La combinación emprendedora de Claudia Valladares

Otro mundo está pasando, ese es uno de los lemas de Impact Hub Caracas y Claudia Valladares es parte y artífice de ese otro mundo que pasa a diario en el país y que quizá no todos conocen. Es el ámbito del emprendimiento social, la dimensión en la que Valladares encontró su punto medio. Desde allí, esta ingeniera de profesión pero emprendedora social por convicción, busca nuevas formas de cambiar entornos y transformar a la sociedad con creatividad e innovación.

Recuerda que desde pequeña la preocupación por resolver problemas y las inquietudes por atender casos sociales, como ella misma lo indica, fueron su inspiración y vocación. Rememora una visita con su mamá, de niña, a una barriada en la Cota 905 que marcaría su vida. Por eso una de sus consignas es trabajar para erradicar la pobreza.

“Entiendo la pobreza como la falta de acceso a oportunidades que te permitan una vida digna, plena, llena de libertades, y cuando uno entiende la pobreza desde ese ángulo te das cuenta que hay mucho por hacer. El emprendimiento social te permite aportar y abordar un problema desde diversos puntos: puede ser desde la educación, desde la nutrición, desde la creación de oportunidades, se trata de incorporar a todos los que están excluidos».

Amante del tenis −un deporte en el que la coordinación, el ritmo y los esquemas estratégicos son fundamentales− Valladares supo combinar sus conocimientos en el área de ingeniería de sistemas y aplicarlos para lograr un estrategia ideal en el universo del emprendimiento social.

“La ingeniería de sistemas te enseña a pensar y resolver problemas de manera holística y eso lo uso todos los días de mi vida. Pude combinar las herramientas técnicas que aprendía y aplicarlas a lo que mi corazón me pedía. Tuve la oportunidad de desarrollar mi mente en una dirección para tener disciplina, una forma de trabajar, de actuar, de tener procesos y esquemas y lo social ya venía desde mi corazón. Encontré ese punto medio donde pude utilizar todo lo que he aprendió para hacer lo que mi corazón me pide”.

Impact Hub Caracas, el emprendimiento

El capítulo que empezó a escribir Valladares a partir de 2011 y que se titula Impact Hub Caracas es una propuesta que forma parte de una red global, con presencia en 47 países y Venezuela es uno de esos espacios, que son incubadoras de ideas alrededor del mundo.

“Nosotros nos unimos a un movimiento que ya había arrancado. El primer Impact Hub nació en Londres en 2005, y yo me enteré en 2011, me enamoré de la idea y sentí que había que unirse a ese movimiento. Si bien cada Impact Hub es un emprendimiento en sí mismo, porque cada quien lo desarrolla en su país según cada realidad local, lo bonito es que es parte de una red global: tiene el sabor de lo local, enraizado en los problemas locales con las soluciones que se acoplan a esa realidad, pero también una visión global acerca de qué se está haciendo en el mundo y cómo puedes aprender de lo que pasa en otras latitudes”.

La demostración de que la creatividad y la innovación no son parte de una abstracción es la existencia de un espacio como Impact Hub Caracas, ahí conjugan de manera diaria los verbos emprender, conocer, colaborar, aprender, conectar y crear. Y todo comienza desde los propios espacios, desde sus oficinas constituidas por más de 500 metros diseñados con material reciclado que abrió sus puertas en 2014 para recibir proyectos y propuestas de emprendimiento social.

“Actualmente tenemos un par de emprendedores que trabajan en proyectos asociados con la nutrición, que en momentos como el que vive Venezuela actualmente, con tanta escasez y necesidades en alimentación, son proyectos que utilizan plantas con potencialidades nutritivas elevadas como la moringa, que no solo involucra a agricultores para que aprendan a cultivarla, sino que también está procesando esas hojas de moringa y el polvo se puede añadir a bebidas o alimentos para potenciar el valor nutricional, sobre todo para los niños que no tienen acceso a comidas balanceadas. Es un proyecto que me encanta y que ya se está aplicando en escuelas, y que tiene mucho futuro”.

