El segundo mejor tenista sobre 30 en EEUU es venezolano
Jhonnatan Medina Álvarez es el segundo mejor jugador de tenis masculino en la categoría de 30 años, en los Estados Unidos. Lo señala él y lo confirma la Asociación Nacional de Tenis de ese país (USTA, por sus siglas en inglés) en su ranking de 12 meses hasta abril de 2016. Dueño de su propia academia de tenis, Jhonnatan es venezolano y se proyecta a lo grande desde Orlando, Florida.
Su meta: llegar a ser el número uno estadounidense y, algún día, regresar a su país de origen para retribuir el conocimiento deportivo que ha obtenido desde hace 24 años, cuando comenzó a practicar el deporte.
–Empecé a jugar tenis cuando tenía 10 años. Me costaba muchísimo prestar atención en la escuela y en el hotel Tamanaco –en su Caracas natal– daban deporte y tareas dirigidas. Entonces, después de que hacía mis tareas, me enseñaban a jugar tenis. El deporte era una manera de canalizar la energía que tenía a esa edad –asiente con certeza–. Después de eso, nunca me quedaba tranquilo.
Comenta el deportista que, aunque hubo momentos en los que reevaluó el sentido de jugar, nunca paró. Cuando alguna duda lo embargaba dice que se respondía a sí mismo: “Pero me gusta, vamos a seguir haciéndolo”.
–Nunca pensé que realmente se convertiría en algo del día a día en mi vida. Al principio era un deporte, pero mientras los días pasaban las cosas cambiaban y me empecé a dar cuenta de que capaz podía y quería hacerlo el resto de mi vida –sostiene.
En busca de “lo que le faltaba” para llegar a un alto nivel deportivo, comenzó a viajar por el mundo desde joven.
–Mis padres tuvieron una influencia muy grande en mí. Mi papá trabajó mucho tiempo en el área de publicidad y entendía cómo se manejaba un producto y eso fue al final como se manejó. Me decía: ‘te falta esto’ e íbamos a buscarlo en varios sitios. Eso requería viajar. Al principio fue un plano más de diversión y con los años eso cambió hacia el concepto de qué queríamos lograr. Logré adaptar mi juego a diferentes tipos de juego.
En esta búsqueda, Jhonnatan terminó viviendo y practicando tenis en países como Argentina, Ecuador, Arabia Saudita, Dubai, Japón y algunos países de Europa, entre otros. Después, regresó a Venezuela de forma definitiva e inició su propia academia, como entrenador. Hasta que, finalmente, en 2009 resolvió mudarse a los Estados Unidos.
Emigrar es adaptarse
Emigrar, comenta, fue una decisión de crecimiento personal, una “decisión complicada”. “Yo quería ver qué había más allá de lo que en ese momento yo tenía y decidí irme”, dice. Aunque, el tema político también habría influido.
–La presión era muy grande: querían cosas de mí y yo no quería entrar en esos temas. Por eso decidí evolucionar como persona y ver qué me faltaba como ser humano, para poder ser un poco mejor en todos los aspectos, no solo el deportivo.
Salir de su país no fue sencillo, enfatiza, aun con las experiencias culturales ya adquiridas.
–Yo lo veo así –comenta–: Cada vez que yo me acostaba a dormir en Caracas, los grillos siempre acompañaban mis sueños. Y aquí, no los tengo. Para mí, eso define todo el concepto de lo que es emigrar. Es tener algo que te pertenece, algo que naciste para experimentarlo y hacerlo parte de tu vida, y ahorita no lo tienes. Tienes que adaptarte. Fue un momento muy difícil, pero me di cuenta de que había un conocimiento que había que dar.
Contaba con dos hermanos en EE.UU y se fue con quien era, en ese momento, su prometida, pero aun así señala que hubo que empezar desde cero.
–Tenía a quien recurrir. Pero igual la vida aquí es muy solitaria. Todo es tan lejos, que a veces no da tiempo para nada espontáneo. Eso es algo que me ha hecho falta a diario. Todo al final recae en hacer las cosas iguales. Es un poco fastidioso. Yo lo veo como una película en blanco y negro. Entonces trato de sacar lo mejor de la situación que hay.
No obstante, reconoce que hay muchas cosas buenas, que le impulsan a optar siempre por más en el plano laboral.
Ser el número uno
Con más de 100 torneos realizados en todas las categorías (varios internacionales), ocho años en los que formó parte del equipo venezolano en Copa Davis, y una nueva academia de tenis en Florida (MetroWest Tennis Center) que sigue contando afiliados, volver a Venezuela no está ahora mismo en los planes de Jhonnatan. Su meta, hoy, es convertirse en el jugador número uno de tenis en Estados Unidos.
–Ahorita estoy de número uno de la Florida, en la categoría de 30 años, y la meta es terminar número uno de Estados Unidos. En ese ranking ahora mismo estoy de número dos. Me faltan algunos torneos más por ganar. Actualmente juego en la categoría abierta.
Pero no descarta el deseo de eventualmente regresar a Venezuela, no para vivir allí, sino para retribuir a su país con todo el conocimiento adquirido.
–Ha sido una experiencia muy grata. Yo pienso que el tenis es muy parecido a la vida. Tienes que tener la capacidad de ser una persona responsable. El deporte te da muchas herramientas que, a través de los años, te crea una personalidad diferente, ya que estás lidiando con muchos aspectos desde una edad muy temprana –explica–. Pienso que en este momento tengo que terminar lo que empecé aquí, que la academia siga creciendo.
En Venezuela, algunos de sus planes serían ayudar a niños que deseen utilizar el tenis como vehículo de vida; donar utensilios y conocimientos de tenis en distintos estados del país.
–Eso me encantaría, porque al fin y al cabo una sonrisa de un niño o un acto de amor por otra persona, sin esperar nada a cambio es lo que en este momento me llena –comenta con algo de filantropía en su voz.
Bajo el perfil de @Jhonnybegood12 en Instagram, Jhonnatan Medina Álvarez habla sobre su vida y su carrera. El tenis, señala, fue su camino para crecer como una mejor persona. Hoy, al fin y al cabo, su objetivo es ayudar a los demás por las vías posibles, cambiar una vida ya sea con palabras o con el tenis.