Maickel Melamed, el coach detrás del deportista
A sus 40 años, Maickel Melamed mantiene vivo un espíritu de juventud que muchos con la mitad de su edad quisieran tener. Conocido principalmente por su rol como deportista, que lo ha llevado a correr los maratones más importantes del mundo y conquistar la cima del Pico Bolívar, se ha convertido en todo un orgullo para Venezuela. Un ejemplo de constancia, compromiso y superación personal; valores que desde 2001 comparte desde su rol de coach con el que ha traspasado con éxito las fronteras nacionales.
“Toda mi vida he necesitado percibir en mi escasez, abundancia, y he visto oportunidades en todos lados, algo que mucha gente quizá no percibe”, destaca. Mediante la metodología de Optimización de Inventario, y gracias a su formación como economista y psicoterapeuta Gestalt, el deportista que todos conocemos ayuda a personas y empresas a mejorar sus capacidades, optimizar los recursos de los que disponen y adaptar sus objetivos y metas a la realidad del mundo actual. En entrevista con analitica.com revela todos los detalles de ese rol que pocos conocen, pero que lo ha llevado a validar sus propias teorias y convertirse en un agente de cambio social digno de admitar.
Maickel es más conocido como deportista, ¿Cómo te iniciaste con el coaching personal y empresarial?
Esa faceta es mucho más antigua, pero no es una parte de exposición pública, y por eso la gente quizá conoce mucho más al deportista que al empresario o al consultor. Estudié economía, luego psicoterapia y filosofía, y todo eso fue una mezcla de cosas que me permitieron llegar a esto. Tenía ganas de dar consulta y no solamente a equipos de alto desempeño sino consultas tú a tú, tanto para ejecutivos de alta gerencia como a gente que a través de lo personal potencie su parte profesional, y viceversa. Creo que somos personas del alto rendimiento en cualquier escenario y desde 2001 estoy en la parte de consultoría que se hace más formal desde 2004 cuando me gradúo como psicoterapeuta. A partir de 2006, cuando ya había construido una metodología, la quise validar a través del ejemplo personal. Allí fue cuando comenzó el tema de los desafíos deportivos, para legitimar la metodología que nosotros utilizamos hasta ahora.
A propósito de la metodología ¿En qué consiste?
Se denomina Optimización de Inventario y tiene que ver con el hecho de que nosotros vemos la vida en tres dimensiones, pero la vivimos en dos. La brecha digital te permite tener conceptos que antes no se entendían. Por ejemplo, antes el concepto del Wiffí no existía, porque si no estabas conectado a través de un cable no tenías Internet; hoy en día la conexión existe pero no es visible. Eso sirve para entender también la conexión entre el ser humano y la naturaleza, entre los contextos. Si eso es así y estábamos viviendo solo dos dimensiones, nos estábamos perdiendo de un 33,33% de las oportunidades que nos presentaba la vida, simplemente por vivir en la dualidad que nos permitía la tecnología de aquel momento. Hoy día, la percepción de la información es casi tan importante como la información per se, y si te pierdes del 33,33% de la información, te pierdes 33,33% de las oportunidades que te presenta esa información.
Optimización de Inventario se basa en tres preguntas sencillas: ¿Qué tengo? ¿Qué quiero? y ¿Qué necesito entre lo que tengo y lo que quiero? Es una coreografía que te hace evitar la frustración porque te hace dejar de enfocarte en lo que no tienes, sino en lo que el otro puede dar para complementarte.
La escasez propicia la necesidad de la percepción de la abundancia, por eso es que cuando uno va a comunidades de escasos recursos ve manejos administrativos impresionantes de la escasez, transformándola en abundancia. Yo toda mi vida también he necesitado percibir en mi escasez, abundancia, y he visto oportunidades en todos lados, he visto algo que quizá mucha gente no percibe: de cada carencia una oportunidad, y eso me lo permitió el percibir la necesidad del otro y comerzar a vivir en tres dimensiones.