Valladares puede hablar horas de los proyectos que han surgido en ese hervidero creativo que es Impct Hub, son propuestas que parecen simples pero cuyo impacto es considerable; algunas iniciativas incluyen la adopción de libros, la integración de discapacitados a la sociedad en la promoción del lenguajes de señas o alguna otra condición de discapacidad, propuestas de economía colaborativa e incorporación al campo laboral de personas que requieren un trabajo y que conocen un oficio.

La cofundadora y codirectora de Impact Hub Caracas, cuyo camino recorrido en el área financiera de la región incluye experiencias en empresas como Citi Venezuela y Citi NY, así como Banesco, y que ha estado inmersa durante más de dos décadas en iniciativas publicas y privadas que generen oportunidades y cambios en los sectores menos favorecidos, dice que sigue siendo la misma persona comprometida ahora que el Impact Hub es una realidad, sin embargo, destaca un punto de inflexión en su trayectoria.

“Me cambió la vida en 2010 cuando recibí el premio como emprendedora social del año en Venezuela, porque yo no sabía que todo lo que hacía tenía un nombre y un apellido. Desde ese día me defino como una emprendedora social, encontré quién soy yo, cómo me llamo y cómo me puedo definir. Me cambió la forma de ver la vida, que había un mundo al que me podía dedicar, no solo aquí sino que en el mundo hay miles de emprendedores que dedican su vida a diferentes causas, resolver problemas, brindar oportunidades. Desde ese momento no tuve dudas de que era lo que quería, que era mi vocación y por eso pongo todo mi esfuerzo”.

Nuestro espacio inspirador está esperándote para que empieces a emprender tus ideas ¿Quieres conocer más? pic.twitter.com/hAt6iRrTUJ

— Impact Hub Caracas (@ImpactHubCcs) July 8, 2016

Un país: Venezuela

Todo depende desde la óptica con la que se mire la realidad y Claudia Valladres no lo duda, por eso usa el símil del mar que puede ser visto como una zona de oportunidades o como un obstáculo. No perder el tiempo en un momento como el que viven todos los venezolanos en la actualidad es lo que la inquieta; para eso, la fe, la esperanza y la caridad son elementos fundamentales de su espíritu. Son los pilares que, como ella misma dice, no se quiebran fácilmente.

“La caridad, que es al amor entendido en su máximo nivel; la fe, porque hay un ser supremo que guía tus pasos y que está ahí, y porque practico y tengo una dimensión espiritual en mi vida que me mantiene; la esperanza que se transforma en acción con optimismo”.

Consciente de una dura realidad que demanda emprendedores sociales porque exige repuestas y soluciones a diversas problemáticas, Valladares dice no hundirse en la crisis y se aferra a los tres pilares que la sostienen. Ratifica que el optimismo es un estado de ánimo y que mientras unos huyen de los problemas, otros los resuelven.

“En la medida en que seamos compasivos y entendamos al otro, seremos una sociedad más tolerante y saldremos adelante”.

Ping Pong

¿Un libro?
Litlle bee, una historia bellísima de una refugiada africana en otro país.

¿Una banda?
Portished.

¿Un cantante?
Yordano.

¿Una canción?
Amapola, de Juan Luis Guerra.

¿Un color?
Morado.

¿Un sabor?
Agridulce.

¿Una película?
Amélie (2001).

¿Un jugador de tenis?
Federer.

¿Una jugadora?
Sharopava.

¿Un Grand Slam?
Roand Garros.

¿Un equipo de béisbol nacional?
Leones del Caracas.

¿Qué falta en tu vida luego de un camino recorrido hasta ahora en diversas iniciativas como emprendedora social?
Hablar de millones de personas a las que hemos apoyado e impactado a mejorar su vida y no de cientos ni de miles.