“La Tumba” que desentierra miserias
Todo está limpio en este lugar: las paredes perfectamente pintadas de blanco; en la sala de espera –dicen algunos– los visitantes pueden reposar en lujosos sofás; hasta aire acondicionado y buena iluminación hay en este edificio. Por fuera, los transeúntes que caminan por la Zona Rental de Caracas observan un moderno complejo arquitectónico. ¿Quién diría que se trata de una cárcel? Pero es así: los sótanos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), ubicado en Plaza Venezuela, albergan una prisión que podría volver loco a cualquiera. Es esa siniestra pulcritud, acompasada por un frío aire y una invasiva luz artificial, la que perennemente hace dudar a los reclusos sobre la hora del día.
Al menos así se refleja en el cortometraje de ficción “La Tumba”, escrito y dirigido por la caraqueña María Eugenia Morón Iglesias. Esta comunicadora social se mudó a México en 2014 y desde allá realizó la pieza audiovisual, inspirada en la crónica de Leonardo Padrón “Cinco sótanos contra el sol”, la cual cuenta la historia de los dirigentes estudiantiles Lorent Saleh, Gabriel Valles y Gerardo Carrero.
–Cuando terminé de leerla –comenta–, estaba privada del llanto. No podía creer que algo así estuviera pasando en mi país. Comencé a nutrirme más sobre la tortura blanca –esa que deja más golpes en la mente que en el cuerpo– y de inmediato llegó el chispazo de la musa. Me senté y escribí el guión.
Pero una buena idea no era suficiente para materializar este libreto. Por esa razón, Morón contactó a Padrón vía electrónica para solicitar su apoyo en una campaña de crowdfunding. El escritor accedió y prestó su imagen en el teaser del proyecto. Contar con tal respaldo, despertó el interés en medios de comunicación y en cuestión de semanas se recolectó el dinero.
El producto se filmó en México, aunque los planes de la caraqueña eran grabar en Venezuela con 10.000 dólares.
–Pero, imagínate, si se le prohibió la salida del país a los directivos de tres medios por compartir una nota de la ABC sobre Diosdado Cabello, ¿qué me harían a mí si se enteraban de lo que estaba haciendo? Era un riesgo demasiado grande que no estaba dispuesta a asumir.
Elenco de lujo
El cómplice de Morón en la elaboración de “La Tumba” fue Sebastián Torres –también venezolano, guionista de cine, dramaturgo, actor y protagonista de la cinta–. Para sorpresa suya, una noche en que se encontraba presentando una obra de microteatro en Ciudad de México, entre el público del espectáculo estaba Franklin Virgüez. Al finalizar el show, el actor que popularizó la frase “Como vaya viniendo, vamos viendo” se acercó a Torres y compartieron números. A los pocos días, los directores del cortometraje llamaron a Virgüez para interpretar uno de los personajes principales.
–Franklin se portó tan bien que cuando filmamos, ya él estaba en Miami, y viajó a México sin cobrar ni un centavo. De más está decir que aquí nadie recibió algún pago por su trabajo. Todo el dinero recolectado estuvo enfocado en cubrir los gastos de escenografía y producción.
A la actuación de Virgüez se sumó Dimitri Araque, Ángel López, Jesús Delgado, Daniel Torres, Andrés Pérez y Theodoro Quinto. De resto, puede decirse que aproximadamente 70% de los que trabajaron detrás de cámara no quisieron ver su nombre reflejado en la pieza. Aunque, prácticamente, todos los que participaron están fuera del país, el miedo a que se tomaran represalias contra familiares los obligó a usar alias. Además, varios mexicanos que integraron el staff pertenecen a instituciones que tienen alguna relación con productoras venezolanas, por lo que les resultaba mejor pasar desapercibidos.
Pero más allá de eso, Morón confiesa sentirse agradecida por todas las personas que brindaron su apoyo en la realización de este sueño.
–A pesar de ser un cortometraje que muestra lo peor de los seres humanos, mi fe en la humanidad se restauró con su realización, porque la ayuda que recibimos fue increíble.
Y tantos favores recibidos trajeron buenos resultados: recientemente, “La Tumba” ganó el The Right Cut, de Un Mundo Sin Mordaza; obtuvo el tercer lugar como mejor corto en el TMFF, en diciembre de 2015; fue Selección Oficial NYC Indie Film Festival; y actualmente está nominada a los Victory Awards como Innovación Política.
Para quienes escuchan hablar a esta caraqueña, les resulta un tanto ambiguo notar tanta dulzura y espontaneidad en su forma de ser y que se dedique a denunciar realidades como la que se refleja en “La Tumba”, pero ella tiene una respuesta clara:
–Cuando eres un ser de luz, se te hace fácil percibir la oscuridad y mostrarla.
Aunque no es de las que anda por las calles de la capital mexicana con una gorra tricolor y una franela vinotinto –la verdad es que ese no es su estilo–, ella sí es de la que alza su voz para gritar con orgullo: Gloria, libertad y dignidad al bravo pueblo.