Emprender sin miedo al fracaso
El miedo no es más que una respuesta natural que invade la mente, alma y cuerpo ante algún peligro. Su origen puede situarse en algo que ya pasó, que está sucediendo o que podría pasar. Las reacciones ante el miedo pueden ser muy diversas y llegan, en casos extremos, a generar parálisis, ataques de ansiedad, que es cuando ya se llega a sentir terror.
Existen miedos irracionales, que se presentan cuando no hay algo real que lo justifique. En muchas ocasiones se teme a algo que no existe, producto de la imaginación. El miedo al fracaso es uno de ellos, el cual implica temor a no lograr las metas, objetivos o deseos. Este tipo de miedo tiende a paralizar a las personas, genera una baja autoestima y limita sus posibilidades de crecer y avanzar en proyectos en la vida. La única manera de superar estos miedos es afrontarlos con fuerza, determinación y valentía, haciendo conciente el hecho de que el fracaso es parte esencial del éxito, pues otorga la oportunidad de aprender y corregir.
Este tipo de miedo es el que normalmente siente en sus inicios una persona que desea emprender y el cual debe controlar de manera racional, sabiendo que las únicas personas que no fracasan nunca, son aquellas que nunca lo intentan. Así lo dice un proverbio chino: «el fracaso más grande es nunca haberlo intentado».
Para emprender sólo hace falta afrontar esos miedos y no dejarse paralizar por los mismos, aceptar el riesgo como parte básica de la emoción y gerenciar la posibilidad de minimizarlo. La persona debe ser optimista, constante, enfocarse en pensamientos positivos, tener una buena actitud y la capacidad de aceptar críticas con una gran cuota de humildad para lograr corregir oportunamente y continuar avanzando.
El mundo está lleno de ejemplos de emprendedores que fracasaron muchas veces antes de obtener el éxito deseado. A continuación tres grandes ejemplos inspiradores:
Henry Ford: Su comienzo fue muy duro, sus autos se consideraban de mala calidad y muy caros. Sin embargo, nunca dejó de probar diferentes modelos durante años, hasta que logró el vehículo más rápido de la época a muy buen precio.
Walt Disney: Sus inicios fueron rudos, perdió muchísimo dinero y se arruinó. Pero no se detuvo, se arriesgó, lanzó la película de bajo presupuesto «Blancanieves y los siete enanitos» en 1938. Esa película salvó la compañía y continuó con grandes éxitos.
Thomas Edison: Quien falló 10,000 veces antes de haber logrado el filamento de carbón, que se utiliza en los bombillos de luz.
Sólo inténtalo, el ser humano se convierte en fuente infinita de creación y acción si se libera de los miedos al fracaso.