¿Cómo encaja esta metodología en el modelo de gerencia actual?
Hoy en día las palabras colaboracionismo y alianza son comunes, mientras que antes eran casi una blasfemia, solo se hablaba de competencia. Michael Porter, que era el hito de la generación X, se basaba en la competencia y en la competitividad, ahora todo se basa en la capacidad que se tiene para generar alianzas, y para construir equipo.
¿Cuál consideras que es el mayor reto que enfrentan las personas hoy día?
Creo que el mayor reto que uno tiene que superar en la vida es conocerse y aceptarse al máximo para poder expandirse al máximo. La frase “soy así”, es la peor que puede haber porque te mantiene en una posición estática, cuando realmente somos dinámicos, sistemas abiertos en constante cambio y evolución, si nosotros mismos nos lo permitimos. En la medida que uno se va conociendo, con sus debilidades estructurales, ya no hace de ellas un drama sino que ve la fortaleza y la oportunidad que tiene para atajar esa debilidad y complementarse. Eso es lo que hacemos cuando vamos a un análisis de trabajo en equipo; buscamos que cada uno entienda que su debilidad no es un obstáculo, sino la capacidad de reconocer sus límites para buscar el acompañamiento de otros. Los grandes equipos no se integran a través de las fortalezas sino a través de las debilidades, para complementarse con las fortalezas de los demás, y ese es el gran paradigma que hay que romper.
¿Cuáles son los demás pasos del proceso de coaching que brindan a personas y empresas con la consultora De Alto Rendimiento?
Más allá de pasos, nos encanta trabajar de manera rápida y expedita. Trabajamos basados en 8 sesiones donde se va subiendo de nivel. Si en ese tiempo no generamos algún cambio, no tiene sentido continuar trabajado. Si no podemos hacerte dueño y propietario de tus propias capacidades, no tiene ningún sentido continuar, pero para eso tienes que conocerlas y saber qué es lo que quieres. Esto tiene que ver con un conocimiento estratégico de lo que realmente deseas. Son cuatro elementos fundamentales: El conocimiento de capacidades, el conocimiento de visión como propósito, el conocimiento de comunicación y el conocimiento de la oportunidad cotidiana que tienes para funcionar y expandirte.
En tu experiencia ¿Cuáles crees que son las debilidades o limitaciones a las que más se predisponen las empresas venezolanas?
Es exactamente lo mismo que en toda empresa latinoamericana. Los conceptos cambian en cuanto a países, pero los paradigmas siguen siendo los mismos porque venimos de una generación X que tenía una manera de funcionar y hoy día 75% de la fuerza laboral es generación Y. Hay una necesidad de acercamiento entre la brecha de ambas generaciones que se debe atacar. Tenemos organigramas jerárquicos que ya no funcionan, comunicaciones que ya no funcionan, temas de autoestima que vienen signados por las antiguas maneras de pensar que ya no funcionan. Tu propósito como empresa ya no se puede quedar en vender o ser rentable: el éxito se quedó pequeño, la transcendencia es el propósito de la nueva gerencia, lo cual es indispensable para las empresas porque les permite insertarse en su mundo, en sus países y comunidades y eso hace de su trabajo algo sustentable y cotidiano.
Eres embajador de algunas ONG ¿Cuáles son los proyectos y causas que te motivan?
Lo social me motiva porque creo que todos podemos convertirnos en agentes de cambio. Como voluntario apoyo a una ONG llamada Somos Posible, que trabaja con la cultura. Siento que hoy en día allí está la mayor inversión en cuanto a lo social, porque en cuanto tú cambias la cultura todo lo demás se hace sustentable. Las nuevas generaciones se educan a través de lo cultural, por medios de comunicación, por el tema de los referentes. Acercar los referentes culturales al joven y al niño, es uno de los trabajos más importantes, porque cambiando el chip mental a la gente, empoderándolos y haciéndolos saber que son y pueden más, haces que ellos por sí mismo busquen y construyan cosas, sin que necesiten a alguien que se los dé, y eso permite que la sociedad se motorice a sí misma.
