidadores y de los pacientes, es inevitable que se presente el sentimiento de culpa al escoger esta opción.
Katherine Vergara, neuropsicóloga de la residencia y centro integral para adultos mayores Hogar la Ponderosa, explica que, ante la culpabilidad, es clave recordar la razón por la cual se decidió internar a la personaya que, por lo general, este proceso pasa primero por entender que hay momentos de la vida y de la enfermedad en los que atender el paciente con trastornos cognitivos se hace realmente cuesta arriba para el familiar y agota mucho.
“No hay una única causa que genere el sentimiento de culpa, tiene que ver mucho con la personalidad del cuidador, con la historia entre ambos, bien sea de apego o incluso el hecho de no tener una buena relación”, explicó.
Vergara asegura que uno de los aspectos que alivia esta emoción es que los familiares o cuidadores estén seguros que la persona será atendida de mejor manera.
“Ver que se tiene un trato específico con los pacientes con trastornos cognitivos y saber dónde se va a dejar a la persona da una gran tranquilidad. Es muy importante conocer la institución, así como a quienes trabajan allí. Tener la garantía de poder verlo cuando tú quieras, eso reduce la sensación de angustia, que a su vez allana el sentimiento de culpa”, dijo.
La especialista también señala que es importante estar conscientes que llevar a un pariente a un centro no es una decisión fácil y es normal enfrentarse a emociones negativas como la tristeza, melancolía y el dolor ante la separación con el familiar, pero hay momentos en los que se vuelve necesario.
“Uno toma esa decisión porque empieza a sentir que deja de cuidar bien a su familiar. Es normal. Lamentablemente llega un punto en que el cuidador pierde la paciencia o no tiene la experticia para cuidarlo, se agota y empieza una dinámica entre ellos dos que puede ser particularmente difícil para ambos”, indicó.
Consejos para quien regresa a casa
El consejo fundamental para los familiares que regresan a casa, es que hagan actividades y que en lo posible se cuiden. “Siempre les recomiendo hacer una rutina con actividades que le guste, cuidar su salud física y en la medida que va a adaptándose el paciente a la institución y el familiar a ese nuevo proceso de no tenerlo en la casa, se va calmando y generando una dinámica más adecuada”, aseguró Vergara.
La profesional, con más de 20 años de experiencia en el área, es enfática en que poder internar a un adulto mayor que sufre deterioro cognitivo o presenta problemas funcionales, brinda un descanso a sus cuidadores para enfocarse en asuntos personales, de su interés y mientras pueda estar mejor, va a tener una relación mucho más sana y más cercana con el paciente.
Para los cuidadores también bajan los niveles de estrés que se produce por el cuidado, incluyendo el no salir de casa debido a que debían atender las 24 horas al paciente y eso genera una carga emocional en la familia que, muchas veces, implica dejar de trabajar y estar en casa dedicado a su familiar.
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