Emprendimiento y Empatía: El Emprendedor Empático
Por Rogelio Queijeiro Taboada
En el mundo corporativo y empresarial es mucho lo que se ha dicho recientemente sobre “La Empatía”, concibiéndola como el sentimiento de identificación con algo o alguien y como la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos.
Para ningún emprendedor es desconocida la experiencia, pues la mayoría la hemos experimentado en diferentes momentos de nuestra aventura emprendedora, ya sea ofreciendo consuelo a un compañero que no consiguió un buen trato con un proveedor o distribuidor, o simplemente ayudando a un colega a superar el estrés después de que su producto no ha superado ciertos requisitos formales para ingresar a un importante cadena de consumo masivo. Estas son acciones empáticas, porque es posible que hayamos experimentado algo similar y que entendamos cómo se sentiría la otra persona.
La empatía en los negocios, especialmente para el emprendedor, es vital para el éxito sostenible. Los emprendedores estamos rodeados de personas que necesitamos “comprender”, desde socios o inversores, hasta empleados y clientes. Cuando un empresario está “en sintonía” con las percepciones y necesidades de estas partes, sin duda se verá fortalecido.
La conexión empática proporciona al emprendedor, ideas para gestionar su negocio de manera óptima. Es transcendental que los clientes, empleados, socios y demás interesados sepan que sus intereses son una prioridad, que su voz es importante. Por lo tanto, el emprendedor debe demostrar que la empresa no solo busca su beneficio, sino para todos.
Tomarse el tiempo para escuchar activamente a nuestros clientes y empleados y entender su visión del negocio es esencial. Los empleados generalmente están en la primera línea de cualquier empresa, son “nuestra primera cara”, y los clientes son la fuente de ingresos, por lo que comprenderlos es vital. Cuando un emprendedor se toma el tiempo para empatizar con las inquietudes y las ideas de los clientes y empleados, pueden obtener información valiosa para incorporar su estrategia de negocio.
Los emprendedores deben desarrollar su empatía para conectarse de modo significativo y auténtico, para identificar las necesidades insatisfechas, el desarrollo de nuevos productos, servicios y los cambios organizaciones.
La empatía se ha popularizado en el diseño de negocios “Humanos”, es decir, aquellos centrados en las personas: saber qué necesitan es el punto de partida más importante, más que la factibilidad o la viabilidad, que han sido, hasta ahora, los puntos de partida comunes en las escuelas de negocios.
Otra sugerencia que nos permitimos hacer es el uso e internalización del Refuerzo Positivo en nuestras empresas. Muchas empresas usan “castigos” y “sanciones” para lograr ciertos comportamientos en sus empleados. Sin embargo, mostrar aprecio a través de beneficios, coaching y formación, incentivos y recompensas genuinas envía un poderoso mensaje acerca de cuanto se preocupa el emprendedor por las personas conectadas a él. El resultado tangible se verá reflejado en empleados y clientes felices y leales.
Es igualmente importante comprender la perspectiva de los inversores o accionistas, pues son quienes han invertido en el negocio y, por ello, tienen intereses que deben atenderse. Un emprendedor empático exitoso comprenderá esto en todo momento y mantendrá una comunicación continua y apropiada.
Los resultados del «Empathy Index 2016» publicado recientemente, demuestran la importancia de la empatía, y su correspondencia con el éxito y la productividad. Éste índice registra las empresas que han sido capaces de transformarse en lugares que permiten no solo “imanes” para los mejores y más capacitados, sino que además generan ambientes laborales en los que prosperan equipos multidisciplinarios y, además, generan grandes beneficios económicos para sus socios e inversionistas.
Los emprendedores empáticos exitosos incorporan políticas cuyo fin es mejorar las relaciones humanas y fomentar una imagen positiva. Para lograrlo, debemos tener una visión para el futuro y no solo en proyecciones financieras. Como emprendedores debemos tener “un propósito mayor” que tenga en cuenta las relaciones con sus inversores, empleados, clientes y el mundo en algún aspecto.
Los emprendedores necesitamos perfeccionar nuestras habilidades para conectar profundamente con empleados y clientes porque el emprendimiento es, en esencia, un ejercicio de gestión humana.
El Emprendimiento empático apuntala la noción de que el espíritu empresarial tiene un propósito mucho mayor en el mundo que lo que algunos nos llevarían a creer.
La empatía se basa en ponernos en la piel de nuestro cliente o usuario e ir más allá de lo que nos puedan decir de manera directa los instrumentos de medición que normalmente usamos (estudios de mercado, encuestas, etc).
Consideramos como Elementos Claves para desarrollar nuestro carácter empático, entre otras :
La Escucha Activa: Debemos entender que sin escucha activa no habrá empatía posible. Esto parece mucho más fácil de lo que realmente es. La Escucha activa consiste en “apagar” esa “voz” interna que suele distraernos mientras escuchamos a nuestro interlocutor.
Es prestar absoluta atención al hablante, y desaprender esa costumbre de escuchar para contestar. Si mientras hablas con otra persona estás atendiendo a tus propias palabras, a lo que contestarás, será imposible crear una relación empática, pues no podrás conectar con lo que siente esa persona.
Derrumbar las Barreras que restringen la Conexión y Comprensión: Para crear una buena conexión empática resulta imprescindible que cuando estemos conversando con nuestros clientes o empleados, quienes estarán intentando expresarnos sus sentimientos, evitemos analizarlo con base en nuestras propias ideas. Cada cabeza es un mundo, y tu misión como empático es entender el mundo del otro, no juzgarlo.
El poder de la palabra es, siempre, un gran poder. La palabra es un poderoso instrumento que, en ocasiones, no valoramos en toda su extensión, por ello nos permitimos sugerirte que evites el uso indiscriminado de “frases hechas” tales como: “así nunca vas a lograr nada” o “siempre terminas haciendo lo mismo”.
Tampoco resulta conveniente albergar sentimientos de lástima o compasión por el otro, pues te coloca en un grado de “superioridad” que no tienes. Todos somos iguales, y todos tenemos un valor en la organización. Tampoco te resultará de utilidad a los efectos de lograr una buena conexión empática comparar la situación que nos está contando con otra que experimentamos nosotros con anterioridad. En vez de ello, trata de “entender” y conectar con lo que la otra persona siente y piensa. No juzgar es esencial.
En definitiva, ser un Emprendedor Empático consiste en que, mientras desarrollamos nuestra escucha activa y nuestra capacidad de conexión con el otro, no consideremos nuestros propios intereses y puntos de vista y, nos concentremos en la otra persona, que nos adentremos en “su mundo” hablando su propio idioma y, para obtener resultados positivos de esa relación debemos desarrollar la capacidad de “hablar” en su propio idioma. Juzgar no es empático.