También apoyo causas con Invedin, Senosayuda, Sociedad de Niños con Cáncer, Ashoka, I Love Venezuela Fundation, Techo… Lo que más me encanta es cuando todas estas iniciativas son llevadas por jóvenes, porque cuando es así , estamos hablando de proyectos con alcance a largo plazo. No es lo mismo el plano temporal de un joven que tiene 50 años de vida por delante, que el de alguien que tiene 30 años de vida por delante. Es otra percepción, el trabajo se hace mucho más a largo plazo, se trabaja mucho más desde la paciencia y menos desde la inmediatez que es uno de los grandes males latinoamericanos.
Ya con 40 años de vida, ¿Cómo haces para contagiarte de ese espíritu de la juventud que tanto admiras?
Compartiendo y entendiendo que lo que viene es una generación de maestros. Cuando yo sé algo yo sé algo, pero saber que yo se lo mínimo me permite aprender de esta nueva generación, de lo que ellos saben, y conmoverme ante lo que no saben. Tenemos una generación X que vive diciendo que ellos son los que saben, y yo creo que no es así. Me conmuevo cuando veo a jóvenes que creen que no saben porque es un potencial desperdiciado para la sociedad, pero eso también me permite abordar a esos jóvenes desde su sapiencia, desvelarla y disfrutar de ella.
Te has convertido para muchos venezolanos en un ejemplo de superación personal y profesional ¿Qué mensaje le das a las personas que debido a la situación país se han contagiado de negatividad y depresión?
Es muy poco el mensaje que se puede trasladar a una persona que está cargada de negatividad, en el sentido que es su proceso, y es respetable, válido, y si quiere vivir en ese mundo, es parte de su decisión personal. Sin embargo creo que no hay tiempo que perder, por eso me intento enfocar en aquellos que por los menos tiene una visión más realista, porque esa gente puede ver luz, aunque sea pequeña, entendiendo que la realidad está llena de luz y oscuridad, y que si te pierdes una de las dos te estás perdiendo la mitad de la noticia. Perderte parte de la realidad es perderte parte de la vida, y es una decisión muy personal, por eso nos enfocamos en hablar de lo que construye, lo que genera expansión y bienestar, y en lo que podemos tomar para construir bienestar con otros, no obviando la realidad, sino tomando de la realidad aquello que te permite seguir hacia adelante.
¿Cuál consejo les darías a los jóvenes emprendedores venezolanos?
Que conozcan su país entero, sus paisajes, sus personas, su idiosincrasia, que estén orgullosos de lo que son, porque la única manera de llegar a la cima es estando orgulloso y conociendo tu origen. La única manera, acá y en China, de emprender con éxito, es persistir en lo que tú crees y apostar por ello. Nuestra realidad puede verse como difícil, pero está llena de oportunidades que en otro país quizá no hay porque no hay dificultades. La dificultad crea necesidad y la necesidad crea nichos de mercado. Entonces les digo que allí están las oportunidades esperando ser aprovechadas por aquellos que tengan la capacidad de percibir en el mundo lo constructivo y no lo destructivo.
Ya has escrito dos libros, protagonizado una película, has corrido los maratones más importantes del mundo, ¿Qué te falta por hacer?
Mucho. Hay una canción de Silvio Rodríguez que me conmueve mucho y me encanta, se llama “Mi testamento” y dice: “Voy a hacer mi testamento, y luego, no voy a dejar lo que he hecho, porque lo que he hecho ya lo hice, voy a dejar lo que me falta…”. Yo creo que es eso, hay mucho por construir, y que ese testamento heredado, no lo decides tu, lo decide la historia. La gente no te va a recordar por lo que dices o haces, sino por tu legado. Creo que me falta mucho que construir y sobre todo mucho por compartir, que es lo que hace que la vida tenga sentido.